El Banco de Alimentos de Juanacatlán mejora sus procesos
Judith Morán – Edición 444
Alumnos de Ingeniería Industrial aplicaron el método japonés “cinco S” en esta institución que apoya a más de mil familias y que forma parte del Centro Educativo Integral Comunitario de San Antonio Juanacaxtle
En Japón existe la noción de las cinco S (Seiri, Seiton, Seiso, Seiketsu y Shitsuke), que se aplica en las empresas. Como su nombre lo indica, consta de cinco conceptos: clasificación, orden, limpieza, estandarización y disciplina. Desde hace unos meses, gracias al Proyecto de Aplicación Profesional Procesos Organizacionales y Comunitarios en Juanacaxtle, tales criterios se aplican en el Banco de Alimentos de Juanacatlán (Baju), gracias al trabajo que realizan alumnos del ITESO.
Reducción de costos o aumento de utilidades son conceptos relacionados con empresas y con organizaciones civiles. Esto lo saben Carolina Magaña, Diego Oviedo, Gustavo Cárdenas y Luis Mañón, alumnos de Ingeniería Industrial del ITESO. “La carrera se enfoca mucho en reducir costos o aumentar utilidades, aunque no solamente es eso. Aportar algo para que mejore la alimentación de la gente y la cultura laboral es lo que más me ha gustado“, dice Gustavo.
Gabriela Muñoz Padilla, coordinadora del pap, detalla que, de acuerdo con el perfil de los alumnos, es el enfoque con el que se trabaja en el banco de alimentos, proyecto vinculado al Centro Educativo Integral Comunitario (CEIC) de San Antonio Juanacaxtle, donde se imparten cursos de computación, inglés, bachillerato, licenciaturas, además de capacitación para micronegocios, entre otros.
En 2014 hubo un cambio en la directiva del Banco de Alimentos, que identificó la necesidad de mejorar su estructura y sus procesos. “La manera [de trabajar] que propusimos se ha conservado, era lo primordial”, explica Gustavo. Posteriormente, cuando Luis se integró al pap en verano, además de darle continuidad a la cultura de las cinco S, se inició un diagnóstico de los procesos involucrados en el funcionamiento de la institución. Esta “foto” se hizo con la finalidad de que todos los que colaboran con el banco identifiquen el alcance de sus acciones dentro del ciclo, por lo que sostuvieron talleres tanto con quienes reciben el alimento como con los comités que auxilian en las comunidades.
Mil 200 familias, de 22 comunidades de seis municipios de Jalisco, reciben despensa del Banco de Alimentos de Juanacatlán, que se encarga de recolectar comida, almacenarla y distribuirla. Una vez que llegan al banco los productos, se separan los que están listos para ser entregados y, en el caso del arroz, frijol o azúcar, se pesan para dividirlos entre las comunidades. García Morales detalla que en cada lugar adonde se llevan los alimentos hay un comité de voluntarios que arma las despensas.
El Baju nació como una extensión del CEIC, que se levantó en un terreno que donó la Compañía de Jesús. “El Banco (Diocesano de Alimentos) de Guadalajara empezó a atender a la comunidad de San Antonio y vieron la posibilidad de que nosotros fuéramos banco de alimentos”, cuenta Rosalba. m.
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:: Centro Educativo Integral Comunitario de San Antonio Juanacaxtle.