Regalé un libro a un niño…
Jorge Esquinca – Edición 463
Ganadora de varios certámenes de poesía, en su libro Crónicas de un nuevo siglo Xel-Ha López Méndez concentra su fuerza en el poder expresivo de los sucesos mismos que relata, con el tono preciso y sin andarse por las ramas
Regalé un libro a un niño que no sabe leer pero lo guarda junto a la costilla izquierda por alguna casualidad de los enamorados, y sonríe como si le hubiera dicho “qué lindo día” en una lengua extraña y hubiéramos comprendido todo lo demás. El niño analfabeta me pregunta si me gustan los diamantes, “no lo sé”, pero ya me ha dibujado un pentágono perfecto y brilla con el esplendor de un papel blanco, con la luz escasa.
El primer hombre que me regala un diamante es un niño analfabeta que guarda un libro como las señoras guardan una joya, como las niñas huelen las rosas, aunque no sepan cuántos mineros se quedaron muertos de tristeza, aunque no sepan el nombre de quien las compra, y aunque él no sepa cuál letra dice qué, mi niño analfabeta me ha regalado un diamante en la misma libreta de la lista del súper, en la libreta de las cosas que hacen falta para ir viviendo.
* * *
El acto, sólo sencillo en apariencia, de regalar un libro a un niño que no sabe leer, desencadena en la autora de este poema, Xel-Ha López Méndez (Guadalajara, 1991), una serie de consecuencias. En primer término, la respuesta inesperada del chamaco, quien intuye que ha recibido algo más que un objeto, una suerte de talismán, y se ve en la necesidad de retribuirlo con un dibujo de algo que considera de gran valor. Viene luego la reflexión de la poeta sobre la procedencia y el destino de tal joya. La simpleza de un gesto la lleva, sin dramatismo, a poner de relieve la situación de los trabajadores en las minas, de los niños carentes de una instrucción elemental. Y al hacerlo nos invita a pensar en la naturaleza de esas cosas que realmente “hacen falta para ir viviendo”: un libro, un dibujo, una lista de víveres. El poema está tomado de su libro Crónicas de un nuevo siglo, publicado por Ámbar, Cooperativa Editorial, en 2016. Un delgado volumen que concentra su fuerza en el poder expresivo de los sucesos mismos que relata, con el tono preciso y sin andarse por las ramas. Ganadora de varios certámenes de poesía, Xel-Ha López Méndez tiene publicados otros dos libros: A mis nuevos amigos inmortales y Cartas de amor para mi amigo cerdo.