Adriana Díaz Enciso, un imaginario
Carlos Vicente Castro – Edición 496
Imaginar cómo fue que Adriana Díaz Enciso, una chica asombrada por la obra del poeta inglés William Blake, dibujaba y escribía y se graduó de Ciencias de la Comunicación en el ITESO en el año 86 del siglo pasado; cómo fue su experiencia con la poesía en el taller coordinado por Jorge Esquinca; cómo publicó su primer libro de poemas, Sombra abierta (1987), y cómo no mucho después colaboraba como productora y conductora del programa La dimensión del rock, en Radio UdeG, y como guionista de la serie televisiva La hora marcada. Cómo, inquieta y con la ambición de hacer lo suyo fuera del ambiente conservador de su ciudad natal, emigró a Ciudad de México para trabajar como periodista y conocer a Rita Guerrero, la vocalista de Santa Sabina, con quien la uniría una gran amistad y con quien colaboraría como letrista en canciones como “Alas negras”, “A la orilla del sol” o “Plegaria”.
Imaginar cuál fue su expresión, si de sorpresa, de miedo o de expectativa, cuando arribó a la capital del país; si sabría que allí su vida daría un vuelco porque su carrera como escritora recibió mayor impulso gracias a las becas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (1991-1992) y del Centro Mexicano de Escritores (1994-1995); cómo fue que al migrar nuevamente, esta vez a Londres, en 1999, con la influencia espiritual de su poeta predilecto, William Blake, ya había publicado más libros de poesía: Pronunciación del deseo (de cara al mar), en 1992, y Hacia la luz, en 1997; cómo, antes de cruzar el Atlántico, fue residente en Leding House, Internacional Writers’ Colony, en Nueva York.
Imaginar cómo, una vez instalada en Londres, recorrió esa ciudad con el asombro de quien camina los mismos sitios que dos de sus autores predilectos: Charles Dickens y Virginia Woolf; cómo engrosaría su bibliografía personal con sus novelas La sed (2001), Puente del cielo (2003), Odio (2012) y la guiada por los poemas proféticos de Blake: Ciudad doliente de Dios (2018); los libros de relatos Cuentos de fantasmas y otras mentiras (2005) y Con tu corazón y otros cuentos (2016), así como con dos más de poesía: Nieve, agua (2015) y Flint. Elegía y diario de sueños (2020), con el que exploraría la idea de la muerte y la pérdida para afirmarse en la belleza de la vida, inspirado en el suicidio de Keith Flint y el de su amigo Armando Vega-Gil, exintegrante de Botellita de Jerez.
Imaginar cómo ha vivido en Londres desde 1999, cómo ha ido haciendo amigos en esta ciudad y llegado a ser, en 2013, secretaria de la Blake Society, así como integrante del Consejo Directivo de la revista Modern Poetry in Translation. Imaginar cómo se ha relacionado con el escenario escribiendo un espectáculo de cabaret, dos de teatro musical y un libreto de ópera, ¡cuánta vitalidad! Imaginar a esta escritora mexicana en Londres intercalando su tiempo entre traducciones de poesía británica —por ejemplo, George Eliot, Walter de la Mare o David Harsent—, sus colaboraciones con Letras Libres o Literal, dando clases o delineando sus propios mundos. Imaginarla escribiendo en un cuaderno o pulsando las teclas de su computadora después de vagar por un puente solitario entre la niebla.