Sarah Obregón: leer la ciudad con otros ojos
Judith Morán – Edición 480
La directora del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano habla de los retos que tiene ante sí y de la necesidad de hacer ciudades más femeninas
De niña subió a los traxcavos que realizaron obras hidráulicas a las afueras de Guadalajara. Vio cómo los trazos que arquitectos plasmaban en papel se materializaban en distintos puntos de la cuidad. Estuvo en la inauguración de obras como el paso a desnivel de La Minerva. La profesión de su papá, Ingeniería Civil, la llevó a conocer la Zona Metropolitana desde sus calles, su infraestructura y sus grandes proyectos. A grandes pinceladas, así recuerda Sarah Obregón Davis su infancia y el despertar de su curiosidad por la ciudad.
Para la hoy directora del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (dhdu), “la posibilidad de hacer más femeninas las ciudades tiene un encanto, porque son ciudades más amigables, más cercanas y más cuidadas”, y explica que las mujeres diseñan pensado en los niños, en las personas de la tercera edad. “Cuando doy clases y veo a tantas alumnas, me da curiosidad saber qué van a hacer, sus proyectos, conocer ese complemento que hacía falta en la Arquitectura”.
Hablas de la emoción que te provoca dar clases. ¿En dónde radica esa ilusión?
En poder transmitirles una pasión a las y los estudiantes. Soy más urbanista y me ilusiona mucho transmitirles la maravilla de leer una ciudad con otros ojos, que vivan la ciudad y que sepan lo que pueden cambiar.
Cuando ves la ciudad, ¿qué percepción tienes? ¿Hacia dónde crees que vamos?
Las ciudades tienen una dinámica propia, van evolucionando. Hay obras, como las que me tocaron cuando estaba en el ayuntamiento, por ejemplo, el proyecto de Chapultepec, que con el paso del tiempo van cambiando el entorno. Es un buen proyecto cuando la gente lo usa como propio. Hay contextos, tanto sociales como económicos y políticos, en los que había que resolver un problema vial y nos dimos cuenta de que tenemos que empezar a mejorar la movilidad de bicicletas y peatones. Esta posibilidad que tiene la ciudad, de ir mejorando o ir corrigiendo errores, es muy noble. A partir de la pandemia, la manera en que tenemos que rediseñar las ciudades tiene otros parámetros, incluso por salud física y mental.
Es en este contexto de pandemia en el que Sarah Obregón asume la dirección del DHDU, con la tarea de seguir trabajando en la equidad de género. También tiene el reto de formar en la investigación. “El departamento tiene una gran infraestructura en laboratorios, entonces, eso nos da posibilidades de imaginar, de innovar, crear y hacer ajustes en la formación de los estudiantes en la práctica, en la investigación aplicada y en la vinculación”, dice.