La ciudad de Eloísa
Jorge Esquinca – Edición 496
Silvia Eugenia Castillero ha obtenido este año el Premio Jaime Sabines/Gatien Lapointe, que otorgan instituciones de México y Quebec, por el libro Eloísa
La ventana te guardaba junto a sonidos de petirrojos, mezclados a la mirada siempre atenta de la acera de enfrente acechándote, mientras tú esperabas mis pasos, mi aliento cada vez más cerca. Desde la esquina tu oído me presentía. Recuerda esa red, aprisco donde te refugiabas de la espera, ese lapso que parecía noche en pleno día. Significaba atender tu ventana sin salirte de las rejas hechas de imágenes atrapadas en esa retícula de susurros, deseos, retazos de nubes y bruma. Las horas tejían una ciudad entre los postigos, el cristal y tu mirada. Un teclado de colores y voces te permitía ir componiendo texturas suaves a veces, insólitas cuando llegaba el viento, o muy brillantes al entrar la primavera. En el vaivén como enredadera se balanceaba la luz.
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Tirar una, dos líneas, palpar los contornos de la ciudad desconocida. Tiendes tus dedos hacia el poniente como un litoral, sedimentos y muros son mi paisaje. Allí me deslizo, caigo, conozco piedra por piedra en las líneas de tu mano. París rasguña mi pecho, anchos los bulevares aparecen en grafito, generosos abren sus esquinas, al centro el movimiento se descubre, latente sobre tu espalda. Parecía esconderse la agitación al interior de los trazos grises, un entrecortado latir, ciego en su ritmo. Era largo el recorrido hacia la ciudad desde el incalculable lapso de mi cuerpo al tuyo.
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Eloísa en español, Héloïse en su versión francesa, es el libro con el que Silvia Eugenia Castillero ha obtenido este año el Premio Jaime Sabines/Gatien Lapointe que otorgan instituciones de México y Quebec. No se trata del libro más reciente de la poeta y directora de la revista Luvina, pues la edición original apareció hace poco más de una década. Sin embargo, el jurado reconoce la constancia de una vocación que se ha afirmado con los años a través de sus distintos libros publicados —Atrios, editado por Bonobos, es el más reciente— y de su ejemplar e incansable tarea en favor de la literatura, muchas veces contra viento y marea, en el timón de la revista mencionada. De su libro premiado escojo este par de poemas en prosa donde la ciudad —París, a la vez legendaria y contemporánea— no es sólo el telón de fondo de los amores trágicos de Eloísa y Abelardo en la Francia del siglo XI, sino una criatura que toma cuerpo por mediación de la mirada tan ferviente como minuciosa de la poeta. La ciudad se convierte, a lo largo del volumen, en un enjambre de sonidos a través de los que se buscan, se ocultan, se entregan los amantes. Y la palabra poética de Silvia Eugenia Castillero los sigue fielmente, íntimamente, descubriendo diversos registros, tonos, matices, para que los lectores podamos escucharlos.