Veteranazos
Enrique Blanc – Edición 420
El rock alcanza su otoño. Y, en 2011, muchos de sus protagonistas más encumbrados ya exhiben profundas arrugas en su rostro. De cierto modo sucedió lo mismo con los músicos de blues que, respecto a los rockeros, nacieron tres décadas atrás
El rock alcanza su otoño. Y, en 2011, muchos de sus protagonistas más encumbrados ya exhiben profundas arrugas en su rostro. Evoquemos a Keith Richards, el guitarrista de los legendarios Rolling Stones —quien, por cierto, acaba de publicar su autobiografía—. A sus 66 años es ya una persona de la tercera edad. Pero que eso no nos haga pensar que está buscando jubilarse. Seguro que los Stones tendrán pronto un nuevo disco y, como ha sido su costumbre desde siempre, una nueva y muy publicitada gira.
De cierto modo sucedió lo mismo con los músicos de blues que, respecto a los rockeros, nacieron tres décadas atrás.
Caso aparte es B. B. King, nacido en 1925 y quien a sus 88 años todavía aparece por ahí, siempre sonriente. Otro ejemplo es Bob Dylan. El trovador y poeta estadunidense, al igual que Richards, es un sobreviviente completo. De hecho, en 2011 se cumplirán 45 años de que estuvo al borde de la muerte luego de accidentarse en motocicleta. Súmele a ello su paso por las intensas décadas de los sesenta y setenta, y su existencia ligada al exceso y al insomnio, para completar el cuadro. Tal como Richards y Dylan, los que aparecen a continuación son hombres otoñales, pero en lo musical parecen estar instalados en un eterno verano. m
Mean Old Man
Jerry Lee Lewis
(Universal, 2010)
Pionero del rock and roll, Jerry Lee Lewis, al igual que sus contemporáneos Elvis Presley y Carl Perkins, nació en la década de los treinta. En el caso del pianista al que apodaban The Killer, a sus 75 años acaba de sorprendernos con este trabajo marcado por la colaboración, en el que hay rock a la usanza de sus primeros días y música country. Aquí arropan a Lewis músicos y cantantes de distintas generaciones, desde Mick Jagger, Ringo Starr y Eric Clapton hasta Kid Rock y Gillian Welch, entre otros.
Le Noise
Neil Young
(Reprise, 2010)
Young no tiene abuela. A sus 65 años ha hecho uno de los discos más venturosos de su larga carrera. Producido por el canadiense Daniel Lanois —protagonista de viejas glorias al lado de U2 y Brian Eno—, Le Noise presenta a un Young que recurre nada más que a su guitarra para demostrarnos la misma vitalidad de discos grabados 20 años atrás, como el también estridente Ragged Glory. Una prueba fehaciente no sólo de la energía que él canaliza por medio de su guitarra, sino también de que aún conserva esa envidiable capacidad para saber cómo reinventarse.
The Union
Elton John & Leon Russell
(Decca/Universal, 2010)
Justo cuando ya creíamos que Elton John (63 años de edad) se había instalado en la comodidad que ofrecen la celebridad y el complaciente universo de la música pop, decide sacudirse la polilla y jugársela con dos inteligentes decisiones: llamar al estadunidense T-Bone Burnett (62) para que le produzca su siguiente álbum, y rescatar del olvido al también pianista Leon Russell (68). Con esa fórmula, John ha vuelto a darle vida a una carrera que parecía marcada por el conformismo. Un acertado cambio de luces que invita a cualquiera a hacer un alto en el camino y darle una nueva oportunidad.
Easy Come Easy Go
Marianne Faithfull
(Dramatico/Näive, 2008)
Auténtica sobreviviente, la sobria cantante británica, a la manera de una vampiresa, ha estado asociándose en los últimos años con distintos músicos mucho más jóvenes que ella, Beck y Jarvis Cocker entre ellos, para otorgar frescura a sus canciones. Este álbum doble nos deja claro que la dama, a sus 63, conserva su buen gusto para elegir repertorio y acompañantes. Aquí la escoltan Nick Cave, Antony Hegarty, Sean Lennon, Keith Richards y varios más.
Band of Joy
Robert Plant
(Decca/Universal, 2010)
El otrora vocalista de Led Zeppelin ha llegado a los 60 años con cautela. Ya no son para él los años alocados en los que su melena rubia volaba a lo largo y ancho del escenario en medio de un huracán de electricidad sonora. Hoy, con la sabiduría que le da su edad, se ha acercado a un repertorio de canciones en las que su voz y su energía resultan justas. Primero hizo aquel soberbio Raising Sand con Alison Krauss; ahora éste en el que vuelve a un rock oscuro y de tintes bucólicos para interpretar canciones tradicionales, así como de Los Lobos, Low y suyas.