Cada vez son más los recintos que, para estar acordes con los tiempos actuales, digitalizan sus acervos y los ponen en línea para que todo el mundo tenga acceso a ellos. El Museo de Israel lo acaba de hacer con los legendarios rollos del mar Muerto.
Año, 1947. Unos pastores se refugian en una cueva del valle de Qumrán, en la orilla del mar Muerto. Sin proponérselo, realizan uno de los más grandes hallazgos del siglo xx: un conjunto de pergaminos que, agrupados con el nombre de Manuscritos del Mar Muerto (o rollos de Qumrán), vinieron a cambiar muchas de las ideas que se tenían sobre cómo era el judaísmo entre los años 250 a.C. y 66 después de Cristo.
Ahora, pasados casi 65 años, los rollos vuelven a ser noticia: gracias al trabajo conjunto del Museo de Israel y Google, ha sido posible digitalizar los pergaminos, haciéndolos accesibles para todo aquel que esté interesado en verlos en cualquier parte del mundo. El curioso puede echar un vistazo al Libro de Isaías, el de Reglas de la Comunidad, un comentario a Habacuc y los libros Del Templo y De la Guerra. Las imágenes están en alta definición, por lo que es posible acercarse de una manera que difícilmente podría hacerse en vivo.
Con este proyecto, el Museo de Israel se suma a una dinámica que cada vez cobra más adeptos: la de digitalizar los acervos para ponerlos a disposición de la gente. m.
A todo color y en alta resolución
Ésta no es la primera vez que Google trabaja con un museo. En 2009, a través de su variante Google Earth, realizó la digitalización de 14 obras de arte del Museo Nacional del Prado, en Madrid, para enriquecer el sitio web del recinto. En su momento, Google explicó que “las pinturas fueron fotografiadas en muy alta resolución y contienen 14 mil millones de pixeles (14 gigapixels). Se pueden ver detalles tales como una pequeña abeja en una flor en Las Tres Gracias, delicadas lágrimas en los rostros de El Descendimiento, de Roger van der Weyden, así como figuras complejas en El Jardín de las Delicias, de Hieronymus Bosch”.
El Museo del Prado no es el único en ofrecer este tipo de servicio. Sólo por anotar otro ejemplo, el Museo del Louvre, en París, ofrece recorridos virtuales por sus salas de exposición. Contrario a lo que pudiera pensarse, este tipo de recorridos de ninguna manera desalienta las visitas “reales” a los museos y es visto como una gran herramienta de difusión.
Digitalización en México
México no quiere quedarse fuera de esta dinámica. Entre los recintos que ya están digitalizando sus acervos se cuenta el Museo Nacional de Antropología, que comenzó con el registro fotográfico de sus siete mil 700 piezas. El objetivo es mejorar los catálogos digitales y contribuir al desarrollo de micro sitios y paseos virtuales.
El Archivo General de Notarías en la ciudad de México realizó la digitalización de su hemeroteca, con lo que se logró restaurar y poner a disposición de los interesados, documentos que datan del siglo XVI. El primero de ellos, un contrato para la realización de obra en la ciudad de México, está fechado en 1525. También se encuentra el testamento de Rodrigo de Paz, primo de Hernán Cortés, en el que nombra albacea al fraile Toribio de Benavente, mejor conocido como Motolinía. m