Transplantes de cara, impresión de orejas, microchips para que los ciegos vean. No es ciencia ficción: son sólo algunos de los ejemplos más notables que se pueden comenzar a rastrear en el mundo.
Mientras para algunos campos el avance de las nuevas tecnologías representa toda una amenaza —citemos, por ejemplo, los casos de la industria de la música o los medios de comunicación—, para otros ha significado una segunda oportunidad en la vida: médicos y científicos del mundo trabajan para sacar el máximo provecho de los avances tecnológicos en beneficio de la salud de las personas.
Transplantes de cara, impresión de orejas, microchips para que los ciegos vean. No es ciencia ficción: son sólo algunos de los ejemplos más notables que se pueden comenzar a rastrear en el mundo. Y aunque de seguro comenzarán a surgir detractores —basta recordar el furor que provocó el nacimiento de Dolly, la primera oveja clonada en 1996—, es un hecho que la combinación tecnología-salud está cambiando miles de vidas en el mundo.
Luz en el camino
Robin Millar es un productor musical que, a causa de una enfermedad degenerativa, perdió la vista por completo. Millar es, también, paciente del King’s College Hospital, en Londres, donde el equipo de cirujanos le implantó en los ojos un microchip de tres milímetros que le ha permitido recuperar la vista, al menos parcialmente. Se trata de un dispositivo con mil 500 diodos fotosensibles que funcionan como las cámaras de los dispositivos móviles, transformando la luz en impulsos eléctricos que son enviados al cerebro. De momento, este tipo de implantes sólo se ha probado en pacientes con retinosis pigmentaria, pero se espera que en un futuro no tan remoto sirva para atender otros tipos de ceguera.
Un rostro nuevo
En 1997, Richard Lee Norris tuvo un accidente: perdió la nariz, los labios y el movimiento de la boca a causa de un percance con un arma de fuego. En 2012, la ciencia y la tecnología le cambiaron la vida: en una cirugía que se llevó dos días, Norris fue sujeto a un transplante de cara, el más extenso realizado hasta entonces, gracias a un donante de órganos anónimo. El equipo del Centro Médico de la Universidad de Maryland efectuó esta cirugía con la que Richard recuperó la sensibilidad y el rostro.
AFP
Refacciones humanas
Las impresoras en 3D están ocasionando toda una revolución. Y los médicos ya están empezando a sacar provecho de ello: un equipo de la Universidad de Cornell logró imprimir una oreja artificial basándose en células vivas. El proceso fue el siguiente: escanearon una oreja, crearon el molde en 3d y lo rellenaron con gel de colágeno que llevaba células de cartílago de vaca. Se especula que en 2016 se puedan usar las mismas células del paciente para hacer los implantes, reduciendo así las probabilidades de rechazo. m