La pintura de Liu Xiaodong recrea mundos atravesados por las contradicciones de las estructuras sociales modernas

La pintura de Liu Xiaodong (Jinzhou, 1963) posee una cualidad alquímica que sitúa la mirada del espectador en un estado de continuo extrañamiento. A pesar de la serenidad de sus escenas y del realismo de la representación, algo permanece inaccesible, esquivo al manoseo de la inmediatez semántica. Un grupo de personas pesca en un río estrecho y cristalino, ubicado en algún punto impreciso de la frontera entre Texas y México; adolescentes chinos pasan el rato en las montañas de Yan’an; una familia merienda, silenciosa, en la precariedad de su cocina cubana. Liu nos presenta fotogramas arbitrarios de una narración que fluye, ininterrumpida, en todas las direcciones.

Si pensamos en los orígenes y el contexto sociopolítico en que Liu Xiaodong se formó como artista, esta propensión al registro de la vida comunitaria cobra sentido. Hijo de la China rural de la época maoísta, no es sino hasta 1984 cuando ingresa a la Academia China de Bellas Artes (CAFA), donde se especializó en la pintura al óleo. Participante fundamental de la generación “neorrealista” de la década de los noventa, buscó apartarse de la naturaleza épica que había impulsado, desde perspectivas contrapuestas, los grandes relatos del arte realsocialista y del vanguardismo de los ochenta. Desde sus años estudiantiles, Liu se interesó por aquellos colectivos que, tras los cambios de la Reforma Económica, habían quedado varados entre dos tiempos. Es precisamente ese anclaje intersticial, esa sensación de desfase y aislamiento, lo que otorga a su quehacer una tensión difícil de manejar.

Aquello que en un inicio había emergido como reacción generacional a un modo específico de entender los roles del arte dentro de la sociedad, terminará por asentarse como obsesión creativa. El crítico y curador John Yau ha definido a Liu como “un pintor observacional”, es decir, un artista pendiente de su entorno y despierto a la complejidad del presente. Donde otros manifiestan indiferencia, Liu lee los signos de la belleza de lo humano. En esas lecturas, y de maneras apenas perceptibles, construye una política de los afectos que le acerca/nos acerca al otro. “Prefiero pintar lugares que no puedan ser fácilmente juzgados por un simple sistema de valores”, comenta. “Quiero experimentar la complejidad del mundo. Deberíamos mirar más alrededor y tratar de entender cómo piensan las otras personas”.¹

La afirmación de que Liu es un pintor realista, es una verdad ambigua. Muchas de sus composiciones resultan del cruzamiento de varias fotografías tomadas por él y sus recuerdos de lo vivido. Ello, unido a los vínculos peculiares que teje entre las figuras y sus emplazamientos, sitúa sus pinturas más allá de lo documental. Por ejemplo, en Out of Beichuan (2010), pieza que indaga en las consecuencias del terremoto de 2008 en Beichuan, resulta curiosa la desconexión entre las chicas que ocupan el primer plano —presuntas sobrevivientes locales— y los efectos materiales del sismo, que el artista resuelve a base de gruesos empastes tectónicos. ¿Registra Liu un acontecimiento o la vida cotidiana del condado? En otra de sus obras, Brawler (2022), un grupo de adolescentes chinos comparte, conversa, juega en las montañas de Yan’an. Los chicos parecen recortados sobre un escenario del que no forman parte y cuyas conexiones resultan más circunstanciales que afectivas. Elementos de este tipo son los que delinean una poética de la tensión, en donde las personas y sus entornos están renegociando, continuamente, sus interacciones y pertenencias.

La pintura de Liu Xiaodong recrea mundos atravesados por las contradicciones de las estructuras sociales modernas. En ellas, la cercanía y la calidez de los retratados contrastan con cierto sentido de inadecuación y descentramiento. A veces la pintura hace eso, nos arrastra al país de los otros, un sitio fuera de encuadre donde también estamos a salvo. 

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1. Art 21. “Liu Xiaodong in ‘Beijing’”, Art in the Twenty Firs Century, temporada 10. Consultado el 1 de abril de 2025.

Para saber más
:: En Instagram: @liuxiaodongstudio
:: Entrevista: “Liu Xiaodong Interview: We Humans are Strange Animals”, 2019.