Occupy Wall Street
Rossana Reguillo – Edición 425
Las movilizaciones sociales llegaron al corazón del sistema financiero internacional, en Nueva York. “¡Somos el 99%!”, reivindican, contra el 1% que toma las decisiones que afectan a la población de todo el mundo.
“Occupy Wall Street all day all week! We got sold out!”. Esta consigna acompaña las asambleas, las marchas, las concentraciones de los cada vez más numerosos participantes en las movilizaciones ciudadanas que comenzaron en Liberty Plaza —antes Zuccoti Park—, el 17 de septiembre en Nueva York.
Como parte de una oleada mundial de protestas sociales cuyo eje vertebrador es la crítica al modelo económico y la desconfianza hacia las formas de mediación de la política formal, #OccupyWallSt (por su hashtag en Twitter) ha logrado el apoyo y la participación de muy diversos actores sociales, tanto individuales como colectivos. Emplazando al cerebro financiero de la economía global —Wall Street—, los indignados estadunidenses han articulado un movimiento que crece con la participación de numerosos sindicatos —pilotos, médicos, enfermeras y, el más reciente, el de Verizon, líder en convergencia tecnológica—, sin que el movimiento haya perdido en absoluto su carácter anónimo y ciudadano.
Los manifestantes recuperaron el nombre original de Liberty Plaza (luego de que fuera renombrada como Zuccoti Park en honor a John Zuccoti, antiguo presidente de planificación urbana de la ciudad y actual presidente de Brookfield Properties, la compañía de bienes raíces dueña de este parque privado-público), y la convirtieron en el epicentro de un temblor ciudadano que sacude los cimientos de un modelo económico al que se acusa de basarse en la avaricia y la codicia (“Greed no more is governing Wall Street”).
En la plaza se celebran dos asambleas diarias, una al medio día y otra por la noche, pero a lo largo de cada jornada suceden en ese espacio los más asombrosos performances de activismo político: danzas, poesía, lecciones de economía, música, conferencias; y la biblioteca ocupa ya un espacio importante en la esquina de la plaza con la avenida Broadway. El movimiento ha convocado por lo menos cuatro marchas y concentraciones importantes, entre las que destacan la ocupación del puente de Brooklyn, que terminó con 700 indignados arrestados por la policía, y la gigantesca manifestación en Times Square, el 15 de octubre.
Su músculo se fortalece y ha mostrado a través de un sorprendente manejo de las tecnologías digitales que el bloqueo de los grandes medios de comunicación no le preocupa. Occupy Wall Street ha sido hasta ahora un éxito en la conquista de la palabra colectiva. m
Túnez: La Revolución del Jazmín
Los indignados españoles: la esperanza de la revuelta global
Egipto y los 18 días de revueltas