Las nuevas moralejas de la publicidad
Enrique González – Edición 417
Los problemas de niños adolescentes y jóvenes, no son fáciles de abordar y quienes deseen encontrarles soluciones deben ser mucho más creativos para captar su atención ya que, antes de cumplir 20 años, han consumido miles de horas de cine, televisión, videojuegos, publicidad e internet
Una niña es abusada por un adulto. Un niño se burla de otro por su corte de cabello o por su obesidad. Una niña sufre el racismo por el color de su piel. Un niño se pone violento al ver a su padre ponerse violento. Un grupo de adolescentes echa a perder su noche (e incluso uno pierde la vida) por culpa del alcohol…
Sea en el siglo XIX o en el XXI, los problemas que enfrentan niños y adolescentes son prácticamente los mismos; quienes deseen encontrarles soluciones deben ser mucho más creativos que en el pasado para captar la atención de estos seres humanos que, antes de cumplir 20 años, ya han consumido cientos de miles de horas de cine, televisión, videojuegos, publicidad e internet.
Las fábulas de Esopo ya no funcionarían; la ingenuidad de campañas como “Mucho Ojo” o “Vive sin drogas” que invadieron, respectivamente, las pantallas de Televisa y tv Azteca durante los años ochenta y noventa ya no funcionaría; los mensajes maniqueos que simplifican el mundo como una lucha entre “buenos” y “malos” ya no causan efecto alguno.
Los publicistas y las instituciones que en buena parte del mundo occidental se encuentran realizando estas campañas para combatir o denunciar situaciones de riesgo, tales como el abuso infantil, el bullying, la violencia doméstica o el consumo irresponsable de alcohol, parecen haberse dado cuenta de ello.
Ejemplos sobran, y el lugar idóneo para verlos es —¿dónde si no?— YouTube.
En el spot de la campaña “W”, del gobierno australiano, (Los niños ven, los niños hacen) se suceden una serie de escenas tan cotidianas como reprobables: un hombre le grita a su pareja y está a punto de golpearla; una madre fuma y tira la colilla a la calle; otra madre insulta a un conductor de coche a coche… y los pequeños hijos de cada uno de ellos están a su lado, imitándolos.
En el Reino Unido, las autoridades decidieron apuntar directamente a donde más les duele a los adolescentes: su apariencia. La campaña “Alcohol: know your limits” (Alcohol: conoce tus límites), les dice a los jóvenes fiesteros: “Nunca planearías terminar una buena noche de fiesta con la boca ensangrentada, el rímel corrido, los pantalones sucios, la falda desgarrada, algo de vómito en la camisa o las medias rotas, así que… ¿por qué lo haces?”.
Busca en YouTube: “Anti-Bullying ad” y “Words Hurt – Bullying Commercial” y podrás ver cómo los responsables de la educación en Suecia y Canadá fijan su postura contra los ataques a los alumnos “diferentes” —conocido como bullying—, práctica tan frecuente como deleznable.
¿Y en México, donde la Secretaría de Educación calcula que 44 por ciento de los alumnos padece bullying, el alcoholismo le cuesta al país 12 mil millones de pesos anuales, y la violencia intrafamiliar afecta a uno de cada tres hogares, qué se hace al respecto?.