Si alguien se anima a prepararlo en casa, el secreto sólo es ser paciente, dejar que la levadura haga su trabajo, y, si es persona de fe, encomiéndese al santo patrono de los panaderos, San Honorato “glorioso que horneaba los panes de dos en dos”, para que aleje al “demonio del pan”, Dago, el panadero del infierno, responsable del pan adulterado. Leer más...