La necesidad de rebeldía: Antonio Ramírez
Víctor Ortiz Partida – Edición 489
Para este artista, “la rebeldía es una fuerte necesidad en la actualidad y, en un contexto en el que la clase en el poder ‘destruye el mundo y convierte al ser humano en sujeto de explotación’, tener una postura rebelde ‘vale más que nunca’”
La aventura vital de mujeres y hombres en un mundo violento y erotizado a la vez ha quedado plasmada en el arte de Antonio Ramírez a lo largo de más de 50 años. En sus dibujos, pinturas y esculturas ha narrado con trazos expresivos la lucha y el gozo de la humanidad en la Tierra. La naturaleza —su fuerza, sus bestias— y las cosas artificiales creadas en ella en el transcurso de los siglos: edificios, ciudades, asedios y guerras constantes, son los escenarios en los que los seres resisten. “Mi temática siempre está girando alrededor de estas dos cuestiones: el amor y la muerte; e incluso en algunos cuadros confluyen los dos temas, pero siempre metafóricamente, porque no soy muy descriptivo”, aclara el creador.1
Vistas en vivo, de cerca, en las elocuentes obras de Antonio Ramírez se nota la herencia del arte mexicano, en especial de José Clemente Orozco. Sin embargo, esa influencia reposa en los rasgos originales de un artista que ha seguido creando y exponiendo en el siglo XXI —recientemente inauguró la muestra Instantes diversos en Guadalajara—.
En los lienzos, pintados al óleo o dibujados con carboncillo, aparecen cuerpos masculinos y femeninos desnudos, elementales, solos o en conjunto, estáticos o en movimiento, entrelazados, en interacción con animales —perros, pájaros— o animalizados ellos mismos, híbridos, sufriendo o gozando, en espera, amenazados, horizontales o verticales, completos o fragmentados, rodeados, envueltos en colores, formas y texturas: rosas, azules, amarillos, lilas, verdes, ocres, blancos, negros, rectángulos, trapecios, líneas, ángulos, vértices, superficies rugosas, nunca lisas, complejas, más luminosas que oscuras.
Ramírez nació en Ciudad de México en 1944 y vive en Guadalajara desde 1983. “A los 14 años me inscribí para los cursos de pintura y escultura de la escuela La Esmeralda; ahí estuve tres años. He estado pintando con las carencias de una persona de origen proletario como soy yo; tuve que estar pintando en las noches y trabajando en el día porque me casé joven, también tuve hijos muy joven. La vida me fue llevando por caminos de rebeldía, todas las carencias que tuve las manifesté ideológicamente”, recuerda el artista.2
Según la mirada de la crítica de arte María Fernanda Matos, “el arte de Ramírez representa esa lucha que hemos visto manifestada bajo distintas tendencias plásticas en México: en los muralistas, en el Taller de Gráfica Popular, en el movimiento estudiantil del 68, en el movimiento del ezln [Ejército Zapatista de Liberación Nacional], así como también en colectivos como Tepito Arte Acá o [Grupo] Suma y, de manera más reciente, en instalaciones como ¿De qué otra cosa podríamos hablar?, de Teresa Margolles, y en el trabajo [Nivel de confianza] de Rafael Lozano-Hemmer sobre Ayotzinapa”.3
En la exposición colectiva Homenaje plástico a la rebeldía, Antonio Ramírez celebró los 19 años del levantamiento del EZLN en Chiapas. Para este artista, “la rebeldía es una fuerte necesidad en la actualidad y, en un contexto en el que la clase en el poder ‘destruye el mundo y convierte al ser humano en sujeto de explotación’, tener una postura rebelde ‘vale más que nunca’”.4
En una ocasión, el pintor hospedó al subcomandante Marcos en su casa. Fue ahí donde surgió la idea de hacer un libro al alimón: Noches de fuego y desvelo (2007), novela erótica en la que Ramírez participó con pinturas y dibujos. La exuberancia chiapaneca, con todos sus verdes y sus personajes encapuchados, los zapatistas, también está viva en el mural al fresco Sueño y pesadilla del poder, terminado en 2000, pero abierto al público en 2005, en la Casa del Arte de Ciudad Guzmán.
En la inauguración, dijo el artista: “Es una fuerte responsabilidad para con la gente a quien está dedicada esta obra, la gente común, los hombres y mujeres del pueblo a quienes el movimiento zapatista (nuestro inspirador) ha invitado, con su ejemplo, a soñar, es decir, a luchar”.5
Para conocer más
:: Libro Pintura en Jalisco. Mil novecientos cincuenta — Dos mil. Varios autores. Instituto Cultural Cabañas, Guadalajara, 2001.
:: Video de la serie #ElArteEnTuCasa, en YouTube.
:: Mural Sueño y pesadilla del poder, en Zapotlán el Grande.
______________
Notas al pie
1. Aurora Martín, “Antonio Ramírez expone ecos artísticos y cotidianos”, El Informador, sección Cultura, 21 de agosto de 2012.
2. María Fernanda Matos, Antonio Ramírez, serie El arte en tu casa en YouTube. Cultura UdG, 2012.
3. Idem.
4. Ricardo Solís, “Abre hoy exposición ‘Homenaje plástico a la rebeldía’ en el Rincón Zapatista de Guadalajara”, La Jornada, 7 de diciembre de 2012.
5. Alonso Sánchez, “Sueño y pesadilla del poder en Zapotlán el Grande”, El Puente, 7 de diciembre de 2012.
1 comentario
Me parece muy interesante su postura, y considero tiene razón en cuanto a la necesito de rebeldía, ya que de ahí parte mucho el camino de la historia y el que se continuen las costumbres o se hagan nuevas