Ahora que el culto simbólico a los centenarios está al alza, es menester recordar el bicentenario del compositor romántico y pianista Federico Chopin, quien naciera en marzo de 1810 en una aldea de Polonia, y luego considerado hijo adoptivo de Francia.
La vida de Chopin puede ser vista desde el drama romántico, pues sus diversos amoríos marcaron el derrotero de su vida, especialmente el romance que sostuvo por varios años con George Sand, nombre artístico de la escritora y baronesa francesa Aurore Dupin. Esta relación fue todo un arquetipo de la pasión romántica del siglo XIX.

Desde la perspectiva musical, Chopin pasó a la historia como un extraordinario pianista que conquistó el gusto y el aplauso del público en diversas ciudades europeas. Pero, más allá de su talento ejecutor, el polaco dejó un vasto legado de inspiradas obras para piano en los más diversos estilos: mazurcas, preludios, polonesas, nocturnos, etcétera, además de un par de magistrales conciertos para piano. Su música es perfecta, elegante, inspirada y con matices contrastantes de delicadeza y heroísmo. A pesar de su juventud, Chopin murió agotado por la tuberculosis en octubre de 1849.

Chopin: Études
Maurizio Pollini (DG, 1990)
Ésta es una de las grabaciones que han dado fama y prestigio al pianista italiano por la soberbia ejecución de los Estudios para piano Op. 10 y 25. Cada uno de los estudios consta de 12 piezas que estaban destinadas a desarrollar la habilidad técnica de los solistas. Más allá de su finalidad didáctica, estas obras se han consolidado en el gusto de los amantes del piano por su mezcla de complicación y emoción.


Arthur Rubinstein, The Chopin Collection
Arthur Rubinstein (RCA Victor, 1991)
Reconocido como uno de los más importantes intérpretes de Chopin, el pianista polaco Arthur Rubinstein (1887-1982) pasó a la historia como un magnífico músico, poseedor de enorme sonoridad y una peculiar maestría para obtener del piano los más delicados y exquisitos matices. Esta colección de 11 discos reúne sus diversas grabaciones de gran número de las obras de Chopin, las cuales se han convertido en referencia obligada en la interpretación de este autor.


Chopin, The Complete Polonaises
Maurizio Pollini, Martha Argerich, Anatol Ugorski (DG, 2005)
Chopin compuso 15 polonesas, la primera de ellas a la edad de siete años. Están inspiradas en danzas de origen polaco a las que imprimió un peculiar tratamiento rítmico y melódico, fijando así el prototipo de este estilo musical. De estas obras destacan, la Polonesa núm. 6, Op. 53, compuesta en 1842, y la Polonesa núm. 1, Op. 40, que data de 1838. En este álbum se reúnen tres magníficos pianistas de referencia en el repertorio chopiniano.


Chopin: The Complete Nocturnes and Impromptus
Claudio Arrau (Phillips, 1997)
En este álbum es posible escuchar dos de los estilos más exquisitos de Chopin, a partir del arte del pianista chileno Claudio Arrau. Los 21 nocturnos del compositor han quedado establecidos como la referencia absoluta de este tipo de composiciones. Su característica fundamental es la profundidad expresiva y lírica. Los Impromptus son piezas destinadas a la improvisación con base en una estructura convencional, generalmente tripartita.


Chopin: Piano Concertos nos. 1 & 2
Krystian Zimerman, Polish Festival Orchestra (DG, 1999)
Chopin nos legó un par de conciertos para piano y orquesta que son joyas de la literatura concertante para teclado del Romanticismo. El Concierto para piano y orquesta núm. 1, Op. 11 en mi menor y el núm. 2, Op. 21 en fa menor son magistralmente interpretados en esta grabación por el pianista polaco Krystian Zimerman, quien logra un inusual balance sonoro entre instrumento solista y orquesta, lo que le ha valido que las suyas sean consideradas las mejores interpretaciones de este par de obras.