Festín y diálogo por MAGIS 500
Óliver Zazueta – Edición 501
La Casa ITESO Clavigero recibió al equipo, cómplices y amistades de la revista, que celebró con una edición especial en la que se rescatan algunos de los trabajos más relevantes de sus distintas secciones
Hay tres maneras de pronunciar magis. Las dos principales son la italiana y la alemana. En la primera, la “g” suena como y griega y se pronuncia mayis, es la que se usa en la Iglesia católica; en la segunda, suena como “gui”; mientras que en la tercera, castellana, la “g” se convierte en “j”. Entendiendo que la diversidad lingüística es la parte más divertida de la vida, que toda comunicación tiene que ver con el contexto y que de eso se trata la belleza de la lengua, quien pronuncie esta palabra puede hacerlo “de la forma en que se le antoje”, con la venia de Alexander Zatyrka, SJ, rector del ITESO, que así cerró con humor su aclaración sobre la forma de pronunciar uno de los términos más queridos de la tradición ignaciana y cuyo significado es “buscar continuamente en la acción, en el pensamiento y en la relación con los demás, el mayor servicio, el bien más universal”.
El punto es que MAGIS llegó a su número 500, y el festín reunió a compañeros de mil batallas —o por lo menos de medio millar, diría José Israel Carranza, el editor— en Casa ITESO Clavigero, el pasado 21 de agosto, para recordar las gestas que, entre letras, imágenes, tinta y papel se hirvieron en su interior desde que la publicación naciera como Boletín informativo en noviembre de 1968, y que ha tenido dos grandes transformaciones a lo largo de su historia, la más reciente cuando se rediseñó en 2005.
El banquete se dividió en dos secciones: en el arranque se rindieron honores formales a la revista por parte de las autoridades del ITESO; para el siguiente momento, compartieron su experiencia cuatro periodistas convocados a participar redactando sendos textos que revisan la historia de las secciones principales de la revista. Pero el intercambio de impresiones terminó siendo una tertulia que se debatía entre la nostalgia por lo perdido y la esperanza ante las nuevas posibilidades del periodismo, oficio para el que MAGIS, se dijo, juega un rol de salvaguarda.
“MAGIS se ha convertido en un medio de vinculación con quienes son o formaron parte de nuestra universidad, así como con la sociedad en la que nos insertamos y la que queremos ser. En más de medio siglo, la publicación ha cambiado de formatos y énfasis, incluso de nombre, en función de los diferentes contextos, pero ha mantenido su espíritu de servicio a través de la información y la reflexión, hasta llegar hoy a los desafiantes tiempos de la inmediatez y de la vorágine informativa”, expresó el rector del ITESO, Alexander Zatyrka Pacheco, SJ, quien recalcó que la comunidad universitaria se integra por más de 11 mil estudiantes y casi dos mil colaboradores, a los que se suman más de 55 mil egresadas y egresados.
Humberto Orozco Barba, director de Relaciones Externas del ITESO, destacó que, a partir de 2005, MAGIS se estructuró en secciones pensadas con nombres en latín para simbolizar tres grandes tradiciones: la científica, la universitaria y la jesuita. “Pensamos en una publicación cuyos contenidos contuvieran los saberes presentes en la universidad, y que fuera en su forma, arte, diseño y tipografía, signo de los tiempos, y que contribuyera al cumplimiento de la responsabilidad del ITESO con una sociedad democrática y libre”, dijo.
Celebrar la edición 500 de MAGIS es un logro que trasciende lo numérico y se adentra en el territorio de lo simbólico, consideró Magdalena López de Anda, directora de la Oficina de Comunicación Institucional del ITESO y de la publicación. “MAGIS es más que una revista, algunas cuentas en redes, una cátedra o próximamente un programa de radio: es testimonio del compromiso del ITESO con el pensamiento crítico, con la palabra bien dicha, con la imagen reveladora y con la búsqueda de la verdad”, mencionó.
Periodismo a fuego lento
MAGIS apela a un periodismo escrito que permite detenerse y mirar despacio lo que está pasando, y las conversaciones en su interior están influidas por la esperanza y por la visión vanguardista. Algo de esto destacaron los periodistas involucrados en este número especial, para el que realizaron una curaduría de los trabajos destacados en varias secciones durante los últimos 19 años de la revista.
Jesús Estrada hizo la reseña de Indivisa, sección dedicada a reportajes de investigación a profundidad, para la que eligió trabajos que han trascendido en el tiempo enfocados a la desaparición forzada, la crisis medioambiental, las condiciones laborales o los movimientos sociales. Al periodista Iván González Vega le correspondió Ergo Sum, sección de semblanzas, y cuyos 119 perfiles analizó de modo exhaustivo. A su modo de ver, estos trabajos son un esfuerzo por contar una parte del presente a partir de la labor, la experiencia y los actos de una persona. Por su parte, el periodista Gabriel Orihuela compartió su experiencia sobre Distincta, reportajes que apelan a nuevos horizontes, al cambio y a la posibilidad de un mundo mejor.
En una airada defensa del lenguaje escrito, Vanesa Robles, quien escribió acerca de Colloquium —la sección de entrevistas—, recordó cómo la mayoría de los medios de comunicación escrita, que antes privilegiaban a este género con un espacio considerable en sus páginas, han dejado de hacerlo. Y celebró que MAGIS dé cobijo a conversaciones con personajes tan variopintos. “La entrevista abre la posibilidad de dos miradas, pero estas dos personas que conversan han sido influidas por otras muchas miradas, entonces se vuelve una cosa fenomenal. En la defensa del lenguaje escrito, MAGIS ha sido una revista importantísima. Está apostando por lo que apostaron algunos emperadores de Egipto, cuando formaron la biblioteca de Alejandría, que es el lenguaje escrito, algo que nos ha hecho crecer muchísimo como seres vivos y humanos”, expresó. La mesa fue moderada por el editor de magis, José Israel Carranza, quien destacó el valor de la revista como un proyecto que, además de apelar a la pausa, el análisis y el periodismo a fuego lento, también invita a la búsqueda de otras posibilidades: “Una palabra que es muy importante para nuestro trabajo es esperanza, sobre todo en circunstancias tan adversas como las que enfrentan hoy muchas personas; es algo que cuenta mucho para la labor que hacemos en la revista”.