Un excéntrico llamado E
Enrique Blanc – Edición 425
A la fecha, luego de dos décadas de actividad ininterrumpida, vertida en una decena de discos, E es sin duda una de las figuras más serias en la música contemporánea.
La joven editorial española Blackie Books ha publicado en castellano Cosas que los nietos deberían saber, el libro autobiográfico de Mark Oliver Everett, el extravagante compositor y músico estadunidense que se hace llamar E y se cobija en el proyecto Eels. Nacido en Los Ángeles, California, Everett ha venido trabajando desde inicios de los noventa. A la fecha, luego de dos décadas de actividad ininterrumpida, vertida en una decena de discos, es sin duda una de las figuras más serias en la música contemporánea. Dotado de una personalidad sin duda peculiar, en la que mucho tienen que ver su barba abundante y las gafas de profesor universitario que enmarcan su rostro, sus canciones, más que pretender estar animadas por estribillos simples y pegajosos, son verdaderas reflexiones sobre los aspectos más oscuros de la condición humana. Por ejemplo, en Electro-Shock Blues, su segundo álbum, Everett indaga en el dolor causado por el suicidio de su hermana y el cáncer diagnosticado a su madre. En cuanto a su sonido, Eels resulta algo así como un laboratorio de experimentación en el que caben indistintamente el folk, el rock y la electrónica. m
Beautiful Freak
(Dreamworks Records, 1996)
En el disco de debut de Eels —Everett sólo había grabado uno anterior como solista, A Man Called E—, entonces un trío, el compositor lleva su extravagancia hasta las últimas consecuencias, escribiendo letras que revelan la personalidad de alguien que se siente incómodo e inadaptado en el mundo, pero que encuentra el amor en alguien como él, otro hermoso freak. Un manojo de 12 canciones a manera de declaración de principios de un proyecto que se distinguirá en lo sucesivo por su originalidad y su ambición artística.
Eels With Strings. Live at Town Hall
(Vagrant Records, 2006)
Una más de las peculiares ocurrencias de Everett fue la de interpretar varias de sus canciones con arreglos de cuerda. Para ello formó un cuarteto de instrumentistas, integrado exclusivamente por mujeres y, con la ayuda de un bajista y un baterista, mostró la plasticidad que su sonido tiene a la hora de reinventarse. El disco también se puso en el mercado en formato DVD y es en éste en el que puede constatarse cómo la figura del cantante, en su traje color gris, evoca al también excéntrico Barton Fink de los hermanos Cohen.
Hombre Lobo. 12 Songs of Desire
(Vagrant, 2009)
Viene a ser el séptimo lanzamiento de Everett, al que precede el álbum doble Blinking Lights and Other Revelations, de 2005. Un disco que exhibe su versatilidad para recorrer un amplio espectro de estados de ánimo, yendo de la suavidad de “That Look You Give that Guy”, a la potencia de “Prizefighter”. Quizás el disco más romántico de Eels, una aguda reflexión sobre los asuntos del amor y el deseo, desde su conocida perspectiva nada convencional. Aquí, Everett incluso aúlla cual carnívoro y grita en “Tremendous Dyamite”, a todo pulmón: “I am el hombre lobo…!”.
Tomorrow Morning
(E Works Records, 2010)
Uno de los dos discos que Everett produjo en 2010. El otro fue End Times, con canciones de aire prioritariamente acústico. Tomorrow Morning combina melodías con arreglos de orquesta y recursos electrónicos, inaugurando un nuevo plano en su de por sí diverso espectro sonoro. Argumento irrefutable de la inspiración del prolífico compositor que es E, quien, además de las catorce canciones que se incluyen en el álbum, se dio el lujo de incluir un disco extra con cuatro más.
Cosas que los nietos deberían saber
(Blackie Books, 2010)
En el cintillo que anuncia su octava edición se ofrece el testimonio de Pete Townshed, guitarrista de The Who, quien asegura que la autobiografía de Everett es “uno de los mejores libros jamás escritos por un artista”. En su edición en español se puede leer un texto de presentación escrito por Rodrigo Fresán en el que, entre otras aseveraciones, define las canciones de Eels de la siguiente manera: “Todas y cada una piensan en una sola cosa: estamos aquí, no fue fácil, no es fácil, nunca va a ser fácil, y falta menos para el final”.