Priscila de Alba, egresada de Ingeniería Química por el ITESO, será la única latinoamericana en la expedición Under the Pole II, un ambicioso proyecto científico que se desarrollará en Groenlandia.

“No faltan envidiosos en el mundo de los sabios, y hay muchos que quisieran emprender este viaje”, escribió Julio Verne en Viaje al centro de la Tierra. Cuando Priscila de Alba (23 años) narra lo que será su viaje de 18 meses por Groenlandia como integrante de la expedición internacional Under the Pole II —en el que buceará en sus gélidas aguas, observará el espectáculo de su fauna marina y terrestre, contemplará los imponentes icebergs y analizará muestras de sus ancestrales hielos—, es difícil no pensar en el célebre escritor francés.

“Estoy muy emocionada”, dice Priscila, quien lleva una puntual encomienda científica, cuyo fin es ayudar a entender un poco mejor el pasado, el presente y el futuro del planeta y sus habitantes: “Vamos a tomar muestras del hielo y la nieve. Cuando el agua se congeló guardó algunos compuestos y con eso mediremos la cantidad de carbono o dióxido de carbono, para hacer un historial que ayudará a verificar si todo lo que se ha estudiado antes funciona”.

Under the Pole (underthepole.com) es un proyecto de exploración submarina que nació en 2010 con el objetivo de sumergirse, literalmente, en las profundidades de las aguas más frías del mundo para llevar a cabo inventarios de su fauna, analizar la relación entre atmósfera, hielo y océanos, la adaptación del cuerpo humano a esas condiciones extremas y, posteriormente, llevar a cabo labores pedagógicas para crear conciencia de la extinción de especies y las graves consecuencias que conlleva el derretimiento de sitios como Groenlandia. La primera expedición fue al océano Ártico (Polo Norte); la segunda es ésta, en la que Priscila participa, y se llama Discovery Greenland. La tercera se dirigirá, en 2016, a la Antártida (Polo Sur).

De Alba consiguió ser la única latinoamericana en el equipo de 15 exploradores, gracias a una serie de coincidencias: en 2012 estaba de intercambio académico en la École d’Ingénieurs de Purpan de Toulouse, Francia, donde conoció a su actual pareja, un colaborador francés de Under the Pole. Luego, gracias a que sabían de su experiencia en un Proyecto de Aplicación Profesional que realizó en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Guadalajara —donde ayudó a investigar cómo obtener biocombustibles a partir de residuos de paja—, y a que en el verano de 2013 echó la mano con algunos preparativos para el viaje, se ganó al equipo.

Uno de los episodios del viaje que más le atraen es la hibernación que harán durante aproximadamente un mes, en septiembre, con el objetivo de refugiarse durante la Noche Polar. En octubre retomarán su camino hacia el norte, auxiliados durante cuatro meses por un grupo Inuit (pueblos esquimales) y sus perros de la nieve, quienes harán su aporte para que la expedición deje un “testimonio sobre el cambio climático actual y los desafíos que la sociedad debe asumir”. m

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