La presencia de los libros
Jorge Pérez – Edición 459
La lectura funge como paliativo, a la par de la diversión o la educación. Los libros son una compañía que gracias a la tecnología se adapta a nuestras necesidades, con audiolibros o libros electrónicos.
Decía Baltasar Gracián sobre un varón inteligente que dividió su vida en tres etapas: “La primera la empleó en hablar con los muertos; la segunda, con los vivos; la tercera, consigo mismo”. Entramos en contacto con los “muertos”, para el autor español, en la palabra escrita. Una lectura es un diálogo con alguien cuyo pensamiento cruza siglos e idiomas. Un buen ensayo es un maestro, o una buena novela está poblada de personajes que se convierten en nuestros amigos. La lectura funge como paliativo, a la par de la diversión o la educación: hay miríadas de libros que nos ayudan a superar una depresión; a soportar los momentos difíciles de la vida, no sólo con buen humor, también con una profunda reflexión acerca de la condición humana.
Los libros son una compañía que gracias a la tecnología se adapta a nuestras necesidades, con audiolibros o libros electrónicos: un corredor puede ir por el parque escuchando una novela o un ensayo en sus audífonos, o cualquiera puede leer en la pantalla del celular con aplicaciones como Kindle (también un e-reader). Estos nuevos recursos no son sino una evolución de las viejas prácticas con las que hemos entrado en contacto con los “muertos”, con el pensamiento de los otros: la lectura de salón donde un lector (el único que sabía leer) prestaba su voz a las primeras novelas, en verso; el juglar que con música narraba pequeñas historias; los bardos que en la antigüedad entonaban cantos, por cuya voz pasaba la inspiración de la musa; o más atrás en el tiempo, cuando sólo contábamos historias alrededor del fuego.
E-books
La tipografía es clave en el ritmo de lectura, pero varía en cada editorial: en los e-books es la misma en todos los títulos. Entre sus pros está el hecho de que, con un clic, tenemos en segundos un libro editado en Australia o Alemania, muy útil para los interesados en leer en otros idiomas. Un aparato e-reader alberga una biblioteca completa, nos evita cargar ejemplares voluminosos y facilita hacer anotaciones. Con aplicaciones como Talk Back, cualquier libro electrónico se transforma en audiolibro.
Recomendación: Kindle Unlimited (Amazon), “el Netflix de los libros”.
De bolsillo
Desde antes de la invención de la imprenta existieron libros en pequeño formato, de un tamaño que cabe en la palma de la mano. Pero el “libro de bolsillo”, tal y como lo conocemos, es una herencia británica: en los años treinta, la editorial Penguin instrumentó la estrategia editorial para abaratar costos. Los libros que caben en el bolsillo del saco nos acompañan fuera de casa con mayor facilidad: la industria replicó el formato.
Recomendación: Los dos primeros títulos publicados por Penguin: Adiós a las armas, de Hemingway, y Ariel, de André Maurois.
Empatía
Leer no nos hace mejores personas per se; pero hay lecturas que nos hacen conocer problemáticas y puntos de vista con los que de otro modo no entraríamos en contacto con tanta facilidad. La revista Psychology of Aesthetics, Creativity, & the Arts publicó un estudio en el que se encontró que los lectores resultaron “más empáticos” para reconocer emociones de otros. Lo aclaran: no toda lectura genera esa cualidad, al dividir la lectura “literaria” de la lectura “de género” (romance, fantasía).
Recomendación: Nosotros y los otros, de Tzvetan Todorov. Siglo XXI, 2010.
Autoayuda
Al hablar de la etiqueta editorial de “autoficción”, Javier Cercas afirma que todo libro es autoficción. De igual modo, el concepto “libro de autoayuda” es un pleonasmo si leemos con la convicción de que toda literatura nos puede ofrecer una nueva mirada o posibles soluciones. Y cuando no lo hacen, por lo menos un libro nos hace pasar un buen rato. Y eso, en este mundo contemporáneo, es una gran ayuda.
Recomendación: El fantasma, de Nathan Hill, novela con un personaje deprimido y estresado que nos hará reír y mejorar nuestro ánimo. Se publicará en septiembre en Salamandra.
El libro de cabecera
“Está cuando te duermes, está allí cuando despiertas”: así la omnipresencia del libro de cabecera. A veces es difícil que un libro nos acompañe durante el día con los ajetreos cotidianos. Aunque el “libro de cabecera” a veces es sinónimo del libro favorito, literalmente evoca la costumbre de leer un poco antes de dormir, un poco al despertar. Con este hábito que nos toma unos minutos habremos leído varios libros en unos meses.
Recomendación: Verdades a medias, verdades y media: aforismos de Karl Kraus, Conaculta, 2012.