¿Luego de este tiempo inaudito que nos ha tocado vivir seremos algo distinto de lo que éramos, digamos, antes de que llegara el inolvidable marzo de este inolvidable 2020? Quizá
Lo alarmante no es tanto que Gregor Samsa haya despertado convertido “en un monstruoso insecto”, sino que pronto se acomode a su nueva condición. Él y quienes lo rodean. ¿Podrían las cosas ser como antes? Poco importa: importa que el bicho se alimente, que no lo vayan a despedir del trabajo, que su hermana continúe con sus clases de violín. Toda metamorfosis, por radical que sea, desemboca en un presente del que hay que hacerse cargo de cualquier modo.
¿Luego de este tiempo inaudito que nos ha tocado vivir seremos algo distinto de lo que éramos, digamos, antes de que llegara el inolvidable marzo de este inolvidable 2020? Quizá. Pero lo que contará, en todo caso, es que inevitablemente nos adaptaremos. Y, por extraño que parezca entonces el mundo, eso será siempre lo mejor que podamos hacer.