La exposición Memoria y luz sirvió como preámbulo para la firma de un convenio gracias al cual el ITESO ha recibido en comodato el acervo fotográfico del Fondo Gómez Barbosa para fines académicos, de investigación y de difusión cultural

Acá, un bolero saca el lustre a las botas de un mariachi, mientras otros músicos conversan y los instrumentos esperan, uno junto a otro, en el suelo. Allá, una pareja de novios sonríe desde una motoneta y en otro rincón un grupo de trabajadores desafía la gravedad mientras limpia los cristales de un edificio. Una mujer esculpe la cantera y una persona rema viendo cómo su canoa deja su rastro sobre el agua. Estas escenas tienen un común denominador: todas fueron capturadas por la cámara de Alberto Gómez Barbosa, cuyo acervo fotográfico fue cedido en comodato al ITESO, donde será resguardado en la biblioteca Jorge Villalobos Padilla, SJ.

A decir del propio Gómez Barbosa, el convenio vino a cerrar lo que describe como “un año gratificante”. Así lo dijo durante el acto protocolario de la firma del convenio y explicó que en 2023 recibió el Premio Ciudad de Guadalajara como reconocimiento a su trayectoria, además de que se publicó el libro Aquella perla. Guadalajara a mitad del siglo XX, que recopila los textos que publicó en el diario Mural. “Esto es la culminación de un gran año. Agradezco al ITESO y a la comunidad jesuita por recibir mis cosas”, dijo el fotógrafo, que ha sido integrante de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística de Jalisco y de la corresponsalía Guadalajara del Seminario de Cultura Mexicana.

Catalina Morfín, titular de la Dirección General Académica del ITESO, dijo que las fotografías de Alberto Gómez Barbosa “están dirigidas a nuestros corazones, poniendo de relieve a las personas”. La académica también mencionó que “las imágenes hablan por sí solas de la belleza que las habita”, y expuso dos ideas en las que el trabajo del fotógrafo se vincula con el de la Universidad: la primera se relaciona con el punto 1.3 de las Orientaciones Fundamentales del ITESO, donde se habla de un esfuerzo continuo de reflexión, una reflexión que “investiga, elabora y difunde nuevos modelos de comportamiento personal, familiar y social”. En ese sentido, agregó Morfín, es necesario encontrar nuevas formas de convivencia “que nos abarquen a todos y que permitan avanzar a un mundo con maneras de proceder más comunitarias”. El segundo vínculo está en el estilo ignaciano que priviliegia el cuidado de la persona, algo que, añadió la académica, “está patente en las fotos de Alberto Gómez Barbosa”.

El convenio firmado entre el fotógrafo y el ITESO contempla la cesión en comodato de 55 mil 849 negativos fotográficos en blanco y negro, así como 2 mil 572 diapositivas a color. También estipula una duración de 15 años, durante los cuales la Universidad se compromete a resguardar, exhibir y facilitar la consulta del acervo del Fondo Gómez Barbosa, cuyo uso está destinado de manera exclusiva a fines académicos, de investigación y de difusión cultural. Además, como parte de la firma del convenio se realizó la exposición Memoria y luz, integrada por 38 fotografías, siete postales y ocho libros con imágenes capturadas por Alberto Gómez Barbosa, así como algunos negativos.

Para consultar el Fondo Gómez Barbosa es necesario hacer una solicitud en el correo lourdes@iteso.mx