Videos del mundo flotante: Meiro Koizumi
Dolores Garnica – Edición 437
Meiro Koizumi acaba de obtener el People’s Choice Award del Future Generation Art, premio otorgado por los visitantes a la fundación dedicada a descubrir a los artistas emergentes con futuro promisorio.
“He descubierto que la vía del samurái reside en la muerte”, declaraba Yamamoto Tsunetomo en los poemas secretos del Hagakure, y dicen que Yukio Mishima intentó dibujar el ideograma “espada” mientras moría por la limpieza cultural de su país. El Sol nace en Japón. Las olas allá son tan regordetas como las de Hokusai. Los hongos multicolores sonríen, satíricos, para recordarnos las formas de las bombas de Takashi Murakami, las mismas que rememora Kazuo Ohno con los muertos vivientes en la danza Butho, y las geishas pintadas de negro y después de blanco que nos cuenta Junichiro Tanizaki. Todo esto y otro tanto de historia, mito, leyenda y magia, y otro tanto de mundo contemporáneo y de la cotidianidad que ya compartimos con el lejanísimo archipiélago, viene a cuento al intentar extraer algo de la esencia expresiva del joven artista contemporáneo —que se perfila como uno de los creadores más influyentes del futuro en el circuito internacional— Meiro Koizumi, nacido en Gumma, Japón, en 1976.
Una buena enciclopedia de historia japonesa y otro tanto de recuerdos personales y de referencias históricas occidentales: Koizumi también viaja para encontrar discursos cruzados entre culturas. En 2012 rememora en India al único juez que declaró que el juicio a las acciones de los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial era un fraude, el indio Radhabinod Pal. En 2009 recuerda la triste vida de la holandesa Jan Ruff O’Herne, obligada a servir como prostituta para el ejército japonés. En Estados Unidos muestra otra cara de Pearl Harbor y, en México, en 2012, hace hablar al habitante de una casa derrumbada.
Meiro Koizumi acaba de obtener el People’s Choice Award del Future Generation Art, premio otorgado por los visitantes a la fundación dedicada a descubrir a los artistas emergentes con futuro promisorio. Él dibuja a Hirohito Signing, Hideki Tojo, Ikki Kita y a Douglas MacArthur en un ejercicio de memoria que se desdobla: los rostros se dilatan, los gestos se esfuman y las facciones salen del dibujo hasta dejar sin rostro al personaje histórico. Koizumi se disfraza de kamikaze y camina por las calles de Tokio buscando desesperado a su amante. Hace que su padre dibuje en el techo de su habitación cuando era niño, cientos de b29, los bombarderos que cargaron en su panza a Little Boy y a Fat Man. Koizumi rehace e interpreta a un Yukio Mishima contemporáneo, igual de decepcionado por su cultura en 2010 que cuarenta años antes, y se vuelve a hacer seppuku, y vuelve a intentar dibujar el ideograma con su espada, y vuelve a recitar: “El hombre embravecido pronto al rumor del desenvaine / ¿cuánto ha soportado hasta ésta, la primera helada? / Aún, frente a quienes se agolpen despreciando el marchitar de la flor. / Ésta, si un día ha de marchitar, es por que ¡bien flor ha sido! / Y sólo por su dignidad volará al tenue viento vespertino”.
Plétora de referencias cruzadas, armadas, desencajadas, revueltas y desempolvadas. Historia desde un Japón que se vuelve viejo a la vez. Miradas a las islas de hoy con un actor llorando en el metro de Tokio, llorando y llorando cada vez con más fuerza hasta conseguir una sola reacción de un solo espectador (que Koizumi consiguió hasta el octavo intento), en Theatre Dreams of a Beautiful Afternoon en 2010. Un vistazo al pasado con dos actores ciegos que interpretan el papel de un matrimonio en la Segunda Guerra y en la última cena antes de que él parta a la batalla; él ciego de ideología, ella ciega de optimismo (Defect in vision, 2011). Un performance sobre la imagen de la eterna virgen desdibujando a la actriz Setsuko Hara; una conexión en piezas in situ, una videoinstalación tocando Amazing Grace o simplemente un dibujo.
Meiro Koizumi parece ser la nueva imagen del mundo flotante. m
En la web:
:: Sitio oficial.
:: En su galería.
En video:
:: Sobre su exposición en la Tate de Londres.