Netflix es la revolución de la distribución de contenidos audiovisuales en línea. Comenzó como un videoclub con soporte web y con los años no sólo pulverizó el modelo tradicional de renta de películas a la Blockbuster, sino que redujo el número de descargas ilegales
La nómina disponible en México es enorme. Desde Cuevana.tv —creada por el universitario argentino Tomás Escobar, hace dos años—, Películas ID, Series Yonkis, Pelis24 o Megavideo, del popular servicio de descargas Megaupload… Y a pesar de la variedad, todos tienen un denominador común: la experiencia de ver cine y televisión con estos servicios camina por la delgada frontera entre la ilegalidad y la cultura internetera de compartir.
Por eso, la respuesta parece más sencilla desde el 12 de septiembre: se llama Netflix, cuesta 99 pesos al mes, la reproducción puede hacerse desde casi cualquier aparato con conexión a internet y en alta definición (HD), y cuenta con un catálogo que abarca por igual los grandes clásicos que los estrenos de la temporada. Y, para no lastimar conciencias, es totalmente legal.
Netflix es la revolución de la distribución de contenidos audiovisuales en línea. Y la expresión, a más de diez años de la creación del servicio, se ha vuelto un cliché: comenzó como un videoclub con soporte web y con los años no sólo pulverizó el modelo tradicional de renta de películas a la Blockbuster, sino que redujo el número de descargas ilegales en Estados Unidos y Canadá debido a su gran oferta, el bajo costo para los usuarios y el aval de estudios y cadenas de televisión.
La oferta audiovisual
Netflix posee un catálogo de más de 20 mil títulos, entre películas, series de televisión, documentales y conciertos. Tiene acuerdos con cadenas como Sony Pictures (El código Da Vinci, Punch-Drunk Love, El último emperador), los estudios mgm (La pantera rosa, Legalmente rubia), Universal Pictures (Scott Pilgrim Versus the World, The Incredible Hulk) y Walt Disney Motion Pictures (Tron, Piratas del Caribe, Ratatouille).
¿Cómo funciona?
Netflix realiza acuerdos para la distribución de contenidos con las casas productoras y las distribuidoras. El usuario paga una suscripción mensual que, en el caso mexicano, es de 99 pesos para tener acceso a los títulos. Éstos pueden ser descargados desde casi cualquier dispositivo con conexión a internet (iPhone, laptop, Xbox, PlayStation, iPad, Wii) y permiten al usuario detener su reproducción y continuarla en cualquier otro momento. Su plataforma de red social ofrece recomendaciones
de otros usuarios, contenidos relacionados y valoraciones.
Viento en popa
Según la Amipci, 68% de la actividad online de los mexicanos está dedicada a la visualización o la descarga de contenidos audiovisuales. Para la agencia de análisis ComScore, México encabeza el consumo de video en línea en América Latina, con 78 por ciento de penetración. Netflix leyó bien esta tendencia y decidió impulsar su expansión en este mercado. El problema será el acceso de los usuarios a la banda ancha: en México, según la OCDE, es de 8.83 suscripciones por cada cien habitantes.
Contenidos Made in Mexico
En julio pasado, Televisa acordó distribuir tres mil horas de contenido anual con Netflix, que incluyen telenovelas, series de televisión y programas de entretenimiento. El contenido, informó la televisora en un comunicado, “estará disponible para Netflix un año después de su transmisión en televisión abierta”. Días después del anuncio se supo que TV Azteca hizo lo mismo, con más de mil horas anuales. m
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La única ventaja que le veo
La única ventaja que le veo sobre Cuevana es que no lastima las conciencias. Cuevana tiene un catálogo mucho más extenso, al que si no esta una película tú mismo se la puede subir, y todo esta en calidad DVD. En la cuestión técnica no le pide casi nada a Netflix.
Sin embargo, Netflix esta buscando hacer un modelo de negocio sobre esto, donde ambas partes nos beneficiemos del acuerdo. Quizá eso ayude a que las televisoras y las cadenas se animen al “steaming” directo, no solo un año después de que se emiten, ¿qué es eso?
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