La conveniencia de enverdecer
Moisés Navarro – Edición 469
Entre otros beneficios que la vegetación brinda están la disminución del ruido, el control de la temperatura y la creación de hábitats para la fauna; además de beneficios indirectos, como el atractivo que representa para las personas y el movimiento de microeconomías
Hemos despreciado el valor de la vegetación. El desarrollo urbano y el mercado inmobiliario la han vuelto prescindible. Se ha obviado su utilidad y, conforme se desarrolla la ciudad sin tenerla en cuenta, pagamos las consecuencias.
En la ciudad de Nueva York, el Departamento de Parques se propuso realizar un inventario de los árboles existentes para calcular el valor económico de cada uno de ellos. Se contabilizaron 694 mil 249 ejemplares que, juntos, reportan —entre el agua de lluvia almacenada, la energía conservada, la reducción de CO2 y la eliminación de otros contaminantes atmosféricos— un ahorro de casi 110 millones de dólares al año que la ciudad tendría que gastar para solventar dichos problemas. (En esta página puede verse el inventario, con ubicaciones, imágenes y descripciones detalladas de cada árbol que hay en Nueva York.)
Entre otros beneficios que la vegetación brinda están la disminución del ruido, el control de la temperatura y la creación de hábitats para la fauna; además de beneficios indirectos, como el atractivo que representa para las personas y el movimiento de microeconomías, las interacciones sociales y la reducción de problemas de salud producidos por la contaminación y el estrés. Todo esto, sin despreciar los valores paisajístico y ornamental de las plantas.
Es fundamental, para asegurar nuestra supervivencia, pensar en los árboles y demás vegetación como infraestructura y no como complementos. No importa la escala en la que lo hagamos: si es una megaciudad o el jardín de nuestra casa.
Jardines elevados en Sants, Barcelona
Ochocientos metros de vías férreas elevadas abandonadas fueron intervenidas por el arquitecto paisajista Sergi Godia. El resultado fue un corredor lleno de jardines con doble vía para caminar: una sombreada y una asoleada. En la sección intermedia del camino, la selección de plantas fue instrumentada con el propósito de hacer que el paseante tuviera la sensación de estar en un entorno natural, y no dentro de la ciudad.
Nong Nooch Tropical Garden
Inició como una idea para sembrar árboles frutales; posteriormente se convirtió en un jardín con intenciones de conservación botánica y, finalmente, se transformó en un sitio turístico en Tailandia. Además de los atractivos con que cuenta (restaurantes, un mini zoológico, jardín de orquídeas, etcétera, tiene espacios dedicados al estudio, la investigación y la conservación de plantas tropicales.
Castillo de Villandry
A inicios del siglo XX, el castillo de Villandry, en Francia (de origen renacentista y finalizado en 1536), estaba semiolvidado y en decadencia. Un médico de nombre Joaquín Carvallo lo adquirió y trabajó en su restauración. Para la reconstrucción de los cuatro históricos jardines se apegó a documentos del siglo XIV que describen el clásico jardín a la francesa. La construcción está rodeada de árboles centenarios y en sus inmediaciones crecen rosales silvestres y otras especies nativas.
Ciudad bosque
Un millón de plantas de 100 distintas especies serán albergadas en Liuzhou Forest, en China. Una nueva ciudad que se construye desde cero. Está diseñada para 30 mil habitantes y se pretende que haya una planta en cada rincón de la ciudad. Funcionará con energía geotérmica y solar. Se espera que la vegetación en conjunto absorba un total de 10 mil toneladas de CO2 y produzca 900 toneladas de oxígeno al año.
Alvarado, Veracruz
Luego de que un incendio en 2010 acabara con cerca de 200 hectáreas de mangle, los habitantes de San Juan, en Alvarado, Veracruz, comprendieron el valor de dicho árbol. A partir de entonces, inició una restauración exhaustiva para la recuperación del humedal. Han obtenido diversos beneficios: recursos para la pesca, mejor calidad de la miel producida y de la madera. Eso, sin mencionar la protección ante desastres naturales que ofrece por sí mismo este ecosistema.