“Vivo. Muero. Renaceré.”: Luchita Hurtado
Dolores Garnica – Edición 472
¿Cómo recorrer 99 años de experiencia? Trabajando. En 2018, la artista fue descubierta por especialistas durante su participación en la Bienal del Hammer Museum en Los Ángeles, California, a los 98 años. Ahora es parte de la historia.
“¿Cuánto arte creado por mujeres no hemos disfrutado?”, se pregunta Gerardo X debajo de una nota en Facebook titulada “Las mujeres de la Bauhaus”, que ronda de muro en muro con miles de likes. ¿Cuántos nombres en femenino se han perdido? Casi todos. Todavía contamos con los dedos de la mano a las artistas visuales reconocidas, a todas. Aún buscamos en los archivos de lo no contado, de lo no oficial, esa otra narrativa que nos negaron pensar y disfrutar. Uno de esos casos, quizás uno de los pocos con final feliz, es el de Luchita Hurtado, la artista de 99 años que expone individualmente, por primera vez, en un espacio público, en las Serpentine Galleries de Londres.
Así es. 99 años. Luchita Hurtado nació en 1920 en Maiquetía, Venezuela, pero a los ocho años se mudó con su familia a Estados Unidos y, con espíritu reivindicador, no diremos de qué hombre fue esposa, amante o amiga, como si ellos nos ubicaran a las mujeres en contextos y tiempos, como si fuera de esas referencias no existiéramos. Luchita se hizo solita. Luchando. Y es pintora. “Éste es un paisaje. Éste es el mundo. Esto es todo lo que tienes. Esto es tu casa. Esto es donde tú vives. Tú eres lo que sientes, lo que escuchas, lo que sabes”, explicó sobre la retrospectiva que rinde tributo a su obra en la que, desde los años treinta, se busca a sí misma en el dibujo, el lienzo, la acuarela, el óleo o el acrílico como una tentativa autoexploratoria, pero también como una pregunta sobre su propio medio: ¿qué es la pintura frente a la artista? ¿Qué dice la pintura acerca de la creadora?1
La primera obra de Luchita Hurtado surge de la experimentación con las formas, los colores y la abstracción. En los años cincuenta y sesenta, durante su estancia en México y su cercanía con el Muralismo, conoce el Expresionismo como herramienta y entonces surge el desnudo como tema, escenario y composición: el torso como geografía, como horizonte, como bellísimo descubrimiento. En los años setenta, lo cotidiano se transforma en protagonista, y también la integración de otros materiales como recurso pictórico, como fragmentos de cartas pegados al lienzo.
En las últimas décadas, la artista se ha decidido por un mensaje todavía más directo, con palabras pintadas directamente en la tela, como “Eva”, “Adán”, “Tú”, una “o” convertida en luna, o una “Y” como un árbol. También “Agua. Aire. Mundo. Fuego”, porque, como ella dice: “Yo tengo una responsabilidad con el mundo, con mi planeta”.
Luchita Hurtado cuenta que “cuando era niña tenía un gran sentido del olfato. Podía oler a una mariposa cuando rompía su capullo. Veía todo el procedimiento, y pienso que ésa fue una gran influencia, poder observar esta magia”.2 De allí a la escuela de arte y a la ilustración de moda para Condé Nast durante décadas, su inclusión en la Liga de Estudiantes de Arte de Nueva York y en varias resistencias feministas, más residencias en Ciudad de México y otras tantas ciudades de oeste a este en Estados Unidos.
¿Cómo recorrer 99 años de experiencia? Trabajando. En 2018, la artista fue descubierta por especialistas durante su participación en la Bienal del Hammer Museum en Los Ángeles, California, a los 98 años. Ahora es parte de la historia. Del conteo de artistas visuales. Ella vive, muere y renace. ¿Cuántas más nos hacen falta? .
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1. Sarah Lehrer-Graiwer, “Luchita Hurtado. I Live, I Die, I Will Be Reborn”. The Serpentine Galleries, 23 de mayo de 2019, p. 8: bit.ly/Arte_Hurtado1
2. Lehrer-Graiwer, p. 5.
Para saber más
:: Guion de exposición (recorrido por la vida y obra) de Luchita Hurtado en Serpentine Galleries.
:: Entrevista a Luchita Hurtado para Serpentine Galleries.
:: Entrevista a Luchita Hurtado en Netropolitan Artsconversations.