Invasión de pingüinos

Linux

Invasión de pingüinos

– Edición 406

Linux

Una comunidad de desarrolladores alrededor del mundo trabaja en el mejoramiento de Linux, un sistema operativo gratuito y de código abierto que abandera el camino del software libre. Éste se basa en un modelo para la socialización del conocimiento.

“Un lugar donde confiar” es la leyenda que aparece en una pequeña manta sobre la fachada de una bodega modesta. Con camiones alrededor y ese silencio inquietante que sólo se respira en la zona industrial de Guadalajara, el lugar presenta una pequeña puerta que conduce a un estrecho y oscuro pasillo. Dentro, el escenario cambia: una barra con monitores, camisetas con pingüinos que visten las paredes de tabique y una sala acogedora con mesas construidas con CPU de computadoras. Es el punto de reunión de LinuxCabal.

A tres años de su creación, alrededor de 500 personas pertenecen a esta organización, cuyo único objetivo es impulsar el uso del llamado software libre, y en particular de un sistema operativo cuyo emblema es un pingüino: Linux.

Todos los sábados por la tarde, decenas de entusiastas de Linux se dan cita en estas instalaciones de la avenida Gobernador Curiel para compartir ideas, ayudarse mutuamente o pasar un rato de diversión con una cerveza y un plato de espagueti.

“Aquí no tenemos membresía, no tenemos políticas, no tenemos presidente. Las puertas están abiertas. Cualquier persona puede venir con su computadora y le ayudamos a instalar la versión de Linux que quiera, o podemos ayudarle a configurarla o a resolver problemas. O pueden venir simplemente a platicar”, comenta Richard R. Couture, fundador de LinuxCabal. Vestido con un atuendo formal y a la vez extraño, coronado con argollas en el rostro y tatuajes que salen por debajo de las mangas y el cuello, Richard es un reflejo viviente del espíritu y los ideales por los que lucha el grupo: libertad en el uso del software.

Más allá del pingüino
Linux, cuyo verdadero nombre es GNU/Linux, es un sistema operativo ampliamente usado en todo tipo de dispositivos, desde computadoras y servidores hasta teléfonos celulares, consolas de videojuegos, dispositivos de redes y reproductores de medios portátiles.

Desde su creación hace casi 30 años, Linux se ha destacado por ser un sistema ideal para empresas que buscan estabilidad, flexibilidad, seguridad, rapidez y escalabilidad en sus operaciones de cómputo. Es el estandarte del software libre, un tipo de programas que se caracterizan por la libertad para usarlos, copiarlos, estudiarlos, modificarlos y redistribuirlos, a diferencia de lo que sucede con los sistemas “propietarios”, como Windows, que no pueden modificarse.

El usuario de Linux tiene acceso al código fuente del sistema —a las entrañas para personalizar su operación y adecuarla a sus necesidades particulares—. No debe confundirse software libre con software gratuito. Es libre porque el usuario puede ver el código y modificarlo, si bien en algunos casos sí tiene un precio de compra.

Una de las grandes ventajas de este software es que cuenta con el respaldo de una comunidad de millones de programadores alrededor del mundo, que día a día trabajan en el mejoramiento del sistema y en la creación de nuevas herramientas y funciones. Además de preocuparse por hacer de Linux un sistema más amigable y funcional, esta comunidad trabaja en el desarrollo de nuevas aplicaciones que sean compatibles con los sistemas operativos más populares. “Si un sistema operativo no permite escribir documentos, la gente no lo usará. Y si los documentos no se pueden intercambiar con otros sistemas, no lo van a usar. Y si pueden crear gráficas y diseños, pero no pueden enviarlos a un usuario de Windows para que los imprima, no lo van a usar. Es absolutamente necesario que todo sea compatible. Si no es compatible no sirve”, asegura Couture.

Según Richard, todas las funciones populares son 100 por ciento compatibles en Linux, aunque reconoce que existen aplicaciones más especializadas, como los programas de diseño gráfico, que no lo son. Pero las cosas cambian todos los días: “Conozco Autodesk y ellos no tienen más de 250 desarrolladores. El mundo del software libre tiene millones. Microsoft no tiene millones. Si hay suficiente interés por una aplicación que no existe, espera unos meses. Millones de programadores pueden desarrollar más rápidamente que 200”, afirma.

Un sistema para cada necesidad
Durante años, la guerra entre Linux y Windows ha ocupado los titulares de las publicaciones especializadas en el mundo tecnológico. Los seguidores del pingüino Linux destacan sus grandes ventajas operativas y el soporte de la comunidad, mientras que los desarrolladores de sistemas propietarios hacen hincapié en el respaldo de las marcas. ¿Cuál es mejor: Linux o Windows? “Depende para qué”, responde Abel Nova Ramírez, cofundador de LinuxCabal en Guadalajara, al argumentar que todos tienen ventajas y desventajas. “Por ejemplo, aunque Linux ya tiene un ambiente muy amigable, Windows es más fácil de usar en el escritorio, un niño puede usarlo sin problemas. Linux tiene un poco más de ciencia. Pero en todo lo que son servidores y redes, lo que está detrás de cámaras, ahí trabaja perfecto”, dice. Hasta hoy, Windows se ha mantenido como el sistema operativo líder en el escritorio.

Si se requiere un desempeño de alto nivel, parece haber una sola opción: Linux. Y para muestra un botón. Según el reporte más reciente de las 500 supercomputadoras más veloces del mundo, Linux corre en 85 por ciento de estas máquinas; Windows apenas llega a uno por ciento. “En este tipo de ambientes, Linux tiene menos problemas, es más rápido porque necesita menos memoria y no requiere máquinas muy costosas para lograr el mejor desempeño”, señala Abel.

Crecimiento constante
Los primeros años de vida del pingüino fueron difíciles, pero sus claras ventajas sobre otros sistemas y el apoyo de la comunidad de desarrolladores lo sacaron del anonimato hasta convertirlo en una alternativa viable para usuarios comunes, así como para empresas y gobiernos que buscan agilizar y proteger sus sistemas.

Hace algunos años, usar Linux implicaba quitar Windows de la computadora e instalar manualmente el nuevo sistema, una tarea difícil para un mortal. Ahora cualquier persona puede adquirir una computadora o servidor con Linux preinstalado por fabricantes de hardware, incluyendo a varios de los líderes como Dell, Hewlett-Packard, Lenovo, Acer y Sun Microsystems.

Con respecto al software pasa algo similar, pues cada día son más las aplicaciones compatibles con Linux, incluyendo algunas de las más populares, como Java, Adobe Reader, Flash, RealPlayer, Yahoo! Messenger y Nero. “En los últimos dos años, la participación de gnu/Linux en el mercado ha estado creciendo de una manera exponencial. Los gobiernos, en todos sus niveles, y las empresas tienen mucho interés. Después de usarlo con éxito, al ver el nivel de seguridad, confiabilidad, configuración e interoperabilidad que obtienen, cambian cada vez más y más rápidamente”, asegura Richard Couture. “Y es una tendencia mundial: Francia, Alemania, Brasil, China, los gobiernos de muchos países declaran que gnu/Linux va a ser el sistema operativo oficial de sus oficinas”, continúa.

La labor para convencer a una organización de los beneficios de cambiar al mundo del software libre no es nada fácil. Existen diversos mitos alrededor de Linux que los consultores como Richard deben superar. “Muchos creen que Linux es difícil de usar, que debes ser ingeniero para hacerlo. Eso fue verdad en 1995, pero desde 2000 la comunidad de software libre, con millones de personas en el mundo, ha trabajado mucho para crear un ambiente gráfico igual de amigable que los sistemas populares”, menciona Richard.

Otro de los grandes mitos es que, al tratarse de un sistema creado y mejorado por una comunidad “invisible”, las empresas no tienen el respaldo en caso de enfrentar problemas. Al respecto Richard destaca que los principales fabricantes de computadoras y servidores cuentan con productos con Linux preinstalado y ofrecen soporte técnico necesario, además de que los fabricantes del sistema operativo en sus diferentes versiones también brindan apoyo de alto nivel. ¿Cómo se le hace para convencer a una empresa? “Me gusta introducirlos a Linux de una manera suave. Iniciamos con el muro de fuego [sistema de seguridad para servidores] que es algo más o menos transparente. Ven que después de la instalación, las conexiones son más rápidas y todo es más seguro; ya no es necesario reiniciar el servidor cada semana. Entonces quieren ver más cosas y descubren que Linux tiene muchos más servicios”.

Con el empuje de una comunidad mundial, Linux va en camino a dominar el mercado, mientras más y más organizaciones lo adoptan. Al final de cuentas, éste es precisamente el trabajo de LinuxCabal: demostrar que sí sirve. “No tenemos problemas con el concepto de competencia. Entre más personas conozcan el sistema y puedan ofrecer soporte, más popular será y más trabajo habrá para los consultores. No tengo problema con que la gente venga a LinuxCabal a aprender y luego salga a vender. Es algo bueno para todos”, concluye.

De pingüinos
A los 30 años, el programador Richard Stallman hizo historia al convertirse en el padre del movimiento del software libre, al anunciar en 1983 su proyecto GNU. Su objetivo: crear un sistema operativo completamente libre. En ese entonces, Unix era el sistema operativo preferido para manejar servidores, pues se trataba de una arquitectura técnicamente estable. Stallman diseñó su gnu para que fuera compatible con Unix, con la particularidad de que cualquier usuario lo podría ejecutar, copiar, modificar y distribuir libremente. Para 1990, el bebé de Stallman estaba casi terminado. Dos años más tarde, el programador Linus Torvalds, estudiante de la Universidad de Helsinki, cerró el círculo con un componente clave: el núcleo Linux, que fue combinado con el sistema operativo gnu y dio como resultado un sistema libre y completamente funcional: gnu/Linux.

Desde entonces, una comunidad formada por millones de desarrolladores alrededor del mundo trabaja en el mejoramiento del sistema, creando nuevas funciones y herramientas día con día.

Linux para cada necesidad
Cuando alguien cambia al software libre se encuentra con que Linux está disponible por medio de lo que se conoce como distribuciones, es decir, paquetes de software diseñados para satisfacer las necesidades de determinado grupo de usuarios. Por ejemplo, hay distribuciones de Linux para hogares, empresas y servidores.

En muchos casos son distribuciones gratuitas y en otros de paga, pero todas son libres de ser modificadas e igualmente poderosas. Algunas son desarrolladas por compañías comerciales, como Fedora (Red Hat), SUSE Linux (Novell) y Ubuntu (Canonical y Mandriva Linux), mientras que otras fueron creadas por la comunidad Linux, como Debian y Gentoo.

¿Software libre?
De acuerdo con la Fundación para el Software Libre, organización creada por Richard Stallman en 1985 para impulsar el movimiento, el software libre da cuatro libertades al usuario:

1. Usar el programa con cualquier propósito.

2. Estudiar su funcionamiento y adaptarlo a las necesidades.

3. Distribuir copias del software para ayudar a los demás.

4. Mejorarlo y hacer públicas las mejoras, de modo que toda la comunidad se beneficie.

Detrás de LinuxCabal
En la década de los noventa, la ciudad de San Francisco, en California, bullía en el regocijo de la explosión de la red internet. Todos querían hacer negocios por medio del ciberespacio y para lograrlo necesitaban tecnología y, sobre todo, protección contra hackers. Ésta era precisamente la especialidad de Richard Couture como consultor de seguridad en redes. Rápidamente, el fenómeno de las llamadas empresas punto com llenó sus bolsillos, y esto se reflejó directamente en sus impuestos por pagar. Decidido a invertir su dinero, en lugar de darlo directamente al gobierno, utilizó una parte para emprender su propio negocio que, por supuesto, debía reflejar su pasión: el software libre.

A mediados de los noventa nació CoffeeNet, un restaurante donde se podía disfrutar de acceso gratuito a la internet, así como a cuentas de correo y web para crear su página personal en los servidores, basados en GNU/Linux: “Cuando la gente de San Francisco, el Valle del Silicio, se dio cuenta de que había GNU/Linux disponible al público, vinieron a verlo”, recuerda Richard, que encabezaba una de las primeras instalaciones reales de software libre..

No pasó mucho tiempo para que CoffeNet se convirtiera en lugar de encuentro para los desarrolladores interesados en Linux. Era tal la afluencia que Richard se vio en la necesidad de establecer una estructura y formar una organización, a la que bautizó como LinuxCabal. Poco después, con la estrepitosa caída del mercado de las empresas punto com, Richard decidió que era tiempo de migrar hacia otras latitudes. Necesitaba una ciudad grande con suficientes empresas de alto nivel que pudieran necesitar sus avanzados servicios, no muy lejos de su patria. Odia el calor y la vida ajetreada, por lo que Monterrey y la ciudad de México no fueron opción para él. Cuando decidió instalarse en Guadalajara en 2003, Linux prácticamente no existía. Era una oportunidad que él no podía dejar pasar.

Un año después compró su propia bodega, y en febrero de 2005 abrió las puertas de la nueva sede de LinuxCabal, que opera en dos versiones: asociación civil, donde promociona el uso del software libre al congregar a programadores en un ambiente de camaradería para compartir ideas y experiencias; y la sociedad civil, donde Richard y su socio Abel Ramírez ofrecen sus servicios como consultores a organizaciones con necesidades específicas. m.

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MAGIS, año LX, No. 498, marzo-abril 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de marzo de 2024.

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