Los adioses de la ciudad
Moisés Navarro – Edición 484
La dinámica de la ciudad obliga a decir adiós a un sinnúmero de cosas: formas de vida, áreas verdes, el edificio de valor patrimonial que es derrumbado, la finca común que de un día para otro no está, el barrio que ve partir a sus últimos habitantes originales…
Si observamos con cuidado y no dejamos que la rutina y la velocidad del trayecto nos absorban, podemos encontrar en la ciudad pequeños símbolos de despedidas. En las calles y carreteras que conectan nuestras ciudades aparecen cruces o ermitas que en algún momento despidieron al ser querido que murió en un accidente o fue asesinado. Esta forma de conmemoración ha sido replicada por la organización Bicicletas Blancas que coloca, justamente, una bici blanca en el lugar donde un ciclista fue muerto.
Pero la dinámica de la ciudad obliga a decir adiós a un sinnúmero de cosas: formas de vida, áreas verdes que se edifican, el edificio de valor patrimonial que es derrumbado, la finca común que de un día para otro no está, el barrio que ve partir a sus últimos habitantes originales, sea por edad o por las mecánicas de gentrificación; vecinos que quisieron hacer vida en las periferias y a los que la delincuencia o las grandes distancias alejaron de su patrimonio.
Mientras más grande es una ciudad, estas dinámicas se viven con mayor frecuencia. Además, verá pasar un flujo interminable de mercancías y personas. Las ciudades tienen que adaptar infraestructura necesaria para estos flujos.
Carreteras, centrales de autobuses, aeropuertos, puertos marítimos y estaciones de ferrocarril. Junto con esta infraestructura, también debe estar previsto el equipamiento necesario para el adiós definitivo, sea un cementerio o un memorial para los grandes nombres o para las múltiples víctimas de algún evento.
Cementerio de La Recoleta
Con una variedad de elementos arquitectónicos y escultóricos que van desde el gótico al art déco, se encuentra en la ciudad de Buenos Aires. Fue diseñado por el arquitecto francés Prosper Catelin en 1822 y se concibió como el primer cementerio público ahí. Tiene más de cuatro mil bóvedas y mausoleos organizados en manzanas. En él se pueden encontrar las tumbas de Eva Perón, del escritor Adolfo Bioy Casares y de otras personalidades argentinas.
Aeropuerto Internacional de Incheon
El aeropuerto de Incheon, en Corea del Sur, está lleno de referencias a la cultura de su país: los materiales de construcción, ciertos materiales y texturas, como la madera coreana; además, las líneas de las bóvedas están inspiradas en templos tradicionales y el edificio completo en un fénix coreano. Hay elementos de última tecnología integrados, y el conjunto está pensado y diseñado para el ahorro de energía. Cuenta con vegetación, comercios, hotel de transferencia y espacios de entretenimiento.
Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos
Tal vez la estación de ferrocarril haya sido uno de los símbolos de despedida más fuertes en el pasado. El cambio de infraestructura relegó —al menos en nuestro país— al tren de pasajeros hasta su casi desaparición de la vida pública. En la ciudad de Puebla se convirtió la Antigua Estación del Ferrocarril en un museo que incluye, además del edificio histórico, viejos vagones y locomotoras, archivos históricos y objetos relacionados con la existencia del tren entre 1895 y 1960.
Cementerios ecológicos
Las tendencias ecológicas y los rituales que vemos en cine y televisión están marcando una preferencia por nuevos tipos de sepelios: ir a tirar cenizas al mar, tener un ataúd ecológico (que se integre a la tierra) o ser incinerado y servir como nutriente a un árbol y formar parte de un bosque. Nuevas empresas, como Ecofuneral en España, o Bosque Eterno en Puebla, están ofreciendo estas opciones acompañadas de rituales. Bosque Eterno también brinda estos servicios para mascotas.
Memorial mundial a la pandemia
En la Rambla del Buceo, frente al Río de la Plata, en la ciudad de Montevideo, se planea levantar este memorial a todas aquellas personas que han perdido la vida por la covid-19. El proyecto costará más de un millón de dólares y será financiado por el sector privado. El diseño es un paso peatonal de cuarenta metros de diámetro; este anillo simboliza la unidad y la comunidad, al centro estarán las rocas y el agua como recordatorio de que el ser humano funciona alrededor de la naturaleza.