Diseño que piensa: 30 años de innovación en el ITESO

Diseño que piensa: 30 años de innovación en el ITESO

– Edición 503

Fotos: Cortesía Licenciatura en Diseño

Fundada hace tres decenios con la premisa de buscar un diseño sin ataduras, la licenciatura concibe el Diseño Estratégico como algo más que una metodología: es una forma de pensamiento que redefine el rol del diseñador

Hace tres decenios, el ITESO decidió romper las ataduras que limitaban a las licenciaturas en Diseño en México. Era un tiempo de certezas aparentemente inamovibles, cuando los títulos académicos no sólo definían carreras, sino también las vidas. Fue entonces que la Universidad trazó una línea en el terreno de la educación: crear una carrera que rechazara los límites impuestos por las especializaciones predefinidas. ¿Por qué obligar a un joven de 17 años a decidir de antemano si sería diseñador gráfico o industrial, cuando aún no comprendía el alcance de esas palabras? En lugar de encasillar, el ITESO abrió un espacio para explorar, para que cada alumno descubriera, a su tiempo, quién era y qué podía aportar al mundo.

Luis Enrique Flores, actual coordinador de la licenciatura en Diseño, lo explica con una claridad desarmante: “Tomar decisiones a esa edad es como caminar por un bosque oscuro con una linterna débil. Lo que hicimos fue permitir que nuestros estudiantes ampliaran el haz de luz, que experimentaran antes de comprometerse con un camino fijo”. Esta filosofía, pionera en su tiempo, marcó el inicio de una carrera que hoy celebra 30 años de evolución constante.

El programa original, denominado simplemente Diseño, contenía ya en su nombre una promesa de amplitud. Pronto, tanto estudiantes como profesores adoptaron un término que definiría su esencia: “Diseño sin apellidos”. Era un título no oficial, pero que encapsulaba la libertad y la apertura del modelo educativo. La carrera ofrecía una formación integral que permitía transitar entre distintas áreas del diseño sin el peso de las etiquetas tradicionales. Esta flexibilidad rompió paradigmas académicos y también preparó a los alumnos para un mundo que, aunque entonces lo ignoraba, necesitaría profesionales capaces de pensar e ir más allá de los límites.

Del Diseño Integral al Diseño Estratégico

Con el tiempo, esta propuesta evolucionó hacia lo que se denominó Diseño Integral y, más recientemente, hacia el enfoque de Diseño Estratégico. Este último cambio representó mucho más que un ajuste de los términos: implicó una transformación en la forma de entender el diseño como disciplina y como herramienta de intervención social. Para Flores, este cambio de visión se volvió un estandarte desde que comenzó como coordinador de la carrera, hace cuatro años.

El académico describe en qué consiste este enfoque con ejemplos cotidianos, pero poderosos: “Si alguien pide diseñar una silla, el diseñador estratégico no empieza con un boceto. Antes de dibujar una línea, se pregunta si realmente es necesaria una nueva silla, qué impacto tendrá su fabricación, qué materiales son más sostenibles y cómo ese objeto puede integrarse en un ciclo de vida responsable”.

La transición hacia el Diseño Estratégico no fue inmediata ni sencilla. Implicó años de reflexión, ajustes en el plan de estudios y un análisis profundo de las necesidades del entorno. Luis Enrique recuerda cómo el programa fue adaptándose a medida que las demandas del mercado laboral y las expectativas de los estudiantes cambiaban. “Nos dimos cuenta de que el diseño no podía seguir siendo percibido sólo como algo estético o funcional. Necesitábamos formar diseñadores que entendieran los sistemas en su totalidad y que pudieran intervenir en ellos de manera significativa”, reflexiona. Este cambio transformó el contenido de las materias y también la forma en que los estudiantes enfrentan los retos. “La transición no fue un proceso lineal. Tuvimos que cuestionar nuestras propias prácticas, escuchar a nuestros egresados y mirar hacia el futuro con humildad. Fue un aprendizaje colectivo”.

Actualmente, el programa combina materias de oficio, que desarrollan habilidades técnicas; materias teóricas, que fomentan el pensamiento crítico; y materias de estrategia, que conectan a los estudiantes con problemas reales y los desafían a abordarlos de manera transdisciplinar.

Soluciones que importan

El Diseño Estratégico es más que una metodología: es una forma de pensamiento que redefine el rol del diseñador. Pamela Dehesa, egresada de la generación 2005 y líder en Amazon Web Services, es un claro ejemplo de cómo este enfoque se traduce en impacto global. Su trabajo consiste en crear ecosistemas digitales que permitan a startups de todo el mundo maximizar su potencial. Sin embargo, lo que distingue a Pamela, además de su capacidad técnica, es su habilidad para abordar problemas desde su raíz y proponer soluciones que trasciendan lo obvio. “El ITESO nos enseña a mirar más allá de la superficie, a conectar las piezas de un sistema y a diseñar soluciones que realmente importan. Esa mentalidad me ha acompañado en cada decisión profesional”, reconoce.

Uno de los pilares que sostienen esta visión es la conexión entre el ITESO y sus egresados. Muchos de ellos regresan como profesores o colaboradores, cerrando así un círculo virtuoso que mantiene viva la retroalimentación entre la academia y el entorno laboral. Pamela Dehesa, por ejemplo, volvió a las aulas de su alma mater para compartir su experiencia profesional con las nuevas generaciones. “Regresar fue una forma de devolver algo de lo que recibí. Me permitió transmitir las lecciones que aprendí en el campo y reforzar el vínculo con la institución que marcó el inicio de mi trayectoria”, comenta.

Mientras Pamela ilustra el efecto del Diseño Estratégico en el ámbito global, Montserrat Caridad Ruiz, profesora desde 2012 y egresada de la generación 1999-2004, ofrece una perspectiva desde el salón de clases. Aunque no estuvo directamente involucrada en el desarrollo de este enfoque, reconoce que este ha enriquecido la carrera y la ha alineado con los desafíos actuales. “El Diseño Estratégico no sólo enseña a crear: enseña a pensar. Ayuda a los estudiantes a entender los sistemas complejos en los que vivimos y a intervenir en ellos de manera significativa”, señala.

La sostenibilidad y la ética son dos ejes transversales que recorren todo el programa. Desde sus inicios, el ITESO ha integrado estos valores en su enseñanza, pero el Diseño Estratégico los ha convertido en principios fundamentales. Flores destaca que el diseño no puede ser un lujo ni un accesorio decorativo; debe ser una herramienta que ayude a resolver los problemas urgentes derivados de las desigualdades sociales, el cambio climático o el consumismo global. Los Proyectos de Aplicación Profesional (PAP), característicos de la Universidad, son un ejemplo claro de cómo estas ideas se traducen en acciones concretas: desde diseñar mobiliario público con materiales reciclados hasta desarrollar sistemas de comunicación para comunidades rurales, los estudiantes aprenden a utilizar el diseño como un medio para generar impacto social.

Diseño para el futuro

En noviembre pasado, la licenciatura en Diseño del ITESO colaboró con el Consejo Promotor de Innovación y Diseño de Jalisco en la organización del congreso internacional Futuro Sur, un evento que marcó un punto de inflexión en la reflexión acerca del diseño en el sur global. Conforme a la premisa de construir un desarrollo diferente, el encuentro reunió a diseñadores, académicos, representantes de la industria y del gobierno para imaginar cómo el diseño puede convertirse en un motor de transformación social, económica y ambiental en países en vías de desarrollo.

Flores explica: “El diseño debe ser una herramienta para alcanzar un desarrollo sostenible que no dependa de la sobreexplotación de recursos naturales ni del consumo masivo que genera la contaminación que enfrentamos. Buscamos un diseño más conectado con nuestra tierra”. Durante tres días de trabajo colaborativo, participantes de Brasil, Argentina, Chile y México, incluidos egresados del ITESO, se unieron para proponer una visión integral del diseño que trascienda los límites de lo gráfico o lo industrial y que priorice soluciones estratégicas sostenibles.

El resultado de este diálogo es un manifiesto en construcción, cuya promulgación está prevista en fechas próximas. Este documento busca sentar las bases de un diseño para el sur global que sea verdaderamente transformador y sostenible. Con la participación de la exdirectora del organismo Asuntos del Sur, quien facilitó la metodología de trabajo colaborativo, el manifiesto promete tener un impacto a escala nacional. Entre los asistentes al congreso estuvieron la presidenta de Integra, que agrupa a las escuelas de diseño industrial del país, y la portavoz de Encuadre, su contraparte en las escuelas de diseño gráfico. La presencia de estas dos asociaciones, que representan a más de 200 universidades, garantiza que la visión construida colectivamente pueda permear en la educación y la práctica del diseño en México.

“El manifiesto no sólo sintetiza las ideas discutidas, sino que también es un testimonio de lo que estamos construyendo con el Diseño Estratégico en el ITESO. Queremos mostrar que el diseño puede ser una herramienta de estrategia que responda a los retos del sur global de manera integral”, concluye Flores.

Diseñadores: agentes de cambio

El enfoque estratégico, que no se limita a una simple formación técnica, sino que aboga por una visión holística del diseño, también ha llevado a las y los egresados del ITESO a ocupar posiciones de liderazgo en diversas industrias. En lugar de seguir simplemente las tendencias del mercado, los diseñadores formados en esta carrera se han convertido en agentes de cambio capaces de transformar sistemas enteros con su visión crítica y su capacidad para integrar diversas disciplinas. No diseñan únicamente objetos o servicios: diseñan futuros, anticipándose a lo que está por venir y proponiendo soluciones que desafían las convenciones establecidas. “El trabajo transdisciplinar es la clave para el diseño estratégico. Cuando un diseñador entiende las implicaciones sociales, tecnológicas y ambientales de sus decisiones, puede ofrecer soluciones que no sólo resuelvan problemas inmediatos, sino que ayuden a transformar la realidad a largo plazo”, explica Flores.

El papel de las y los egresados en el mundo actual se entiende también a través de los ojos de Montserrat, quien ha visto de cerca cómo sus alumnos se enfrentan a un panorama global cada vez más complejo: “Los estudiantes hoy están más conectados que nunca a un mundo que exige respuestas rápidas. Sin embargo, lo que el Diseño Estratégico les enseña es que, aunque la tecnología y la velocidad de la información nos rodeen, siempre habrá tiempo para la reflexión. El diseño no es solamente una carrera: es un compromiso ético con el mundo, con la sociedad y con los futuros posibles”.

El enfoque transversal también ha sido fundamental en la construcción de la reputación internacional. La carrera de Diseño del ITESO se ha ganado un lugar destacado en el ámbito académico y profesional, atrayendo a estudiantes de todo el país y del extranjero. Con el paso de los años, ha logrado posicionarse como una de las principales facultades en América Latina, lo que ha permitido que el intercambio de ideas y experiencias entre diferentes culturas se convierta en una de las características más enriquecedoras del programa.

La voz de Pamela sintetiza lo que muchos egresados de esta carrera sienten al mirar atrás: “El ITESO me enseñó a diseñar para las personas, a entender sus necesidades y a ponerlas en el centro del proceso. Me enseñó que el diseño no es sólo para hacer cosas bonitas, sino para cambiar vidas”.

La trascendencia del Diseño Estratégico en el ITESO ha cambiado también el perfil de las y los egresados. Flores describe a los actuales diseñadores como “diseñadores desobedientes”, una generación que no acepta soluciones simples ni responde automáticamente a los requerimientos de los clientes sin cuestionarlos. “Si un cliente pide un logotipo, investigan, indagan y proponen soluciones que realmente resuelvan el problema de fondo. Este enfoque crítico y propositivo es lo que los hace únicos en el mercado laboral”, asegura. Este modelo también prepara a los egresados para liderar proyectos transdisciplinares y para colaborar con especialistas de otras áreas, como la ingeniería, la psicología o la sociología, en la búsqueda de soluciones.

Pamela recuerda con especial claridad cómo su paso por la Universidad transformó su perspectiva como diseñadora. En aquella época participó en proyectos que la llevaron a explorar el impacto social del diseño y a entender la importancia de conectar con los usuarios finales. “Uno de los aprendizajes más valiosos que me dejó el ITESO fue la capacidad de empatizar con las personas. No se trata únicamente de diseñar algo funcional o bonito, sino de entender para quién estás diseñando y por qué. Esa empatía me ha permitido sobresalir en mi carrera y enfrentar los retos más complejos”, asegura.

El uso de tecnología avanzada es otro de los pilares que sustentan el éxito de la carrera. Los Talleres de Innovación para el Diseño, equipados con herramientas de última generación, permiten a los estudiantes experimentar y materializar sus ideas en un ambiente que fomenta la creatividad y la colaboración. Sin embargo, para el ITESO la tecnología es sólo un medio, no un fin en sí mismo. “No se trata de aprender a usar una máquina o un software, sino de entender cómo esas herramientas pueden transformar una idea en algo significativo. Es una combinación de técnica y propósito”, explica Flores.

Pamela, quien comenzó su carrera profesional en un momento en el que los recursos eran limitados, reconoce el valor de estas oportunidades. Recuerda cómo su familia le pidió enfocarse en proyectos digitales para ahorrar costos, lo que la llevó a descubrir una pasión que definiría su trayectoria. “Al principio, no lo entendí como una oportunidad, pero con el tiempo me di cuenta de que esa decisión me abrió puertas que nunca imaginé. Fue una lección de adaptación y de cómo el diseño puede reinventarse constantemente”, comenta. Este espíritu de resiliencia es algo que ha llevado consigo a lo largo de su carrera, desde sus inicios hasta su posición actual en Amazon Web Services.

A lo largo de tres decenios, la carrera de Diseño del ITESO ha demostrado que puede ser mucho más que una disciplina creativa; puede ser una fuerza transformadora que responda a los grandes desafíos de este tiempo. Con su enfoque estratégico, el programa prepara a los estudiantes para ser profesionales exitosos y, también, agentes de cambio que lideren proyectos con impacto global. Flores concluye: “Estamos formando diseñadores que no sólo resuelven problemas: los anticipan, los cuestionan y los transforman. Eso es lo que nos distingue y lo que nos seguirá distinguiendo en los próximos 30 años”.

Entre los nombres que han marcado la historia de la carrera de Diseño en el ITESO se destacan los de los fundadores Carlos Petersen y Verónica Isoard, quienes crearon una propuesta educativa flexible y vanguardista. Junto a ellos, figuras como Héctor Flores Magón, primer director de la carrera, y Felipe Covarrubias, quien impulsó la internacionalización del programa, han sido claves en su consolidación. Andrea Fellner, con su enfoque humanista, dio una nueva dimensión al diseño, acercándolo a las necesidades sociales.

En este escenario, el diseño cobra un papel central como herramienta de transformación, capaz de tender puentes entre disciplinas y fomentar colaboraciones que generen respuestas que sean audaces y efectivas.

Flores destaca un elemento crucial: el pensamiento crítico como el corazón del diseño. “No queremos saberlo todo, pero sabemos cuándo necesitamos sumar a otros: un ingeniero, una pedagoga, un especialista. La clave está en integrar equipos que puedan responder a problemas complejos con creatividad y estrategia”. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la capacidad humana de observar, reflexionar y adaptarse sigue siendo insustituible. La apuesta del ITESO, dice, no es únicamente formar diseñadores: es forjar agentes de cambio que piensen más allá de los límites, que vean oportunidades donde otros ven obstáculos. Esos profesionales no sólo serán necesarios en el futuro: serán indispensables.

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MAGIS, año LX, No. 502, noviembre-diciembre 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de noviembre de 2024.

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