Transformar la materia para transformar la realidad
Enrique González – Edición 452
Daniel Sujo, egresado de Ingeniería Química y radicado en Filadelfia, fue reconocido como el Ingeniero Joven del Año de Delaware Valley
Desde que se mudó a Estados Unidos hace casi una década, Daniel Sujo no ha dejado de involucrarse en un proyecto tras otro para impulsar el crecimiento de decenas de personas por medio de su carrera: Ingeniería Química.
Comparte sus conocimientos en el Esperanza College, una escuela comunitaria de Kensington, el multicultural barrio donde vive en Filadelfia, y está permanentemente a la caza de jóvenes y experimentados químicos que fortalezcan la industria.
Desde Inolex, la empresa de cosméticos en la que trabaja, instrumentó un programa de formación para nuevos talentos mediante la educación cooperativa, proyecto que le ha valido dos importantes reconocimientos: el de Empleador del Año 2015 y el de Ingeniero Joven del Año 2016, este último otorgado por el Club de Ingenieros de Filadelfia, uno de los más antiguos y prestigiosos de Estados Unidos.
“La idea de la educación cooperativa es hacer un internado de seis meses, intercalados durante los cinco años de carrera. La empresa me apoyó y empezamos a traer estudiantes para satisfacer distintas necesidades y desarrollar talento propio”, explica Sujo, quien egresó de Ingeniería Química del ITESO en 2005. En la Universidad, en 2004, organizó el IV Congreso de Ingeniería Química y Ambiental, plataforma que le permitió establecer contacto con gente de la Universidad de Rowan, en Filadelfia.
Apoyo a grupos excluidos
“Sí tengo una tendencia a contratar a más mujeres que hombres, sobre todo porque la profesión ha estado muy desbalanceada. Estamos hablando de que hay entre cinco y 10 por ciento de mujeres en la industria de la ingeniería química en Estados Unidos”, afirma este egresado, quien también trabaja con estudiantes de secundarias y preparatorias de zonas marginales para incentivarlos a que se emocionen con la química. “Son escuelas con una grave disparidad socioeconómica respecto a la media estadunidense; ahí atraemos a minorías para que estudien ingeniería química: latinos, afroamericanos y mujeres son los grupos a los que me he enfocado en los últimos cinco años”.
Sujo ahora apunta a la internacionalización de sus proyectos de formación, ya que desde el Instituto Americano de Ingenieros Químicos y de la Sociedad Hispana de Profesionales de Ingeniería busca abrir capítulos en India y en México, específicamente en el ITESO. “La química es la transformación de la materia, y yo la veo también como la transformación de la realidad; la realidad puede transformarse por medio de la transformación de los materiales”. m.