Serrat y Sabina, celebrando la vida
Enrique Blanc – Edición 403
Dos pájaros de un tiro fue el nombre de un espectáculo que rebasó todas las expectativas, y en el que Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina , figuras indiscutibles de la canción hispana, se reinventaron con el objeto de colaborar entre sí.
Mediterráneo / Joan Manuel Serrat (Arista, 1971)
Según la revista musical Rock De Lux, éste es uno de los discos españoles más importantes del siglo XX. Serrat demuestra en él su inspiración para hacer canciones y ratifica su vocación como intérprete de los poetas más importantes de su tierra: León Felipe, en este caso, y Antonio Machado, de quien ya había musicalizado versos en un disco anterior. “Mediterráneo”, “Aquellas pequeñas cosas” y “Lucía” perdurarán en el tiempo como los momentos más lúcidos de uno de los más grandes cantautores de nuestros días; canciones que ya prefiguran la trascendencia del fértil cancionero de Serrat.
En Tránsito / Joan Manuel Serrat (Ariola, 1981)
Punto de inflexión en la carrera del catalán: una década después de Mediterráneo, Serrat decide cambiar el tono de sus composiciones, cambalachando el dramatismo poético por una canción que apuesta por el humor y el sarcasmo como armas de combate. “A quien corresponda…”, la que inicia este racimo de geniales ocurrencias es una declaración de principios que señala el rumbo que su obra acatará en lo sucesivo. Nuevamente, hay composiciones esenciales de su producción: “No hago otra cosa que pensar en ti” y “Una de piratas”, entre ellas.
Dos pájaros de un tiro / Serrat & Sabina (Sony-BMG, 2007)
Un homenaje de ida y vuelta que reformula varias de las canciones de Serrat y Sabina, y de paso ofrece cálidas versiones, cantadas a dúo, reflejo de los buenos ratos que ambos personajes pasaron juntos. Atinadamente, el disco incluye un dvd con la grabación del lúdico espectáculo concebido por ambos y un documental en el que se comparten las experiencias vividas junto a sus inseparables instrumentistas: Ricard Mirallés, Pancho Varona, Pedro Barceló y Antonio García de Diego. La captura de un momento irrepetible para su entero disfrute a capricho.
Mentiras piadosas / Joaquín Sabina (BMG, 1990)
Como sucede con Serrat, son muchos los discos de Sabina que pudieran destacarse, pero éste en particular le significó al andaluz un momento importante en su carrera, en España, pero especialmente en América Latina. El álbum contiene ya algunas de las clásicas de su cancionero como “Con la frente marchita”, “Medias Negras”, “Corre, dijo la tortuga” y la salsita carabanchel “Con un par”; canciones que suman letras a la visión particular de un forajido insomne que se jacta de su deambular con prostitutas y noctívagos, y con ello, envidiablemente, labra su prestigio.
Yo, mi, me, contigo / Joaquín Sabina (BMG, 1996)
Musicalmente es uno de los discos más interesantes de Sabina. Da la impresión de que busca distanciarse del sonido que por años ha trabajado junto a Varona y García de Diego, y que intenta renovarlo colaborando con varios colegas como Andrés Calamaro, Manu Chao y Charly García. Paradójicamente, es el disco que contiene “Mi primo el Nano”, la canción que dedicó a su admirado Serrat y que presagia su encuentro posterior con el catalán. De nueva cuenta, no faltan alusiones al desvelo (“Seis de la mañana”) ni a su espíritu lúdico (“Jugar por jugar”).