¿Qué pasaría si el dinero que se obtiene por la venta de agua embotellada se usara para fines altruistas? La respuesta está en el proyecto One, creador de una marca de agua embotellada que dona el cien por ciento de sus ventas para proyectos que llevan agua potable a zonas del mundo sin acceso al vital líquido.
Para nadie es un secreto: el agua embotellada es un gran negocio. Simplemente en México, el mercado de este sector está valuado en poco más de diez mil millones de dólares y es dominado por las trasnacionales Danone (Bonafont), Coca-Cola (Ciel) y PepsiCo (Epura). Para darse una idea de en qué ámbitos se mueve el consumo de agua embotellada en el país, baste decir que, según estudios de la agencia Euromonitor, México representa 13 por ciento del consumo mundial, con un promedio de 174 litros de agua embotellada por persona al año. Las ganancias, no es difícil imaginarlo, son jugosas.
¿Qué pasaría si el dinero que se obtiene por la venta de agua embotellada se usara para fines altruistas? La respuesta está en el proyecto One, una organización que nació en Inglaterra con un objetivo: crear una marca de agua embotellada que donara 100 por ciento de sus ventas para proyectos que contribuyeran a llevar agua potable al menos a una parte de los mil millones de personas en el mundo sin acceso al vital líquido.
Poco a poco, el proyecto comenzó a ganar adeptos. Y a crecer: hasta ahora, One ha desarrollado un vitamínico, una marca de huevos orgánicos, un jabón de baño, preservativos y papel sanitario. La idea es que cada uno de los productos sirva para atender necesidades específicas: nutrición, sanitarias o de prevención de enfermedades de transmisión sexual en países en vías de desarrollo.
Para asegurarse de que todo lo recaudado por la venta de sus productos llegue a buen fin, One cuenta con una fundación que se encarga de distribuir las ganancias para las áreas correspondientes.
Darle la vuelta al problema
Entre los tantos problemas que enfrentan muchas comunidades en África están la falta de agua y la manera de hacerla llegar a las personas. Y éstos son asuntos en los que One también se ha involucrado. Así, se dio a la tarea de apoyar el proyecto Playpumps, que consiste en la construcción de bombas para extraer agua del subsuelo y que operan accionados por juegos infantiles.
La cosa funciona así: una vez encontrado el pozo, el agua se envía a los laboratorios para asegurarse de que es apta para consumo humano. Ya que pasa la prueba, se construye el sistema de bombeo que funciona a partir de las vueltas que da un tiovivo operado por niños y se almacena en un tanque con capacidad para dos mil 500 litros.
El primer Playpump se instaló en 1996, y de 2008 a la fecha se han construido 640 en Sudáfrica, Malawi, Lesotho y Suazilandia. En todos estos lugares el tiovivo es un juego muy común entre los niños, por lo que nunca hay escasez de voluntarios para bombear agua. La cifra de Playpumps en el África subsahariana asciende ya a mil 700. m
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