Reflexiones iniciales en torno a #YoSoy132
Rossana Reguillo – Edición
Cuando Peña Nieto dijo, casi al final de su desafortunada visita a la Ibero, que en el caso de Atenco “había actuado con la fuerza legítima del Estado”, no hizo sino detonar una indignación que ha estado justamente cuestionando las presuntas razones de Estado en el manejo arbitrario de este país.
Las condiciones estaban dadas. Durante los últimos tres años las movilizaciones ciudadanas, muchas de ellas protagonizadas por jóvenes, irrumpieron en el escenario nacional sin que los poderes fácticos, la clase política y varios periodistas acusaran recibo. El tiempo de una ciudadanía activa no se inauguró con la visita del candidato Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana, tampoco el protagonismo juvenil que ya había llenado plazas y tomado por asalto el ciberespacio antes del periodo electoral. Ahí estaban las Redes Universitarias en Ciudad Juárez, ahí estaban los jóvenes caminantes que acompasaron su andar al paso que les propuso Sicilia y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, ahí estaban los colectivos de jóvenes mujeres con intenso trabajo reflexivo y político en torno a los feminicidios, ahí estaban, también, los jóvenes del Voto Nulo que apostaron hace tres años a marcar con su voz disidente el espacio de la política formal. Estaban también los universitarios que no han dejado de ir y venir a Chiapas, que acompañan las luchas del pueblo wirraritari, que se oponen a las mineras, que organizan festivales, mesas de debate, caravanas. Están, por si fueran necesarias más evidencias, una blogósfera explosiva donde cada bloguero firma con nombre propio y contribuye a desestabilizar el espacio acartonado de las hablas “legítimas”.
Entender la rapidez y la magnitud del movimiento #YoSoy132 exige romper con dos de las principales lecturas que hoy marcan el debate público en torno al movimiento: la primera, que considera que “finalmente” los jóvenes mexicanos han despertado, como si se tratara de “bellas durmientes” que esperaban el beso de fuego de la realidad sociopolítica del país, ignorando o desestimando los procesos y movimientos que anteceden a #Yosoy132. Esta primera lectura, por mucho que simpatice con los jóvenes universitarios o con los jóvenes a secas, sigue siendo adultocéntrica y continúa regateando la intensa micropolítica que caracteriza muchos de los universos juveniles. Nunca estuvieron ausentes, nunca apáticos, nunca callados.
La segunda lectura predominante es aquella que los acusa de acarreados, “fresas”, cortos de miras, peones en un juego de ajedrez que no entienden; esta manera de concebir a las y los #YoSoy132 tiene tres problemas fundamentales: niega la capacidad de agencia de un sujeto juvenil al que se le sigue negando su condición de sujeto político; exige a los actores juveniles asumir una agenda y una plataforma política que no es la suya, porque sus interlocutores no son los que algunos desearían; descalifica una de las principales características de los movimientos sociales y juveniles: aprender en la acción.
Cuando Peña Nieto dijo, casi al final de su desafortunada visita a la Ibero, que en el caso de Atenco “había actuado con la fuerza legítima del Estado”, no hizo sino detonar una indignación que ha estado justamente cuestionando las presuntas razones de Estado en el manejo arbitrario de este país. No celebro en absoluto que haya sido despedido en medio de abucheos y rechazos (que incluyeron un zapatazo), pero puedo entender y analizar que las expresiones de rechazo se articulaban al hartazgo, desencanto y enojo de muchos de nuestros jóvenes. Peña Nieto y el priísmo que él representa constituyen el retrato hablado de la frustración y el coraje acumulados. Pero más allá de este “incidente”, lo que verdaderamente detonó la respuesta de los estudiantes de la Iberoamericana fueron las declaraciones de Pedro Joaquín Coldwell, presidente nacional del PRI, que, en el ya tradicional “uso y costumbre” de la clase política en el país, los descalificó de entrada llamándolos infiltrados, porros, poco representativos, etcétera (las disculpas que se produjeron después ya no alcanzaron a frenar la ola, inevitable de respuestas airadas).
Así, bajo la figura #131alumnosdelaIbero, los estudiantes respondieron en un video que alcanzó un rápido efecto de viralización en las redes y más allá. Quisiera detenerme en estos elementos.
Lo que Coldwell y el propio Peña Nieto hicieron –y más tarde la televisora más poderosa del país–, indica el poco conocimiento “antropológico” de estos actores en torno a los movimientos sociales. Al negarles reconocimiento activaron inmediatamente lo más importante en cualquier proceso de organización y resistencia social: la identidad. Generaron, por negatividad, las condiciones para el inicio de un proceso de auto-reconocimiento y un espacio de acuerpamiento para el nosotros, fundamental en todo movimiento social.
El día en que el video comenzó a circular, comenté en mi muro de Facebook mi sorpresa por la velocidad con que se produjo la respuesta; varios de mis amigos mal interpretaron mi comentario, confundiendo mi sorpresa con escepticismo. Lo que motivó ese comentario fue el “breve estado emocional, resultado de un evento inesperado”, como definió Freud a la sorpresa. Me pareció sorprendente la rapidez con la que se produjo la articulación del nosotros, lo que indicaba que estábamos frente a los gérmenes de un movimiento que saltaría de la escena constreñida a un “incidente” y un “espacio”. Al llamarlos “infiltrados”, “acarreados” y “porros” se produjo la construcción de su oposición semántica: nosotros somos estudiantes y podemos acreditar nuestra identidad.
En el video #131 Alumnos de la Ibero Responden, no deja de resultar interesante que cada una y uno de los participantes utilizaron tres elementos para configurar su discurso: el nombre propio, el número de expediente y la credencial que los acredita como estudiantes de esa Universidad. Un signo, un índice y un ícono. El nombre propio es el signo que opera como emblema, como condensación de un yo, una narrativa biográfica desde la que se participa; el número de expediente es un índice que permite ubicar con facilidad aspectos relevantes e importantes de la continuidad de un elemento (simbólico o material) con la realidad y, finalmente, la credencial opera como un ícono, una representación o signo que mantiene una relación de semejanza con el objeto representado. Por ello, los casi once minutos de duración de ese video, en el que se repiten los mismos elementos dichos en distintos tonos y énfasis, resulta tan poderoso: no se elude la responsabilidad individual (el nombre propio) y se habla desde un lugar de identidad.
Por ello es fácil entender que la respuesta #YoSoy132, y posteriormente la #MarchaYoSoy132, tomara por asalto el espacio público, el digital, el virtual, el analógico, el periodístico. #YoSoy132 es mucho más que un hashtag: pasó rápidamente de ser un eco solidario y crítico a las descalificaciones políticas a convertirse en otro complementario proceso de auto reconocimiento, que ya probó su músculo callejero (condición fundamental para que se pueda pensar en la Primavera Mexicana), apalancado en el rechazo a lo que el movimiento considera la mayor amenaza para lo que incipientemente denomina “democracia”.
Peligros y desafíos
– Su insistencia en el antipeñanietismo, que ha sido su principal activo y un elemento inicial de articulación, puede convertirse en un elemento de fragilidad. Centrarse en este asunto puede tener (como de hecho ya sucede) algunas consecuencias adversas para el movimiento estudiantil y ciudadano. Entre otras, su uso político por parte de fuerzas y actores políticos interesados en la coyuntura electoral en convertir a los 132 en botín para tiempo de sequía; desgastarse en proceso electoral al que le faltan los días más álgidos y complicados sin acabar de constituir su propia agenda y plataforma de acción; abollar el incipiente movimiento con los inevitables desencuentros ideológicos en vez de usar el tiempo a su favor y darse la oportunidad de verse y escucharse. En este sentido, lo que hizo fuerte a Occupy Wall Street fue justamente su capacidad para operar con un tiempo propio y no el impuesto por las coyunturas políticas de Estados Unidos.
– Ubicar como causa central la democratización de los medios ha sido un acierto muy importante. Sus certeras críticas a los monopolios informativos les han traído un capital político nada despreciable. El desafío es hacer de esta agenda una que les permita abordar –con sus ritmos y estilos, con sus modos y voces propias– muchas de las cosas que han sido silenciadas e invisibilizadas en el cotidiano ejercicio de fabricar un país a la medida de los poderes fácticos. Mantenerse centrados en su crítica a Televisa mina su energía para emprender la visibilización necesaria de los problemas del país: la violencia, la pobreza, la exclusión y, de manera importante y urgente, su accionar en torno a los jóvenes que están por fuera del sistema educativo y laboral, los mal llamados “NiNis”.
– Si los 132 pueden ser el germen de la Primavera Mexicana, es fundamental mantenerse en la calle. Las llamadas redes sociales son importantes, pero es la combinación de la calle con el espacio digital lo que les permitirá configurarse como actores relevantes pre y post 1 de julio.
– Y quizás lo más importante en torno a los peligros y desafíos por venir estriba en su capacidad de resistir la tentación autoritaria, pelear contra las herencias de una cultura política que puede tironear hacia la imposición de unos sobre otros. Aquí lo privado y lo público deja de tener relevancia: el reto es dejar de usar los mismos descalificativos que les han sido aplicados: “los fresas de la Ibero”, “los gobiernistas del ITAM”, “los ultras de la UNAM”. Ese es el reto más importante.
Queremos ver la Primavera Mexicana y las gargantas, los cerebros y los corazones inflamados no de fervor patrio ni de proyectos electorales, sino de argumentos, ideas, generosidad y solidaridad del que este país está tan necesitado.
Los 132 deberían probar el micrófono humano (el Mic Check) que en OWS logró que el discurso de los otros entrara y hablara en el cuerpo de cada una y uno de los occupiers.
Por lo pronto, vamos bien. Y el hecho de que esto exista es ya una gran contribución.
9 comentarios
Agradezco a Rossana Reguillo
Agradezco a Rossana Reguillo su inmenso interés por el tema de los jóvenes, tanto por las múltiples lecturas que se hacen sobre ellos, como por la pasión que se requiere para mirar, comprender y ser una voz con ellos.
Mi comentario, derivado de la lectura, es el siguiente:
Creo que hay dos cosas sumamente rescatables del movimiento: una, la seguridad con que se ha hecho colectividad, lo que le ha dado fuerza y presencia. La otra, que me parece necesario recuperar para evitar confusiones y apropiaciones innecesarias de los candidatos políticos, es el desinterés partidista. Si el movimiento recupera la necesidad de mostrar en su pensamiento y en su discurso lo que todos consienten en compartir, pero pocos parecen comunicar, es decir, el reclamo por una democracia en la que cambien los mecanismos institucionales para recuperar la libre elección, centrada en la razón y en las necesidades reales del país, entonces el movimiento Yo soy 132 tendrá mejores alcances y efectos a futuro. Habrá que seguirlos, entonces…
LA FRASE “SON PORROS” o “SON
LA FRASE “SON PORROS” o “SON INFILTRADOS” QUE FUE EL DETONANTE PARA INICIAR EL MOVIMIENTO #YoSoy132 ES LA MISMA QUE PODRÍA CAUSAR SU RUPTURA.
Como sabemos en pasados días tras la visita de EPN a la Ibero en donde se llevaron a cabo manifestaciones en su contra, dirigentes del PRI declararon que dichas protestas fueron llevadas a cabo por porros o infiltrados.
Dichas declaraciones fueron el detonante para que muchos estudiantes manifestaran su repudio y demostración de lo contrario y también convocaron por medio de twitter a manifestarse en las calles. Al siguiente día llego la marcha antiEPN y posteriormente la marcha proAMLO.
Estos hechos fueron suficientes para que en muchos medios argumentaran que la gente proAMLO si estaba detrás del movimiento #YoSoy132.
Sin temor a equivocarme puedo saber que en el movimiento #YoSoy132 deben de existir jóvenes apartidista pero también ProAMLO, ProJVM e incluso podría decir ProQuadri, pero me es muy difícil pensar que existan jóvenes ProEPN.
Si dentro del movimiento #YoSoy132 aceptan sus preferencias en algunos partidos o candidatos, algunos medios o detractores podrían deslegitimarlos, por lo cual y con razones de peso para el propio movimiento se han declarado apartidistas.
Ahora creo que el hecho de deslindarse a toda costa del mote “porros” o “infiltrados” a llevado al otro hecho de no aceptar su preferencia por un candidato o un partido incluso si son antiEPN o no, y eso podría generar divisiones entre el movimiento, separarse y así debilitarse, lo cual dicho sea de paso tendría muy contentos a los que están en contra del movimiento y creo que sería una batalla (no la guerra) perdida ante las cosas contra cuales están luchando.
PD: No descartar que entre los factores que puede influir para debilitar el movimiento a parte de no ponerse de acuerdo es, el tiempo, los ya conocidos bots de twitter, periodistas o medios de comunicación e incluso infiltrados. (y no quiero tender a exagerar, pero baste ver la inversión millonaria (aparte de lo asignado por el IFE y aparte de el gasto de comunicación social del Edo. de Mex. durante 6 años) para que EPN llegue a ser presidente. Creo que los que invirtieron no están ahorita de brazos cruzados haber qué pasa con su inversión.
Rossana, me encantó tu nota y
Rossana, me encantó tu nota y tu certera critica a la adultocracia, De hecho añadiría que “los jóvenes” inmiscuidos en lo social y político es mucho más viejo y el Zapatismo es un botón. Sin embargo, y lo digo como contribución, pienso que la rapidez del video de los 131 responde sí, a la identidad, al golpeteo de lo monopólico, a una cultura que no se ha percatado del funcionamiento de las redes sociales, pero también a un elemento que olvidas: las costumbres inmediatistas del narcotráfico.
Muchas gracias por tu nota
Zyanya Mariana
Después de observar el video
Después de observar el video de lo ocurrido en la Ibero, creo que el detonante a esta toma de identidad fue la mentira en que incurre EPN al señalar que la Suprema Corte validó su actuar. LA MENTIRA y no otra cosa. Y eso es bastante interesante porque este movimiento de jóvenes tiene, a mi juicio, un componente esencial: EL RESCATE DE LA PALABRA Y DEL LENGUAJE. Ante la deformación que nuestra sociedad ha hecho del lenguaje; ante la mentira como forma de expresión común y pragmáticamente utilizada por nuestros políticos (“miente, miente, que algo queda”), los jóvenes muestran una gran capacidad de expresión oral y escrita y dan un peso enorme al significado justo de la palabra. La palabra es un instrumento de precisión. Es una brújula para orientarnos en este mundo. Y para ello se requiere que la palabra sea veraz, que dé certeza. Por ello el joven que habló con Pedro Joaquín Codwell en el programa de Carmen Aristegui, replica señalando que hay que tener mucho cuidado con lo que se expresa, con lo que se dice. El rescate del lenguaje para describirnos el mundo de una manera precisa, verdadera, cierta. LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES, se lee en muchas pancartas. Recuerdo de mis clases de ética en la preparatoria una definición de Verdad: La estricta concordancia entre lo que se expresa y lo que es. Entre lo que se DICE de esa realidad y lo que ES esa realidad. Ciertamente el lenguaje es siempre una aproximación a la realidad, pero mientras más puntillosos nos mostremos con el lenguaje, más cerramos esa brecha, esa distancia, entre lo expresado y lo real.
Hay que felicitar a los jóvenes por poner en el centro del debate a una cuestión TAN ESENCIAL. En la medida en que nos comuniquemos mejor, en que seamos precisos, veraces, sinceros… en esa medida construimos un mundo mejor. Por eso el rechazo a la mentira, por eso el rechazo a las expresiones ambigûas, mentirosas, acomodaticias. Que cada quién se haga responsable por lo que dice. Que la palabra exprese con veracidad lo que se hizo, se hace y se hará. Que exista concordancia entre el pensar, la palabra y el hacer. PORQUE EN EL PRINCIPIO FUE EL VERBO. Enhorabuena.
https://www.facebook.com/yoso
https://www.facebook.com/yosoy132/posts/445883285422805
EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DEL
EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DEL 68 INICIO CUANDO UNOS VERDADEROS PORROS DE LA CIUDADELA(VOCA 2 Y VOCA 5)MANOSEARON A UNAS ESTUDIANTES(FRESAS) DE LA PREPARATORIA PARTICULAR ISAAC OCHOTERENA(UBICADA EN BUCARELI).
POR INSTRUCCIONES SUPERIORES, HORAS MÁS TARDE LA FUERZA PUBLICA(GRANADEROS)ENTRAN A LA VOCA 5 Y GOLPEAN A ESTUDIANTES LEGITIMOS, PROFESORES Y DIRECTIVOS DE ESE PLANTEL EDUCATIVO DEL INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL.
DE ESTA FORMA INICIA UN MOVIMIENTO ESTUDIANTIL(JOVENES) QUE PIDEN EL RESPETO A LAS INSTITUCIONES PUBLICAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN QUE LOS LLAMAN PORROS DE MANERA GENERALIZADA.
ESTA IRRUPCIÓN ESTUDIANTIL LEGÍTIMA FUE POLITIZA FACILMENTE POR LA CERCANÍA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS A CELEBRARSE EN MEXICO DURANTE EL MES DE OCTUBRE DEL 1968.
NO CONFUNDIR ESTE TRISTE EVENTO DEL 68, CON LA GRAN DEMOSTRACIÓN DE IDENTIDAD DESPLEGADA POR LOS JÓVENES DURANTE EL TERREMOTO DE 1985, QUE ACTUARON INMEDIATAMENTE PARA AYUDAR A LA POBLACIÓN SIN LA AYUDA DEL CIBERESPACIO, UTILIZANDO UNICAMENTE LA FORTALEZA Y CONVICCIÓN QUE TIENEN LOS JOVENES DEL BIEN COMUN.
AMBOS CASOS LOS VIVÍ MUY DE CERCA. GRACIAS
Este movimiento debemos verlo
Este movimiento debemos verlo como la manera que han encontrado los jóvenes de protestar y manifestarse de lo que ha ocurrido por tantos años; que ya es hora de que todos en este país abramos nuestras mentes y ya no nos dejemos manipular por los medios de comunicación, que sabemos sólo transmiten lo que a ellos y a los políticos les conviene.
Debemos de exigir veracidad en la información, sin manipulaciones; dejar de ser mediocres y exigir que se respete la seguridad social que tanto trabajo costó lograr; no permitamos que nos sigan pisoteando.
Por eso este movimiento de jóvenes debe de motivarnos para lograr que mejore este país.
Excelente reseña del
Excelente reseña del movimiento.
Estoy de acuerdo: salir a la calle.
Estoy proponiendo encarar al IFE. Los #132 estamos luchando con los partidos/candidatos pero no con el de la entrada.
Felicidades!
Coincido en la reflexión. En
Coincido en la reflexión. En efecto, el movimiento no es una mera reacción política a una circunstancia electoral.En su esencia es una movilización del pensamiento joven y creativo y está en búsqueda de la posibilidad de innovación y cambio político y social en el país. No por ello es gratuito que nació entre la juventud pensante y preparada, y tengo confianza que esa juventud pensante sabrá deslindar el hacer político creativo de la politiquería partidista que sólo responde a interéses de grupos y no al interés de la nación y de los mexicanos.
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