Palenque: entre el glamour turístico y la marginación rural
Enrique González – Edición 431
El municipio, sede de una de las zonas arqueológicas más famosas del planeta, será gobernado los próximos tres años por Marcos Mayo, egresado de Derecho del ITESO y quien afirma que uno de sus retos es lograr conciliar los intereses de los campesinos y de los empresarios.
Marcos Mayo se suele levantar todos los días a las cinco de la mañana.
Es relativamente fácil intuirlo después de hablar unos minutos con él y escuchar cuando describe los numerosos proyectos en los que ha estado involucrado durante la última década. Se necesita estar bien despierto muchas horas. El último de estos proyectos lo metió de lleno a la política, concretamente a competir este año por la presidencia municipal de su natal Palenque, en Chiapas, como parte del Movimiento Progresista. Y la ganó.
Indígena chol, soltero, de 34 años y sonrisa fácil —excepto cuando habla de la larga lista de problemas que arrastra Palenque, el municipio donde nació—, Mayo es egresado de Derecho del ITESO (2001-2005) gracias a una beca que le otorgó la Compañía de Jesús. A finales de agosto estuvo de visita en su alma mater, aprovechando un viaje a Guadalajara para participar en un seminario sobre políticas públicas. Caminó por los pasillos del campus, saludó a viejos conocidos y se reunió con Juan Luis Orozco, SJ, Rector de la Universidad, a quien le planteó la posibilidad de establecer un convenio de colaboración Palenque-ITESO. “Queremos mejorar la imagen urbana del municipio y ver si nos pueden apoyar. Palenque no tiene nada, es un pueblo fantasma. El turista ni siquiera entra, se queda en el hotel”, compartió Mayo, quien es consciente de la enorme riqueza del lugar donde nació, pero también del indigno rezago que experimentan sus habitantes.
Palenque es México en estado puro. Su zona arqueológica es Patrimonio de la Humanidad y recibe anualmente a casi un millón de visitantes procedentes de todo el mundo. Alrededor de esa derrama económica, la miseria, la marginación, la falta de escuelas y hospitales debidamente equipados, las violentas disputas caciquiles y la desconfianza mutua entre el empresariado mestizo y las comunidades indígenas dan paso a la indeseable existencia de dos Palenques: “El de los campesinos y el de los empresarios. Llego a un escenario muy complejo e intento incluir a los empresarios para que colaboren en el gobierno. Es una batalla difícil”, refiere Mayo, quien añade que la capacidad para lograr esta mediación viene de su formación académica, tanto en el ITESO como en la Ibero León, donde estudió la maestría en Derecho. “Nuestro trabajo siempre va pensando en la persona humana, no estamos pensando en un proyecto personal”.
Mayo piensa a 30 años: visualiza una universidad en Palenque, bibliotecas profesionales, más centros culturales y espacios recreativos, la tecnificación, el mejoramiento genético de la ganadería, la llegada de inversiones responsables en el campo y en el sector turístico. “Tres años son poco: debemos planear a largo plazo, tener continuidad, que el ciudadano pueda refrendar al alcalde”. m