El Puente: una apuesta por el periodismo crítico
Judith Morán – Edición 448
Alumnos de distintas carreras del ITESO elaboran un periódico en Ciudad Guzmán. ¿Su objetivo? Ofrecer un periodismo crítico y aterrizar temas que muchas veces la gente ni siquiera ha escuchado
“¿Cómo nos fue en la edición de este mes?”, “¿Qué sugieren como foto de portada?”, “El tema de economía desde la familia y las comunidades podríamos ir trabajándolo”, “¿Cómo abordarlo, como reportaje?”. Las preguntas surgen sin parar en esta junta editorial en la que están presentes el director y unos 18 colaboradores, entre los que hay académicos, egresados y alumnos del ITESO. ¿Y qué tiene esto de especial? Lo peculiar de la situación es que director y colaboradores no están en las instalaciones de una redacción, sino en un salón anexo al templo de San Isidro Labrador en Ciudad Guzmán, donde mes a mes se planea el contenido de El Puente, el medio de mayor circulación en ese municipio del sur de Jalisco.
Pero ser el medio más leído en la región —los colaboradores calculan que tienen cerca de 50 mil lectores, entre la versión impresa y la de internet—, no es su única virtud: El Puente no tiene anunciantes, sus ingresos provienen de la cuota de cooperación voluntaria que hacen los lectores. Y van más allá: al final del año, las utilidades se donan a la comunidad de Pantelhó, Chiapas; además, detrás de cada número está el trabajo de unos 20 voluntarios, más un grupo de distribuidores que no recibe remuneración alguna.
Entre los colaboradores que la revista ha tenido a lo largo de su existencia se puede contar a unos 30 estudiantes de las carreras de Relaciones Internacionales y Ciencias de la Comunicación que escribieron en El Puente como parte del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) Agenda Global: Comunicación y Periodismo. Para muchos de ellos, la estadía en esta publicación significó el inicio de su carrera periodística. Tal es el caso de Alejandra Guillén, ganadora del Premio Jalisco de Periodismo en 2014 y egresada de Ciencias de la Comunicación. “En El Puente aprendí a mirar desde abajo y las formas en que muchas personas se organizan contra la represión, el despojo, la criminalización, la violencia, entre otras cosas”, comparte en una colaboración publicada en el periodo enero-febrero de 2015.
Carlos Cordero, maestro de asignatura de la Licenciatura en Relaciones Internacionales y actual coordinador del PAP Agenda Global, calcula que desde que arrancó el proyecto, hace siete años, se han escrito unos 80 artículos. La meta es que los estudiantes fortalezcan su capacidad de análisis periodístico en temas como migración, economía, política en América Latina y el mundo. “El objetivo es formar profesionistas enfocados al periodismo crítico”, detalla Cordero.
Las colaboraciones se publican en la sección “Reflejo Internacional”, aunque también participan en reportajes especiales, como ocurrió en el Verano 2014, cuando en Ciudad Guzmán se registró un aumento de migrantes. “Entrevistamos a algunos, explicamos cuáles eran sus rutas en México, y concientizamos a la población acerca de cómo relacionarse con ellos. Fue un poco luchar contra el prejuicio de que son delincuentes y también despertar la sensibilización de la cooperación; al final, estos migrantes pertenecen a estratos marginados en sus países de origen y Ciudad Guzmán está dentro de una periferia y, por lo tanto, se le puede considerar una población marginal del área metropolitana de Guadalajara”, señala Cordero.
A decir de Jorge Rocha, académico del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (SOJ) y también colaborador, la virtud del PAP es que ubica a los alumnos en un proceso de producción real de piezas de periodismo y ante una realidad social que puede ser poco conocida por la comunidad universitaria. “Se colocan en una situación de un mundo más rural, un mundo donde hay más pobreza, con lectores de un nivel socioeconómico mucho más bajo, y eso hace que empiecen a ver la realidad desde otra perspectiva. Conocen el otro Jalisco”.
¿Cómo “arman” sus notas? Principalmente recurren a fuentes formales de información: académicos, reportes de ong, etcétera. Uno de los retos es redactar de manera que todos entiendan temas como el impacto que tiene en la economía mexicana el bajo precio del petróleo. “Tenemos la oportunidad de aterrizar temas de los que muchas veces la gente ni siquiera ha escuchado, que ni siquiera concibe”, dice Andrés Treviño, estudiante de Relaciones Internacionales y presidente de la Unión de Sociedades de Alumnos del ITESO (USAI).
Un poco de historia
A finales de los años noventa, la precaria situación en la que vivían jornaleros indígenas que llegaron a Jalisco procedentes de Oaxaca y Guerrero a trabajar en campos de jitomate fue documentada por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, presidida entonces por Guadalupe Morfín. Ése fue el tema detonador para que el ITESO comenzara a actuar en el sur del estado con proyectos de intervención en Tapalpa, observación electoral y un periódico en Sayula con el nombre Diálogos Informados de Sayula, entre otros, recuerda Rocha. “Ahora es un momento importante para, desde el ITESO, hacer una reflexión sobre lo que hemos hecho acá, si vale la pena seguir la presencia o ir a otros lugares del estado”, apunta el académico.
Es en este contexto de trabajo en el sur del estado que surgió la colaboración con El Puente, medio que nació como fruto de una invitación que hicieron Samuel Ruiz y Raúl Vera desde la diócesis de San Cristóbal de las Casas en 1997, tras el envío de misioneros procedentes de la diócesis de Ciudad Guzmán a Pantelhó, Chiapas. Antonio Villalvazo Díaz, sacerdote y director de la publicación, recuerda que se pensó en un boletín que fungiera como medio de comunicación entre ambas diócesis.
El primer número de El Puente se publicó el 1 de enero de 1998 y se trataba de una hoja tamaño oficio en color verde. En ella se daba cuenta de quiénes eran los primeros misioneros de Ciudad Guzmán. La segunda edición fue un boletín de ocho páginas tamaño carta. Diecisiete años después, es un tabloide de 20 páginas, trece secciones y 148 ediciones que Villalvazo Díaz describe como “un proyecto humano donde la información no sea negocio, no sea una mercancía, sino un servicio”, y es enfático al señalar que no es el periódico de la diócesis de Ciudad Guzmán. “Somos un proyecto autónomo, no oficialista; no oficial, pero sí oficioso: es una ventaja”. m.
Para leer
:: Sitio web de El Puente