Las patrañas de Cereijido. Entrevista con Marcelino Cereijido
Juan Carlos Núñez – Edición 400
Ha dedicado su vida a la cienciapara descubrir, simple y llanamente, que ésta es una forma de interpretar la realidad. En esta búsqueda, el científico ha escrito al menos cinco libros y fue distinguido con el premio nacional de cienacias y artes.
Marcelino Cereijido dice que no es filósofo, ni historiador ni sociólogo de la ciencia. Que lo suyo es la fisiología celular y que si ha publicado cinco libros sobre la ciencia es porque tenía una pregunta que no lo dejaba dormir. “Yo no entendía por qué hacer ciencia me costó el exilio de mi país y por hacer esa misma actividad después me daban premios. No lo podía entender, así que me puse a averiguar”, dice con sonrisa maliciosa. Argentino de nacimiento, Cereijido llegó a México en 1976 tras el golpe militar en su país. Es profesor del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, y uno de los investigadores más destacados en su campo.
En el verano pasado, el doctor Cereijido estuvo en el ITESO para impartir un curso sobre ciencia y ética, y para conversar con los asistentes al Café Scientifique sobre la medicina evolucionista. Entre bromas e ironías, “porque la ciencia es muy importante como para hacerla aburrida”, el autor del libro El doctor Marcelino Cereijido y sus patrañas, habló de los alcances y límites de la ciencia, de su método y del peligro de convertirla en un dogma. La ciencia, insiste, no es la verdad. Tampoco es la “aventura de la razón”. Se trata, afirma, de una manera muy eficiente de interpretar el mundo en el que la razón juega un papel mucho más “chiquito” del que comúnmente se le atribuye.
¿Qué es la ciencia?
La ciencia es una manera de interpretar la realidad que no apela a milagros, revelaciones, dogmas, ni al principio de autoridad. Es la manera más moderna que ha desarrollado el ser humano para interpretar la realidad, la manera anterior es el monoteísmo que consiste en interpretar que todo es obra de un dios. Anterior a ésta era el politeísmo y hubo otras más primitivas.
Dice usted que es una forma de interpretar la realidad ¿es la mejor manera?
Es la más eficaz, ninguna otra ha alcanzado el grado de eficacia de ésta. Por ejemplo, se determina enviar una sonda espacial en tal dirección, con tal fuerza y se dice que dentro de ocho años estará tomando y enviando fotografías de los anillos de Saturno, y a los ocho años llegan las fotos. O alguien dice que si se golpea un átomo con una partícula con tal fuerza y tal forma, tendría que producirse un mesón, que es otra partícula. Se hace y ahí está, quiere decir que la predicción era buena. En cambio, había religiones que decían que el mundo se iba a acabar en el año mil y acá seguimos. En fin, ninguna otra forma de interpretación tiene la eficacia de la ciencia para hacer cosas, proteger al ser humano, conseguir alimento, curarlo…
¿Eso equivale a decir que es la forma verdadera de interpretar la realidad?
No. La ciencia no tiene verdades, es la mejor explicación que se puede dar por el momento sobre algo, pero siempre está abierta a que venga un genio, reinterprete las cosas y demuestre que lo que se sabía hasta entonces era insuficiente o incluso era equivocado. Por ejemplo, en un momento dado lo mejor que se podía hacer era suponer que existía algo que se llamaba flogisto (sustancia que, se creía, se liberaba durante la combustión), después comprobaron que no existe y hubo que sacarlo del cuerpo del conocimiento, con lo que se origina una interpretación mejor. En un momento de la historia lo mejor que se tenía era la física newtoniana, pero viene un señor con el asunto de la relatividad y mejora el conocimiento. Todos los días están saliendo y entrando novedades al patrimonio científico. En ciencia, declarar que algo es verdad sería declararlo dogma, algo en lo que nunca nadie va a encontrar nada en contradicción, y eso sería estancar el conocimiento. Pero se requiere un gran genio para poder reinterpretar mil años de conocimiento.
lusión óptica: si centra su atención en el tubo de ensayo negro, desaparece la mancha gris que lo envuelve. http:/blifaloo.com/illusions/haze.php
¿Entonces el científico lo que busca es reinterpretar lo que se sabe?
La ciencia trata de hacer un cuerpo de conocimientos que sea lo más sólido posible, lo menos objetable posible. Siempre se está revisando, pero se no trata de que las modificaciones destruyan por completo lo anterior. Las grandes modificaciones no ocurren con frecuencia. No cualquiera despierta mañana y dice: el segundo principio de la termodinámica no vale. Si puede hacerlo, hágalo, lo que pasa es que no ocurre todos los días. La cuestión es que, mientras los dogmas son inapelables, la ciencia no lo es. Por ejemplo, un científico entraría “volando” a la oficina de su jefe que es director de un instituto termodinámico para decirle: “Yo puedo demostrar que el primer principio de termodinámica está mal”, si es que lo pudiera hacer. Y si tiene evidencia seguramente va a ser escuchado. En cambio, un sacerdote no entraría “volando” a la oficina del cardenal a decirle: “Tengo la manera de demostrar que eso de la Santísima Trinidad o de la virginidad de María son puras patrañas”. Por principio no va ser escuchado porque va en contra de un dogma, la ciencia no tiene dogma.
Aunque, con frecuencia, por la manera en que se enseña pareciera que sí.
Claro, porque hay personas que no entienden qué es
la ciencia y quieren convertirla en una religión. Incluso los científicos juegan a veces a llamar cosas así, en broma. Por ejemplo, hace pocos años estaba el “dogma” de la biología molecular que decía que del DNA se puede sintetizar RNA y se puede sintetizar proteína, pero no al revés. Se le llamaba el “dogma” porque era así siempre, pero de repente se encuentran con lo que se llama retrovirus, que son virus que lo hacen justo al revés, y entonces se vino abajo el “dogma”, aunque se le sigue llamando así en broma.
lusión óptica: imagen que estimula al cerebro para que la interprete de la forma más simple posible. http://bilfaloo.com/ilusions/imposible.php
Usted hace investigación científica todos los días ¿el método que utiliza es como el que nos enseñaron en la secundaria?
La idea del método científico puede ser por momentos incluso dañina, porque da la idea de que hay un método preciso que produce el conocimiento, que uno le da la vuelta a la manija y ya está, como hay un método de hacer churros o de fabricar tallarines. El método científico lo que tiene es un control de calidad fabuloso que es la concordancia de lo que se dice con la realidad. Si uno tiene una hipótesis bien fundada, adecuada y eficiente, se puede predecir que si hago tal cosa puede pasar tal otra. Hace un momento hablamos del mesón: Yukawa es un físico japonés que dijo “si esto es así, tendría que haber una partícula de tales características”. ¡No la había visto!, era un físico teórico, pero vino alguien y dijo: “Sí, tiene razón y la manera de encontrarlo sería tal”. Lo hizo y lo encontró. La prueba de la calidad de una hipótesis científica es si es capaz de predecir. En ese sentido la ciencia hace predicciones fabulosas. De pronto dicen: “tendría que haber un animal que fue el antecesor común de tal bicho y de tal otro”. Y luego viene la pregunta: ¿pero dónde lo buscamos?, ¿en el desván de la casa? No, no, de acuerdo con tales antecedentes, según cómo vivieron esas especies y bla, bla, bla, tendrían que estar en un manto de tal edad, en tal lado. Entonces van, escarban y lo encuentran; no hay ninguna otra manera de interpretar la realidad que pueda hacer semejante predicción. Esto quiere decir que la ciencia tiene una forma de corroboración; compárala con la afirmación de un sacerdote que dijo que la Virgen de Guadalupe está enojada con los mexicanos. Y la otra característica de la ciencia es que tiene un mecanismo de autocorrección: si algo no es como se decía, pues se deja de decir.
Algunas personas afirman que las ciencias sociales no son ciencia, precisamente por su limitada capacidad para predecir con precisión.
Ésas son tonterías. Ciencia hay una sola, pero cada disciplina se inventa la manera que más le conviene o que más puede ayudarle a aprender sobre la realidad que le interesa. Entonces, cada cual se organiza a su manera. Por ejemplo, en este momento la neurociencia está apelando a usar imágenes del cerebro en pleno funcionamiento, es un recurso que hace unos años no tenía, y un psicolingüista se da cuenta de que ciertas características del habla son anormales y tienen que ver con algún proceso en tal lugar del cerebro. Él no va a aceptar que la física, las matemáticas o cualquier otra disciplina le digan que tiene que proceder de tal manera, porque ¿qué saben de eso?
Cuadros en movimiento: las bandas negras que forman la cuadrícula están extendidas. El efecto del movimiento es causado por el patrón de círculos azules que está detrás.
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¿La ciencia sirve para responder cualquier tipo de pregunta?
Sólo si es una pregunta científica. Una pregunta se considera científica únicamente si el que la hace puede hacer algo para responderla con certeza. Por ejemplo, si yo pregunto si del otro lado del universo habrá una casa de Barragán que pertenezca al ITESO, no puedo hacer nada para responderla. No puedo decir nada ni a favor ni en contra. No es una pregunta científica. Ahora, si yo hago una pregunta, por más loca que sea, pero puedo por lo menos ordenar algo de la realidad para responderla, entonces sí tiene sentido; pero hacer preguntas por hacer, eso no es típico de la ciencia.
¿Por qué usted no está de acuerdo con la afirmación de que la ciencia es la aventura de la razón?
En primer lugar porque la razón ha llegado muy tardíamente al planeta, no tiene más de 20, 30 mil años y los mecanismos de razonar se forjaron, sobre todo, hace apenas tres, cuatro mil años; no significa nada. Una señora que huele para ver si a este guiso le falta orégano, no está en capacidad de demostrarlo con un razonamiento lógico, pero dice: le falta orégano. Incluso en investigación científica la razón juega un papel muy chiquitito, muy tardío, porque un científico genial no se diferencia de un mediocre por cosas de la razón. No es que uno razona mal y otro razona bien, que uno sabe usar la bibliografía y el otro no, que uno sabe usar tal aparato y el otro no. Lo que los diferencia es la capacidad de ser originales, las ideas geniales que le brotan a uno y que no le brotan al otro, y eso es un proceso inconsciente. Yo no puedo hacer nada porque me broten ideas geniales, ojalá pudiera. Muchos de los grandes creadores afirman que ellos no desarrollaron sus creaciones a partir de un desarrollo racional, consciente y teórico.
Usted distingue entre investigador y científico. ¿Cuál es la diferencia?
Como decía antes, la ciencia es una manera de interpretar la realidad sin recurrir a milagros, revelaciones, dogmas o principio de autoridad. Una persona que interpreta el mundo así, es un científico. El investigador es una persona entrenada en tomar algo que no se conoce, estudiarlo y salir con alguna respuesta. Suponte que hay alguna epidemia en México y no se sabe qué la produce. Viene un tipo, le toma muestras a algunas personas infectadas, hace cultivos y dice: ya sé qué es y existe tal antibiótico para combatirlo. Ha tomado algo que no se sabía y se sabe al menos un poco más sobre él. El ideal es que el científico y el investigador sean la misma persona, pero la experiencia demuestra que no, que hay gente que nunca va a acudir a un milagro, dogma o principio de autoridad para explicar la realidad, pero que es gente estéril, que no se le ocurre jamás una idea original y no puede ser investigador. Y al revés, hay investigadores que son chisperos de novedades, pero tienen una visión del mundo que incluye milagros.m.