El poder del retrato participativo: Marysa Dowling
Brenda Valdés – Edición 454
En el trabajo de Dowling, lo más importante son las ideas. Su éxito no depende de los materiales o las instalaciones, sino de un proceso de reflexión a partir de piezas y situaciones provocadoras.
Una fotografía no es el mero resultado del encuentro entre un acontecimiento y un fotógrafo; hacer imágenes es un acontecimiento en sí mismo.
Susan Sontag
Marysa Dowling tiene especial interés por conocer la vida de distintas personas, familiarizarse con sus intereses, preocupaciones, anhelos y sueños. Entre más fotografías toma, la artista descubre más información y encuentra patrones y diferencias en los grupos con los que trabaja. En su investigación, en lugar de formular preguntas directas, establece primero una relación de confianza con sus participantes; más tarde, les invita a involucrarse en la construcción de su propio retrato fotográfico y a interpretar juntos la imagen. Este enfoque etnográfico tiene como resultado una poderosa imagen que sintetiza esta cocreación.
¿Cómo hace esto? Ella plantea la base y la estructura del proyecto e invita a otros a integrarse en el proceso del retrato, de forma participativa más que colaborativa. En algunos casos, la persona sugiere cómo quiere ser retratada, con qué elementos y en qué espacio en particular. Son esas pequeñas decisiones las que expresan los rasgos de cada individuo en la imagen resultante. Para la creadora, cada fotografía es única, y eso mantiene su interés y su curiosidad por lo que hace.
Imagen de la serie El movimiento de un objeto.
La naturaleza participativa de su trabajo la ha llevado a formar parte del proyecto bp Art Exchange, un programa educativo internacional de Tate, la muy conocida institución museística de Londres. Este proyecto tiene como objetivo profundizar, diversificar y extender a todo el mundo materiales educativos relacionados con el arte y un programa de talleres con artistas, de las cuales Dowling forma parte. Desde hace cinco años trabajan con instituciones en Reino Unido, India, Dinamarca y México. En nuestro país colaboran con el Museo de Arte Contemporáneo (Marco) en Monterrey —que ha incorporado el proyecto a su programa educativo—, y con universidades como el ITESO, que Dowling visitó hace algunos meses. En estos últimos años han participado grupos de muy distintos lugares de México: Monterrey, Oaxaca, San Cristóbal de las Casas, Puebla, Ciudad de México y, recientemente, Puerto Vallarta y Guadalajara.
El programa pretende generar intercambio y diálogo entre comunidades del mundo a partir del arte. Los talleres como los que ofrece esta artista son catalizadores en la experimentación de prácticas de arte y educación, recuperan la retroalimentación de los participantes y generan material educativo que se aloja en la plataforma web del proyecto. Esta plataforma funciona como una página de Facebook, pero para el arte. Está abierta para cualquier persona o institución y cuenta con más de mil participantes en 57 países, pues está disponible en cinco idiomas, incluido el español.
El taller más reciente que Dowling ha desarrollado para Tate se llama Conceal & Reveal (Encubre y revela). En él utiliza fotografías creadas con anterioridad con algún grupo como detonador de ideas e inspiración para los siguientes talleres, y así, sucesivamente. Por ejemplo, el trabajo que realizó recientemente en Guadalajara podrá luego utilizarse como punto de partida para otros talleres en Londres o en alguna ciudad de la India.
Imagen de la serie Conceal & Reveal.
A lo largo de su carrera, Dowling ha realizado proyectos con diferentes instituciones culturales, escuelas y organizaciones no gubernamentales en varios países. En muchos casos trabaja con grupos de niños, niñas y jóvenes vulnerables o excluidos. La artista considera que lograr involucrarles y conseguir su confianza supone el mayor reto de su trabajo. Piensa que, como resultado de la participación en sus proyectos, estos niños y jóvenes se comportan de forma más desinhibida en la escuela o en el entorno familiar, ya que encuentran en la fotografía una herramienta poderosa de expresión al colocarse al frente y detrás de la cámara. Hoy en día estamos rodeados de imágenes (publicitarias, principalmente), por lo que el trabajo con la artista les permite descubrir más acerca de sí mismos y de su contexto.
En el trabajo de Dowling, lo más importante son las ideas. Su éxito no depende de los materiales o las instalaciones, sino de un proceso de reflexión a partir de piezas y situaciones provocadoras. Más allá de enriquecer sus intereses etnográficos y estéticos, el poder de su obra radica en empoderar a las personas participantes, propiciar un cambio positivo en su entorno y conseguir que sus voces y realidades se tornen visibles y escuchadas. m.
Para saber más:
:: Entrevista a Marysa Dowling durante el proyecto How We Learn, en Belfast, en 2014.
:: El Proyecto BP Art Exchange.
Sobre fotografía participativa:
:: Manual sobre diseño e instrumentación de proyectos fotográficos participativos, por la organización inglesa Photovoice.
Imagen de la serie Observations & Collections