Stop Online Piracy Act (SOPA) es una iniciativa legislativa que pretende dar prioridad a los derechos de autor, y a los corporativos que se benefician de ellos, en Internet; con el pretexto de inhibir las descargas de material con licencias de copyright.

Stop Online Piracy Act (SOPA) es una iniciativa legislativa que pretende dar prioridad a los derechos de autor, y a los corporativos que se benefician de ellos, en Internet; con el pretexto de inhibir las descargas de material con licencias de copyright, como películas, imágenes, música o software, en Estados Unidos se pretende aprobar una ley que permitiría que una simple denuncia de descarga permita que se bloqueen sitios sin que intervenga una orden de un juez.

El principal problema es que en dicho país se encuentran los servidores de los sitios más utilizados por todo el planeta, como Google, Facebook, Twitter, Wikipedia o Reddit, lo que haría efectivo el bloqueo incluso fuera de Estados Unidos.

Por citar un ejemplo hipotético: si alguien en México tiene un blog de música en WordPress (y gana algo de dinero por la publicidad que aloja en el sitio) y sube un video con una canción que grabó con su iPhone en el concierto de Madonna al que asistió en el Foro Sol, en ese momento la empresa Warner o Interscope Records podría hacer efectiva la Ley SOPA para solicitar que bloqueen el blog, bajo el supuesto uso sin consentimiento de una canción de Madonna con copyright. Y WordPress deberá de acceder.

Si bien la Casa Blanca se ha pronunciado en contra de cualquier iniciativa que signifique censura o reducción de la libertad de expresión en Internet, la posibilidad de que se apruebe es latente; se trata de otra iniciativa (como ACTA, Ley Sinde  y HADOPI) en la que se pretende que Internet se considere como una posesión de un grupo, en este caso los corporativos que se benefician del copyright. Si esto llega a pasar, Internet dejaría de ser Internet para convertirse en la gran red de los derechos de autor.

“A estas alturas, creer que Internet es solo entretenimiento y que el desarrollo de la economía en la Red puede condicionarse a las demandas de la industria del entretenimiento es algo que solo creería un analfabeto digital”, Enrique Dans.

El problema con este tipo de iniciativas es que se plantean desde el punto de vista de lo que genera el uso de Internet, y no desde lo que realmente es Internet. Internet es un protocolo, un acuerdo para que un vasto número de redes puedan trabajar juntas como una gran red, y es todo; no tiene una ley que indique lo que se debe de hacer por medio de la gran red, no tiene un reglamento que permita dar prioridad a cierta información, no tiene un acuerdo que indique cómo debe de utilizarse. El protocolo únicamente permite que todos los que tienen posibilidad de acceder lo hagan, que la mejoren (ya sea con servicios como el correo electrónico o el RSS) o la amplíen. Y, lo más importante, que no pertenezca a nadie.

Este último punto es probablemente el que mayor conflicto le trae a empresas y gobiernos, puesto que las empresas están definidas por lo que poseen y los gobiernos están definidos por lo que controlan. Por eso les resulta tan complicado entender Internet y pretenden regular aquello que es bastante complicado regular, sin mencionar que es inútil, no solamente porque que existen miles de empresas que funcionan y son exitosas en la red y no necesitaron de una legislación para ello, sino porque el desarrollo exponencial de la tecnología es tan vertiginoso que permite combatir las iniciativas jurídicas (como esta extensión de Firefox que permitiría eludir los bloqueos de SOPA).

En México también existen quienes poco entienden lo que es Internet, y como ejemplo basta citar la propuesta de Ley Döring en el Senado, con la que se pretende legislar en favor de las empresas del copyright, en detrimento de la privacidad de los usuarios de la red.