Wirikuta: amar y defender la tierra y la cultura

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Wirikuta: amar y defender la tierra y la cultura

– Edición 427

Los indígenas wixaritari quieren sumar a su lucha a la mayor cantidad de gente posible.

A principios de febrero, el pueblo wixárika realizó un gesto histórico: por primera vez en su historia, invitó a personas ajenas a las comunidades wixaritari a presenciar la ceremonia tradicional que celebran cada año en Cerro Quemado, en el desierto de San Luis Potosí. La intención: invocar una alianza para oponerse a los proyectos de explotación minera en su territorio sagrado.

 

“¡Tac! ¡Tac-tac! ¡Tac! ¡Tac-tac! ¡Tac! ¡Tac-tac!…”. Así sonaba el 7 de febrero pasado en la punta del Cerro del Quemado, una cúspide a tres mil metros sobre el nivel del mar desde la que se aprecia Wirikuta, una extensión semidesértica de 140 mil hectáreas enclavada en San Luis Potosí, donde, según la cosmogonía del pueblo wixárika, se creó todo. Ahí salió por primera vez el sol e iluminó este planeta, dicen los wixaritari.

“Wirikuta no se vende; se ama y se defiende”, dijo Santos de la Cruz, un wixaritari de la comunidad de Bancos de San Hipólito, en Durango, el 7 de febrero de este año, entre un viento gélido y fogatas que exhalaban su último aliento. Pero el gobierno federal ha otorgado concesiones a empresas mineras extranjeras para explotar el oro y la plata, que abundan en la zona junto con la pobreza y la miseria.

Era un zapateado acompasado, lento, con el que los miembros de 26 comunidades wixaritari llegaban al culmen de un ritual que había empezado la noche anterior, justo cuando el resplandor de la luna llena dejaba al desnudo las curvas de El Quemado, en el que los wixaritari de Jalisco, Nayarit y Durango iniciaron un “peritaje tradicional” en el que dialogarían con sus deidades. Oraron, suplicaron, pidieron orientación para ver qué carajos hacer ante la amenaza minera en Wirikuta.

Con guitarritas y violines entonaron canciones que se fundían con el viento y el fuego, y que hacían más cálida la pernoctación de los mestizos invitados, cubiertos con una, dos, hasta tres chamarras, doble pantalón, gorros y demás ropa de invierno, en un lugar donde la temperatura llega a bajar hasta los cero grados centígrados.

“Yo soy tu padre, aparte de tus padres / pero yo estoy presente en tu corazón, mente / estoy contigo en la noche, de día / donde quiera que vas, en tu camino te acompaño”, era la estrofa de una de las canciones del hermano mayor invocadas al venado.

La respuesta divina fue dada al consejo de mara’akames —los chamanes, hombres de conocimiento de la nación wixárika—, los mismos que en 2010 soñaron que los destripaban y les sacaban el corazón, y que al despertar descubrieron que la primera de las pesadillas se llamaba First Majestic Silver, una compañía minera canadiense dispuesta a depredar Wirikuta con la explotación de metales que se cotizan en millones de dólares en las bolsas de valores de todo el mundo.

Alrededor de las dos de la tarde, cuando la leña quemada sólo despedía un delgado hilo de humo que desaparecía en el cielo, el pueblo wixárika dio a conocer al mundo la estrategia que seguiría en su defensa por el territorio sagrado.

El mensaje de los dioses se tradujo en una sola palabra: tristeza. “Están tristes los dioses; el abuelo fuego y el dios de este Cerro Quemado solicitan, con lágrimas, llanto y dolor, que no se le saque el corazón del Cerro Quemado y quien quiera defender este lugar sagrado lo considere con su pensamiento, porque de aquí nace la verdad y la vida de todo ser humano, y si sacan la sangre, el pueblo wixárika va a desaparecer”, dijo Eusebio de la Cruz, mara’akame de la comunidad de Santa Catarina Cuexcomatitlán, en Jalisco.

Las palabras del delgado anciano de piel morena y rostro arrugado encierran el grito de auxilio de la cultura wixárika, explica el atropólogo Johannes Neurath, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien ha dedicado 20 años de su vida al estudio de los wixaritari. “En todo este tiempo, ellos han mantenido su intimidad. Esto es algo excepcional porque están rompiendo sus propias reglas”. De acuerdo con él, que también es curador de la Sala Cora Huichol del Museo de Antropología, los wixaritari se caracterizan por su historia de resistencia. Ni los españoles ni el gobierno mexicano pudieron conquistarlos.

Por eso no cederán ante las empresas mineras. No lo harán simple y sencillamente porque en Wirikuta se sostienen las velas de la vida y éstas están feneciendo, según Santos de la Cruz, un joven wixárika que en mayo de 2011 fue portavoz de su pueblo en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York; aseguró que lo que está en juego no es sólo Wirikuta, el peyote o su existencia, sino la vida del planeta entero.

Y es que, según Felipe Bautista, otro wixárika de la comunidad de Santa Catarina, la sequía que afecta a otros estados del país tiene su explicación en lo que sucede en esa vasta extensión de tierra: “Lo que puede pasar son todo tipo de enfermedades. El cambio climático será más fuerte, habrá más sequía. Ustedes notarán como a veces baja la temperatura, luego hace muchísimo calor. Son cinco o seis años así, y va a estar peor por las concesiones que Felipe Calderón dio de estas tierras sagradas. Si no se detienen, habrá mal para todos, no lloverá, y entonces, ¿qué comerán los que viven aquí?”.

En el momento en que hablaba Bautista, pasaba de una mano a otra, como si fueran la Wikipedia Wixárika, un par de cartulinas en las que detallaba el momento de la creación de este mundo.

“En el principio todo era caos y el mar cubría todo. Un día brotó la jícara azul que es la madre de los peces y acompañada por el sol, el viento, la tierra, la roca, el fuego, el hermano mayor tatutzi, los guardianes y otros, iniciaron una peregrinación…”.

Por primera vez, el ritual de este año en el Cerro del Quemado no fue exclusivo. Se abrió a los ojos del mundo para invocar a una alianza entre indígenas y mestizos. Una coalición para hacer frente a empresas como First Majestic Silver, que ocupa unas 4 mil 400 hectáreas en Wirikuta, o Revolution Resources Corp., cuyo proyecto Universo invade cerca de 60 mil hectáreas del sitio sagrado.

Sentado en la punta del Cerro del Quemado, casi rasguñando las nubes, Eusebio de la Cruz expresó que el abuelo fuego estaba orgulloso del encuentro. Nueve palabras salieron de la boca de Santos de la Cruz, que resumieron el hecho inédito: “Wirikuta no se vende; se ama y se defiende”.

 

La pesadilla minera

La compañía canadiense First Majestic Silver pretende sacar toda la plata posible en Real de Catorce, San Luis Potosí, un poblado histórico de esqueletos de casas de piedra, cuya época de esplendor durante el Porfiriato se debió, precisamente, a la extracción de metales.

First Majestic ha dicho que reactivará la economía de un municipio que no rebasa los mil 500 habitantes. El gobierno federal le vendió 22 concesiones para extraer plata por tres millones de pesos. Una ganga si se toma en cuenta que sólo en 2010 la empresa canadiense puso en el mercado más de 6.5 millones de onzas del metal.

En 2011, la empresa echó a andar el proyecto La Luz, la reactivación de la mina de Santa Ana que cerró hace casi dos décadas, ubicada a un costado del poblado La Luz, poco antes de llegar al túnel de Ogarrio, el ingreso a Real de Catorce.

Las 22 concesiones que posee First Majestic abarcan 6 mil 326 hectáreas. Setenta por ciento de ellas, dentro del sitio sagrado wixárika, que es para los wixaritari lo que la Basílica de Guadalupe para los católicos de México, o para los creyentes, el equivalente al Paraíso de Adán y Eva en las Sagradas Escrituras.

Wirikuta posee además un decreto de Área Natural Protegida que data de 2000, otro título de 1998 que la nombra integrante de la Red Mundial de Lugares Sagrados de la Unesco y, desde 2004, aspira a convertirse en Patrimonio Cultural de la Humanidad. En abril de 2008, el propio presidente Felipe Calderón fue testigo de la firma del acuerdo que suscribieron los gobiernos de San Luis Potosí, Durango, Jalisco, Nayarit y Zacatecas: el Pacto Huauxa Manaka para la Preservación y el Desarrollo de la Cultura Wixárika.

En diciembre de 2011 una nueva amenaza fue anunciada: el proyecto Universo, de la compañía canadiense Revolution Resources, mucho más agresivo que el de First Majestic. Universo pretende explotar recursos minerales en 59 mil 678 hectáreas dentro del Área Natural Protegida, lo que representa 42.56 por ciento de la superficie total de Wirikuta.

En el ejido Las Margaritas, en pleno corazón del sitio sagrado, Universo posee cuatro concesiones mineras activas. El lugar es importante para la comunidad wixárika. Es donde se lleva a cabo la caza del peyote.

En septiembre de 2011, Juan Carlos González Gutiérrez, representante de First Majestic Silver en México, aseguró al diario Milenio que la compañía ha buscado a las autoridades wixaritari pero que nadie se ha interesado en platicar con ellos. “Antes de comenzar las operaciones de la mina vamos a desarrollar un proyecto de desarrollo sustentable con una inversión de más de 5 millones de dólares en la zona para que la gente tenga una manera de vivir y vea que realmente estamos aquí para ayudarlos”, presumió.

El 12 de febrero de 2012, el mismo González Gutiérrez declaró a Milenio que la empresa está dispuesta a concederle al pueblo wixárika hasta 761 hectáreas de las que posee dentro de Wirikuta: “Queremos sentarnos a dialogar con ellos: ‘Mira yo te ofrezco esto, tú qué dices, qué es lo que quieres para que estemos ya en paz. Dices que por abajo te voy a comer el cerro, pues te doy lo de abajo’”.

La Asociación Jalisciense de Apoyo a Grupos Indígenas (AJAGI) ha llevado a cabo estudios para evaluar el impacto de la minería en toda la zona. Destaca que First Majestic Silver pretende cavar un túnel para sacar minerales, que desembocaría a menos de un kilómetro de distancia del Cerro Grande.

En diciembre de 2010, AJAGI entregó a la Universidad de Guadalajara (UdeG) muestras líquidas, sólidas, de tejido vegetal, suelo, cabello, peyote y de otras especies de Wirikuta, para su análisis. El resultado: alta concentración de elementos químicos como plomo y arsénico.

De acuerdo con el Pronunciamiento en Defensa de Wirikuta, firmado por las comunidades wixaritari el 23 de septiembre de 2010, el daño ambiental de la actividad minera será irreversible en 16 centros de población 3 mil 500 personas se verían afectadas.

Están en riesgo la biodiversidad, la continuidad del ecosistema, la calidad del agua, la salud de la población y, por supuesto, la existencia del pueblo wixárika.

Un primer triunfo

El 26 de febrero de 2012, el pueblo wixárika dio a conocer la primera victoria de una entre tantas batallas que librará en su defensa por Wirikuta. El Frente en Defensa de Wirikuta Tamatsima Wahaa —colectivo integrado por representantes de la cultura wixárika y mestizos simpatizantes con la protección del templo de los wixaritari— dio a conocer que el Poder Judicial de la Federación, a través de un tribunal colegiado, otorgó un amparo provisional que limita a las autoridades para dar permisos de explotación minera hasta que se resuelvan legalmente las impugnaciones al proyecto minero La Luz, en el municipio de Real de Catorce, en San Luis Potosí.

Hace casi año y medio, el pueblo wixárika interpuso un amparo contra las labores de explotación de recursos minerales en Wirikuta por parte de la empresa canadiense First Majestic Silver.

El “fondo del asunto” —aún por resolverse en los tribunales— es “el derecho del pueblo wixárika a conservar su identidad indígena y, por ende, su patrimonio y también el hecho de que deben ser consultados por el Estado mexicano en caso de afectar territorios relacionados con los pueblos indígenas, así como a sus actividades tradicionales o de subsistencia”, explica la abogada Nora Lorenzana, del área jurídica del Frente en Defensa de Wirikuta.

La suspensión, concedida a finales de enero pero notificada hasta casi un mes después a las autoridades wixaritari, es una buena noticia, según Lorenzana, aun cuando las empresas mineras ya han iniciado trabajos de explotación en Wirikuta. Más allá de que el Tribunal ordene a la Secretaría de Economía y a otras instancias que eviten otorgar concesiones en el territorio indígena, la suspensión obliga a la Federación a consultar al pueblo wixárika antes de otorgar permisos para la explotación minera.

“La suspensión reconoce que el pueblo wixárika necesita que se sustancie el juicio antes que se decida la suerte del territorio en San Luis Potosí. En ese sentido, es una gran noticia”, dice la abogada.

“Resulta indispensable que el Estado mexicano consulte al pueblo wixárika y obtenga su consentimiento libre, previo e informado, de acuerdo con la legislación vigente, para que garantice de manera efectiva sus derechos fundamentales”, destacó el Frente en Defensa de Wirikuta en un comunicado emitido en la última semana de febrero, cuando se dio a conocer el fallo.

La pobreza, aliada de las mineras

El hambre y la falta de dinero en los bolsillos son aliados de las compañías mineras. La falta de pan ha sido un arma que las empresas han utilizado para que poblados cercanos, como La Luz o Potreros, cedan a la explotación minera.

En La Luz, los únicos metales preciosos brillan por su color térreo en puertas y ventanas viejas, oxidadas, o en el cencerro de animales que buscan algo para comer. El pueblo se jacta de haber sido set cinematográfico de películas hollywoodenses, como Bandidas, protagonizada por Penélope Cruz y Salma Hayek. Pero hoy sólo quedan hambruna y unas cuantas ancianas que venden chicles para sacar un dinerito.

“Las actividades de First Majestic en la zona se iniciarán con la construcción del Museo de Minería en las instalaciones que ocupa la vieja Hacienda de Santa Ana (La Luz). Este nuevo museo será una parada de interés para turistas que visiten el área y dará empleo a gente de la localidad”, dice una lona impresa que pende en la entrada a la mina de Santa Ana. “En este momento se están evaluando el proyecto y la inversión requerida. Una vez finalizada la evaluación, First Majestic procederá a obtener todas las autorizaciones y los permisos necesarios. El propósito del Museo de Minería será mostrar la imagen integral de la actividad minera en el pasado, el presente y el futuro”.

En 2011, La Jornada Jalisco documentó que la compañía prometía programas sociales y salarios de hasta tres mil pesos. Nada de eso se ha hecho realidad. El óxido sigue cubriendo los columpios y los sube-y-baja de la única guardería que existe en el sitio. La imagen parece de una serie de televisión apocalíptica en la que el protagonista, al despertar, descubre que es la única alma viviente en el planeta. Así ha ocurrido en La Luz. Y el columpio se mueve por la voluntad del viento.

“Sí a los sitios sagrados, sí a la minería. Hermano huichol, respétenos y los respetamos”, era el aviso impreso en una lona que colgaba a la entrada de Real de Catorce, el 7 de febrero pasado. “El empleo y la salud no se resuelven con ritos y lugares sagrados”, se leía en otro cartelón.

El argumento de quienes quieren que vuelva la actividad minera a Real de Catorce es que la minería es la tradición de este pueblo potosino. Los carteles que argumentaban eso aparecieron durante los días en que los wixaritari llevaban a cabo su ritual en El Cerro del Quemado.

“Esos carteles los puso la minera”, asegura José Asunción, un caballerango del lugar.

Empresarios, políticos y líderes religiosos de la región han señalado que la apertura de la mina, será sólo una nube rosa que no durará más de cinco años. Después de eso, la pobreza será más cruel, las minas saquearán la plata del lugar y el hambre se instalará de nuevo.

Resolution Resources quiso engañar a los pobladores del ejido Las Margaritas. Prometió empleo, desarrollo. Sus habitantes dijeron “no”. En cambio, han incorporado un sistema económico que emplea a la misma gente del lugar en trabajos que beneficien al resto de la comunidad, como el cuidado de la tierra y del ganado, entre otros.

A pesar de la división que pretenden crear las mineras, Las Margaritas es claro ejemplo de la convivencia entre dos pueblos, con sus usos y costumbres. Como señaló Jorge Rocha, coordinador de la Maestría en Política y Gestión Pública del iteso, en su colaboración para La Jornada Jalisco del 16 de febrero, el conflicto entre la necesidad de desarrollo económico de los habitantes de Real de Catorce y las exigencias de los wixaritari es un falso dilema. “Una estrategia integral de desarrollo local, no basado en la explotación minera, podría conciliar ambas necesidades; sin embargo, lo que se pone en riesgo con una estrategia de este tipo, son los intereses y el negocio de la empresa First Majestic Silver Corp. Parecería que para el gobierno federal, las necesidades que deben protegerse y garantizarse son las de esta empresa canadiense”. m

2 comentarios

  1. y que pasa con los candidatos
    y que pasa con los candidatos actuales a la presidencia municipal?????

    solo se pasan la batuta y dejan de lado los problemas al que sigue, pero ahora la minera quiere asegurar que le den su apoyo incondicional!!!

    uno que se esta reeligiendo, hace trato con las mineras y convenció al pueblo de el potrero a vender tierras a compañía minera….
    es su modus vivendi, de robar tierras a precios simbolicos y hacer de lo ilegal algo legal, por las lagunas en la ley.

    y durante su periodo anterior fue parte de los acuerdos de protección a la zona wiricuta.

    ahora en su campaña política no ha contestado invitaciones de este movimiento de defensa,
    pues su campaña la financia la minera a quien te trabaja para comprar tierras de su propio lugar de nacimiento.

    vende el patrimonio de su pueblo y de su gente!!!! y así quiere gobernar nuevamente para seguir ganado dinero de las compañías mineras!!!

    si aun lo dudan vean esto:

    http://www.agustindelcastillo.com/2010/05/en-el-limbo-mitad-de-las-tierras-del.html

    http://www.comcebajio.org/noticias.php?que=7499

    http://www.proceso.com.mx/?p=81560

    http://www.proceso.com.mx/?p=81559

  2. Que tristeza que tengamos que
    Que tristeza que tengamos que vivir en un mundo en donde es mas importante el desarrollo de una empresa, que la preservación de una cultura milenaria. Pero debemos actuar, a mí me gustaría actuar, ¿como? no lo se, es el problema.
    Las soluciones para este planeta no caen del cielo, estas dependen de nosotros.

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