La verdadera riqueza

La verdadera riqueza

– Edición 501

“Somos verdaderamente ricos en residuos, pero pobres en recursos”, afirma Enrique Cueva. Foto: Manuel Flores / Flickr

En nuestro mundo actual, la tentación de acumular una mayor cantidad de bienes materiales es constante. Vivimos en una sociedad que valora más lo superficial que lo auténtico

Recientemente leí una leyenda que asegura que el emperador Alejandro Magno, en su lecho de muerte, reunió a todos sus generales y les comunicó sus últimos tres deseos: que sólo los mejores médicos del mundo llevaran su ataúd, que se esparciera la enorme riqueza que había acumulado a lo largo de su vida durante la procesión hacia su tumba y que sus manos colgaran fuera del ataúd para que todos las pudieran ver.

Después de haber expresado estos deseos, cuenta la leyenda, uno de los generales le pidió que explicara sus motivos, a lo que Alejandro Magno respondió: en primer lugar, quería que los mejores médicos llevaran su ataúd para que todos los testigos entendieran que ni siquiera la mejor medicina disponible podía evitar la muerte de un ser humano; en segundo lugar, quería que las calles fueran cubiertas con su oro y otros objetos de gran valor para expresar que toda la riqueza material acumulada a lo largo de nuestra vida en la tierra se quedará en la tierra después de nuestra muerte; y, finalmente, quería que sus manos colgaran fuera del ataúd para que sus seguidores supieran, y nunca olvidaran, que nacemos sin nada y finalmente moriremos con las manos vacías.

En nuestro mundo actual, la tentación de acumular una mayor cantidad de bienes materiales es constante. Vivimos en una sociedad que valora más lo superficial que lo auténtico. Nos endeudamos para adquirir objetos innecesarios que solamente se van acumulando en el tiempo en nuestros estantes y armarios; pagamos por servicios que sólo buscan entretenernos y distraen de lo verdaderamente importante: construir una vida plena y feliz. Sin embargo, la verdadera plenitud no se encuentra en los objetos, sino en los momentos que vivimos, los aprendizajes que adquirimos y los lazos que tejemos con otras personas.

Este estilo de vida, además de tener un efecto negativo en nuestra salud financiera al momento de querer afianzar un patrimonio personal, tiene también importantes efectos en el bienestar de nuestro planeta. De acuerdo con la última edición del Informe sobre la brecha de circularidad (CGR, por sus siglas en inglés), se estima que la proporción de materiales secundarios1 consumidos por la economía mundial ha disminuido de 9.1 por ciento en 2018 a 7.2 por ciento en 2023. Esto significa que, de todos los recursos que extraemos de la naturaleza para la fabricación de los objetos que usamos día a día, sólo ese pequeño porcentaje termina siendo reincorporado para la fabricación de un nuevo producto, mientras que el 92.8 por ciento restante es desperdiciado y termina en tiraderos, rellenos sanitarios, rodando por las calles, flotando en los océanos o, incluso, guardado en un cajón de por vida.

Somos verdaderamente ricos en residuos, pero pobres en recursos. Necesitamos transformar de manera urgente nuestros hábitos de consumo hacia unos más sostenibles, que incluyan la adquisición de productos y servicios de manera responsable y basada en verdaderas necesidades, en lugar de aspiraciones egocéntricas que a menudo fomentan la comparación y la competencia con personas en condiciones completamente distintas a las nuestras. ¿Realmente lo necesito o sólo lo deseo? ¿Añade valor a mi vida o se convertirá en una carga? ¿Puedo vivir sin ello? ¿Qué le haré una vez que deje de funcionar o que haya satisfecho mi necesidad? ¿Existe una alternativa más amigable con el medioambiente y con mis finanzas? Son algunos ejemplos de preguntas que podemos hacernos a nosotros mismos cuando nos enfrentemos al dilema de adquirir algo más.

Platón alguna vez enseñó: “La mayor riqueza es vivir contento con poco”. Cuánta sabiduría desde entonces.

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1. En este contexto, se entiende que un “material secundario” es aquel que ha sido procesado previamente y vuelve a ser utilizado como materia prima para la producción de un nuevo bien.

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MAGIS, año LX, No. 501, septiembre-octubre 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de septiembre de 2024.

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