“Int. Casa de Chapultepec / noche”, por Fernando Trejo
Jorge Esquinca – Edición 476
El poema que presentamos forma parte del segundo apartado del libro La abuela está en la casa porque he visto su voz, escrito en su conjunto a la manera de un guion cinematográfico
En la pared de mi casa,
se dibuja poco a poco una figura
por los resquicios de la lluvia.
Una gotera cuela su furia por las carpetas de cemento.
Cabe su esencia.
Cava con sus manos de agua pozos de humedad.
Por ahí asoma el ojo de mi abuela.
Los hoyitos de su risa.
Es un milagro que Dios la dibuje tan perfecta.
Las líneas de su voz se filtran por la esquina.
Me llama.
Yo sostengo
entre mis manos
sus manos muertas y frías.
Le acomodo el rosario
con el que compartió la vida desde que soy un niño.
En cada cuenta de madera
aparecen sus huellas en el centro de la cruz,
donde una medalla de San Benito ora por los hijos que dejó.
Yo no sé si la pared de mi casa
sepa de la juventud de mi abuela
y su mirada triste.
Yo no sé si la humedad
sea también una forma de su llanto a lo lejos.
El punto aquí
es el milagro de su aparición.
El remanso
donde cupe alguna vez entre sus manos.
* * *
El libro más reciente de Fernando Trejo (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1985) es una larga elegía, a la vez doliente y luminosa, donde los tiempos se mezclan hasta conformar los instantes en que el duelo se abre, permitiendo la entrada de la memoria. La abuela está en la casa porque he visto su voz nos remite desde su título a la desaparición física de una presencia tan querida y recordada que no puede menos que regresar, manifestándose de manera misteriosa y, a la vez, perfectamente perceptible, pues se trata de una voz que se ve, de unas manos muertas que vuelven a tocarse, de una mirada y una risa que retornan. El poema que presentamos forma parte del segundo apartado del volumen, escrito en su conjunto a la manera de un guion cinematográfico; de aquí que abunden las indicaciones del tipo “interior”, “exterior” o “flashback”, de las que el poeta se sirve para situarnos en escenarios casi siempre domésticos, filtrados por la religiosidad característica de la abuela inolvidable. Fernando Trejo ha publicado, entre otros libros, Solana (2014) y Ciervos (2015); ha sido becario del Imcine y es uno de los principales animadores del Festival de Poesía Carruaje de Pájaros, que se lleva a cabo en su tierra natal. Con La abuela está en la casa porque he visto su voz (Cuadrivio, 2019) obtuvo el Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal.