¿Son preferibles los deseos que aún no se cumplen? No, desde luego: las ilusiones permanentemente inalcanzables son también fuente de desdicha. Entonces, ¿quién nos entiende?
No hay deseo cuya realización no traiga consigo un cierto desencanto. Un anhelo satisfecho es un anhelo extinto, y su ausencia siempre pesa. ¿Esto quiere decir que son preferibles los deseos que aún no se cumplen? No, desde luego: las ilusiones permanentemente inalcanzables son también fuente de desdicha. ¿Quién nos entiende?
En todo caso, lo mejor será que haya siempre deseos que vengan a reemplazar cuanto antes los que se nos van cumpliendo. No vernos ni en la contemplación de nuestra desesperanza incesante ni en el tedio horrible de quienes ya no saben qué más querer. Ahora que se acerca el fin de año y, con él, el tiempo de dibujar propósitos y ensueños, te deseamos que nunca te quedes sin tener qué desear.