“La transición es necesaria e inevitable. Es algo que va a pasar, lo queramos o no”
Tracy L. Barnett – Edición 447
El libro de Juan Del Río, La Guía del Movimiento de Transición, fue lanzado en febrero. Se trata del primer libro sobre el Movimiento de Transición escrito específicamente para los hispanohablantes. Del Río, uno de los principales impulsores de la transición hacia modos de vida sostenibles en España y en esta entrevista aborda la manera en que la Transición se ha desarrollado en aquel país, las diferencias y similitudes culturales con los movimientos sociales como Occupy, Indignados y más.
Hace unos meses salió tu libro. ¿Me puedes hablar un poco de él?
Claro. La idea de la Guía del Movimiento de Transición es que sea un guía para que cualquier persona pueda comenzar a nivel personal y colectivo este proceso de cambio en su barrio, pueblo o ciudad. Es el primer libro sobre este tema escrito en castellano, con ejemplos cercanos, actualizada al momento actual y adaptado para todos los países de habla hispana. La idea es que sea útil y permita pasar a la acción.
El libro de referencia en esa línea ha sido hasta el momento The Transition Handbook de Rob Hopkins publicado en el 2008. Un libro que fue traducido al español de manera colaborativa y está disponible en la red, pero que nunca se editó en español. Se trata de un libro que fue muy útil, sin embargo, se escribió en los inicios del movimiento y éste ha evolucionado y avanzado mucho desde entonces, por lo que era importante actualizar dicha información. Además, está basado en ejemplos principalmente de Inglaterra, y la realidad de los países de habla inglesa, la manera de comunicar y la cultura, es diferente de países, por ejemplo, del sur de Europa, como España, Portugal, Grecia, Italia —que comparten muchas cosas con la realidad de Latinoamérica. Por ello era necesario adaptar y contextualizar el movimiento dando ejemplos propios y actuales.
He tenido la oportunidad de trabajar y visitar proyectos de Transición en diferentes países, entre ellos Inglaterra, y una de las observaciones que puedo compartir, siempre desde mi óptica personal, es que en la actualidad en el “sur” [de Europa] la sociedad es mucho menos individualista. Las personas comparten más y generalmente son más cercanas. Mientras que por otro lado tienden a ser menos pragmáticas y quizás dedican demasiado tiempo a discutir y hablar. En países anglosajones se tiene mayor dificultad a la hora de relacionarse y crear comunidad, pero son mejores pasando a la práctica. Tenemos mucho que aprender los unos de los otros.
Al escribir este libro para mí era importante, especialmente después de mi experiencia durante los últimos siete u ocho años (como formador y facilitador de transición, en los grupos locales de Barcelona en Transició y ahora de Cardedeu en Transició, y también coordinando la Red de Transición España ), darle un enfoque cercano, hablar de ejemplos de aquí, sobre todo de España, pero también de Brasil, México, Chile y Argentina.
Es un libro que pretende compartir muchas herramientas, ideas, ejemplos, experiencias, con una visión práctica, para que la gente pueda empezar en sus propios barrios, ciudades, pueblos. El prólogo del libro está escrito por Rob Hopkins, y si quieres leerlo, está aquí en inglés y español. Además en la web del libro se pueden consultar otros materiales y un capítulo extra con interesantes colaboraciones que no se publicó en papel.
¿En qué otras maneras ha sido diferente la manera de expresar y manifestar el Movimiento de Transición en España?
Lo que estoy viendo en el sur de Europa es que los diferentes movimientos están mezclando mucho: están creando sinergias entre decrecimiento, permacultura, ecoaldeas, Transición, etcétera, y percibo que en Latinoamérica está pasando lo mismo. En Inglaterra me parece que está costando más. Es como si dijeran: “Esto es Transición, esto es permacultura”, etcétera.
Creo que un poco tiene que ver el carácter y también es verdad que el clima influye mucho. En el sur la gente está mucho más en los espacios públicos, en la calle —algo que también pasa en Latinoamérica— y creo que esto propicia que no se haya perdido tanto el sentido comuntiario. La gente está mas acostumbrada a hablar con el panadero; en Inglaterra compran su pan y ni siquiera lo saludan.
Aquí se va a la calle y, por ejemplo en el pueblo donde yo vivo [Cardedeu, España], para llegar de un punto al otro caminando se puede demorar una media hora porque encuentras personas en el camino, y eso es clave para el Movimiento de Transición: es gran parte de la resiliencia (si quieres saber que es la resiliencia leer este artículo) que queremos formar: la resiliencia social, es decir, las conexiones entre las personas, porque es lo que nos va a permitir que cuando haya problemas exista más apoyo mutuo. Ayudamos mucho más al otro porque nos conocemos, porque sabemos qué tipo de problemas tenemos y todos tenemos un rol en la comunidad. Yo creo que en Latinoamérica y el sur de Europa este tipo de redes comunitarias están mucho más desarrolladas, por lo que debemos darle más valor y uso.
¿Y cómo se expresa esto en algunas de las iniciativas que se han llevado a cabo?
En el sur de Europa la situación económica es muy difícil, mucha gente tiene problemas para llegar a fin de mes – por ello se están desarrollando gran diversidad de proyectos para impulsar la economía local. En el blog Vivir Sin Empleo podemos encontrar información muy interesante sobre las iniciativas de economía local en el territorio español, así como un mapa colaborativo con las diferentes redes de intercambio que existen.
Un fenómeno que fue muy importante en el caso de España, fue el 15M o movimiento de los Indignados, que tuvo lugar en mayo-junio de 2011 y que sirvió de germen para el movimiento Occupy, que surgió seis meses después en el mundo anglosajón. En esta entrevista que nos hicieron en la Conferencia Internacional de Transición, en julio de 2011 en Liverpool, explicamos el vínculo entre la Transición y el movimiento de 15M. De hecho, después del movimiento 15M se observó un crecimiento importante del Movimiento de Transición y en el número de iniciativas.
Ahora mismo en España existen en torno a las 50 iniciativas locales de Transición y muchas otras con otros nombres. Teniendo en cuenta el contexto de crisis actual puedo decir que este tipo de iniciativas son sin duda espacios de esperanza en los que las personas se apoyan y se buscan soluciones para transformar el entorno en el que viven. En estos momentos se percibe bastante desesperación, pensemos que existe cerca del 50 por ciento de desempleo para los jóvenes y un 30 por ciento de desempleo global, se han realizado grandes recortes de múltiples derechos, en educación y sanidad, etcétera. Así que la situación es realmente difícil, y también lo es en Portugal, Grecia e Italia, aunque con diferentes matices.
Una observación interesante tiene que ver con que motiva el paso a la acción de las personas. En estos momentos en España quizás el primer motivador tiene que ver con la crisis económica. Por supuesto, la crisis económica es absolutamente interdependiente con la crisis ecológica y social, pero para mucha gente la motivación comienza con la economía y cómo suplir sus necesidades básicas. Por ello se está dando el desarrollo de múltiples proyectos de economía local. Pensemos que en España existen cerca de 300 redes de intercambio: unos 200 bancos de tiempo (cuya moneda es la hora y son válidos para intercambio de servicios) y unas 75 monedas locales entre las que vemos gran diversidad de modelos y formas. Algunos ejemplos son el Puma, el Zoquito, la Turuta, los Ecos o Ekhi.
También están surgiendo gran cantidad de empresas sociales y cooperativas, y ha surgido el movimiento de las cooperativas integrales, que con un enfoque transformador y anticapitalista incluyen en una misma estructura cooperativas de trabajo, de vivienda, de salud y educación, de crédito, de consumo y producción, etc.
Otro ejemplo en ebullición son los grupos de consumo que buscan conectar un grupo de personas con un productor local de verduras u otros productos. Suele comenzar por un grupo de amigos o familias que deciden que quieren consumir verduras y frutas producidos de manera ecológica; por lo que se organizan de una manera colectiva y cooperativa y entran en contacto con los productores locales y esa es la forma en que comienzan a consumir localmente en lugar de ir a los supermercados. Tan solo en Barcelona, por ejemplo, existen cerca de cien grupos y cooperativas de consumo.
En Cardedeu, el pueblo en el que vivo, existen múltiples iniciativas de este tipo: grupo de transición, bosques comestibles, banco del tiempo, grupos de consumo y producción etc. En el caso del grupo de consumo además de consumir gran parte se produce por los miembros de la cooperativa por lo que se denomina grupo de “prosumidores”, varias personas producen los vegetales; pero al mismo tiempo, hay dos personas que producen el pan; hay dos más que producen cremas y sopas; otros hacen el aceite de oliva, otros hacen la miel – nos reunimos una vez a la semana, y las tareas se dividen, se paga con euros o mediante intercambio con los diferentes productos. Es una mezcla de la moneda convencional y el trueque.
¿Estos proyectos realmente ayudan a los desempleados y a los que tienen problemas económicos? Porque, en mi experiencia, estos productos son en realidad más caros.
Es una pregunta interesante, y una creencia en muchos casos errónea. Podríamos debatir mucho sobre qué es “caro” y “barato”, si desde una perspectiva puramente monetaria o si desde una perspectiva social y ecológica; a un corto plazo o a un medio y largo plazo, sobre la cuestión del empleo vs trabajo y necesidades en tiempos de decrecimiento, o sobre la cuestión valor vs precio, etcétera. Pero sin entrar a fondo en estas discusiones voy compartir varias ideas.
Primero cabe decir que detrás de los productos locales y ecológicos está la idea de que en el mediano y largo plazo, incluso si pagas un poco más monetariamente, los beneficios para la economía local, el medio ambiente y la salud serán mucho mayores. Por otro lado, los productores y consumidores están mucho más cerca. Por ejemplo, en Cardedeu están a sólo un kilómetro del lugar donde nos reunimos cada semana y trabajamos con ellos directamente, sin intermediarios y por tanto reduciendo costes para todos. Si vas a comprar una lechuga, por ejemplo, en el supermercado, tal vez la lechuga cuesta un euro, pero el productor ha recibido sólo 10 centavos. En este caso puede que paguemos el mismo precio pero este euro va integro al productor, con el que tenemos una relación de confianza y sabemos que, como y donde produce. De esta manera, el campesino no necesita tener grandes monocultivos porque con menor producción pero de mejor calidad obtiene el mismo retorno monetario, y mucho más a nivel social y ecológico.
Otro aspecto es que toda la verdura y fruta es de temporada. Tenemos que aceptarlo porque esto es parte de la Transición; así es como volverá a ser para la mayoría de la gente en unas pocas décadas o tal vez menos. Las verduras frescas, un precio similar, una calidad mucho mejor y la posibilidad de intercambiar, compartir y apoyarse unos a otros.
Una reflexión importante es si lo que de verdad importa es “ahorrar dinero” y “tener un empleo” o vivir bien, feliz y tener las necesidades cubiertas. Este es un cambio de perspectiva importante y en esta línea trabaja el Movimiento de Transición. Tenemos que buscar nuevas maneras de relacionarnos, de identificar cuáles son nuestras necesidades reales y como satisfacerlas. Quizás no necesitamos todo lo que nos dicen y debemos recuperar otras cosas, y para conseguirlo tal vez existan otros métodos complementarios a utilizar el euro o el dólar. Una recomendación es el Modelo de Desarrollo a Escala Humana de Economista Chileno Manfred Max-Neef, que nos puede servir como marco teórico para identificar las necesidades esenciales y como satisfacerlas.
¿Qué otros proyectos existen o estás desarrollando en Cardedeu y en otros lugares?
La verdad es que muchas cosas. Comencemos a nivel local por Cardedeu.
Existe un restaurante-escuela de autosuficiencia y reconstrucción de resiliencia muy interesante llamada Esbioesfera. En ella la gente local que tiene habilidades diversas comparte sus conocimientos en el cultivo de alimentos, la elaboración del pan, la confección de ropa, la construcción, etcétera. Además tiene huertos urbanos ecológicos y un restaurante slow-food. Se trata además de un lugar de encuentro de varios colectivos como Cardedeu en Transició, la iniciativa local de transición.
Otro proyecto muy interesante desarrollado por Cardedeu en Transició, es un huerto permacultural comunitario en uno de los institutos del pueblo. En él se han implicado profesores de la escuela y un grupo de estudiantes y conjuntamente hemos realizado un diseño para el jardín. En breve se lanzará una campaña de microfinanciamiento para conseguir los recursos necesario y comenzar la construcción en otoño-invierno. Se quiere construir un anfiteatro, donde los profesores puedan realizar clase y va a estar adaptado para que pueda ser utilizado por personas con discapacidades.
Además está en marcha un mapa colaborativo de consumo sostenible de toda la región, en donde se pueden encontrar iniciativas, comercios locales, huertos, productores, etcétera, de toda la región que siguen principios de proximidad y producción ecológica. Además incluimos un mapa con lugares donde las personas pueden cosechar alimentos silvestres de manera libre y gratuita. Por ejemplo árboles frutales de alrededor de la ciudad como manzanas, cítricos, ciruelas, almendras, y otras no tan comunes para nosotros, pero que son comestible.
Uno de los puntos claves de Cardedeu en Transició es que el segundo viernes del mes en Esbiosfera realizamos lo que llamamos una “Merienda de Transición”. Desde mi experiencia en diferentes grupos, uno de los principales desafíos es cómo involucrar a la comunidad, cómo comunicar todo este tipo de ideas a un grupo más grande, pero en de una manera agradable y entretenida. De ahí surge la idea de las meriendas de transición, una tarde abierta, en la que durante dos horas y media invitamos a todos los que quieran venir a compartir, aprender y pasárselo bien. En ellas dedicamos entre diez y quince minutos para hablar acerca de la Transición, para posteriormente centrarnos con juegos y dinámicas en el tema específico de esa jornada —puede ser sobre alimentación, energía, creatividad, conocer proyectos, economía local, etcétera. Los participantes son de lo más diversos y dedicamos por lo menos media hora para compartir los diferentes alimentos y bebidas, que la gente trae y que suelen ser locales y caseros. Con ello estamos construyendo un espacio para la conexión entre las personas, para conocernos, crear lazos y aprender unos de otros. Se ha convertido en algo así como una especie de tradición, es muy agradable, y esta es la forma de que los nuevos comienzan a involucrarse en el grupo. La televisión local ha participado en diferentes momentos para hacer algunos videos acerca del proyecto. Por ejemplo cuando tuvimos la visita de Naresh Giangrande cofundador junto con Rob Hopkins del movimiento de transición.
Saliendo de Cardedeu está el proyecto de la Red de Transición que, tal y como se define en su web, “se organiza en cada país mediante una red formada por las iniciativas locales y un eje vertebrador. La Red de Transición España – REDTE, es un proyecto sin ánimo de lucro, compuesto por un diverso grupo de personas, que trabaja para visibilizar y dinamizar el movimiento de transición en el Estado Español, así como apoyar a las iniciativas locales y conectarlas entre sí y con la Red Internacional de Transición. REDTE es parte de Transition Network”. Desde REDTE se están realizando muchos proyectos interesantes. A nivel de formación acabamos de finalizar el primer curso oficial de transición online en castellano con unos 20 participantes de España, México, Argentina, Chile, etcétera. Además se acaba de lanzar la segunda edición del curso para este otoño – octubre-noviembre 2015 – que esperamos sea de nuevo un éxito. Y se prevén nuevas formaciones presenciales que se van actualizando en la web. También realizamos un boletín mensual con el que podemos estar al día de lo que pasa en el mundo de la transición y al que cualquiera se puede subscribir.
Otros proyectos tienen que ver con la investigación y divulgación como por ejemplo el estudio sobre estrategias de sensibilización y como promover el paso a la acción, o sobre barreras y oportunidades para las iniciativas sociales hacia la sostenibilidad. Además la Red de Transición participa en múltiples eventos y colabora en diferentes redes de permacultura, decrecimiento, ecoaldeas, o en importantes proyectos europeos como ECOLISE.
Después a participo en muchas otros proyectos, como formador, facilitador, investigador, escritor, etcétera. Algunos ejemplos son: el proyecto Transición Sostenible, 15/15\15 revista para una nueva civilización de la que formo parte del consejo redactor, mis colaboraciones periódicas con la revista Ecohabitar, etcétera. Un breve resumen de ello puede verse en mi web personal.
¿Por qué crees que es importante promover la Transición?
La transición es necesaria e inevitable; es algo que va a pasar lo queramos o no. entonces el punto es, ¿cómo podemos diseñar y poner en práctica colectivamente un proceso de cambio que nos lleve hacia un futuro posible y deseado?
Creo que en los países de América Latina, en México, y también en España, debemos trabajar para favorecer ese proceso de cambio en nuestras comunidades. No importa si vives en Inglaterra, México o Zimbabue; estamos chocando con los límites biofísicos del planeta e inevitablemente cruzando un punto de no retorno a nivel de civilización. No va a ser posible —ni deseable— vivir como en las últimas décadas. La pregunta es hacia dónde vamos y cómo vamos a hacerlo, y aquí es donde el movimiento de transición tiene mucho que decir y herramientas transformadoras que ofrecer para fomentar el aumento de la resiliencia local e involucrar a la comunidad en el proceso de transformación. Existen múltiples movimientos ecológicos y sociales que luchan directamente contra el sistema imperante, y si bien eso es importante, en mi opinión es aún más necesario promover alternativas y ahí es donde está trabajando movimiento de transición, creando nuevas realidades y construyendo sinergias con otras iniciativas, redes y movimientos.
Pienso que ahora es más momento de ocuparse que de preocuparse, vamos que no hay tiempo que perder, la diagnosis la tenemos así que hay que pasar a la acción. Y en ese paso a la acción uno de los retos más importantes, y que considero el Movimiento de Transición está sabiendo trabajar gracias a su visión holística e integradora, es el de construir puentes entre islas, es decir entre personas, pueblos proyectos diversos tanto por su ámbito de trabajo como por su escala de actuación. Debemos ser inclusivos, capaces de integrar la diversidad y aprender a colaborar.
¿Qué tipo de impacto ha tenido el Movimiento de Transición en la política en España?
En España debido a la crisis economía, social y política, existe mucha desilusión, mucho desencanto con los partidos políticos tradicionales. Han surgido nuevos partidos al nivel local. Y es muy interesante ver como partidos locales formados por personas de la sociedad civil que han dado ese salto contactando con nosotros expresándonos que si consiguen gobernar en su pueblo o en su comunidad, quieren que este sea una comunidad en Transición. Nos preguntan sobre qué incluiríamos en su programa electoral, qué medidas, qué queremos que aparezca ahí; nos piden consejo.
Las elecciones municipales fueron hace poco y en muchas poblaciones personas así están ahora formando parte del gobierno. Los casos más llamativos son los de ciudades como Madrid, Barcelona, Cádiz o Santiago de Compostela, entre otros. Si bien en mi opinión el rol de liderar el proceso de cambio debe venir desde abajo, las instituciones locales tienen mucho que aportar para facilitar este proceso y los nuevos partidos políticos locales quieren hacer política de una manera diferente, y también están tomando inspiración del Movimiento de Transición. Así que estamos un poco a la espera de ver qué sucede en los próximos meses pero está habiendo algunos cambios interesantes.
Un caso que merece la pena nombrar es el de Carcaboso, un pueblo de mil 200 personas de la provincia de Cáceres, donde desde hace unos cuatro años el ayuntamiento empezó a promover una gran cantidad de proyectos de transición —huertos y gallineros comunitarios, pequeñas empresas locales, municipio libre de transgénicos, sello ecológico propio, etcétera. Y este tipo de cosas está empezando a ocurrir, no sabemos cómo se va a desarrollar. Sin querer crear grandes expectativas la realidad es que se abren nuevas ventanas y es un proceso emocionante.
¿Cómo se benefician de la transición las personas que están luchando contra la crisis?
Veo el Movimiento de Transición como una herramienta experimental. La gente en España, como en tantos otros lugares del mundo, necesita soluciones; están buscando diferentes maneras para enfrentar la situación, porque esto es nuevo para todos. Hay muchas familias hipotecadas perdiendo sus casas, gente que pasa hambre, corrupción. Las personas perciben que necesitamos una nueva forma de hacer las cosas y el movimiento de transición como comentaba anteriormente contribuye a ello, a construir nuevas realidades y crear espacios de esperanza y apoyo mutuo.
Con la situación de crisis están emergiendo múltiples iniciativas con nombres y propuestas diversas y muchas están inspirándose en el movimiento de transición. Desde el 2011 con el 15M han sucedido muchas cosas pero este proceso evolutivo no ha hecho más que empezar. Se trata de cambio personal y colectivo, estamos hablando de transformar nuestros modos de vida y también nuestros valores y creencias, es una transición integral, tanto interna como externa.
Hábleme de sus planes para el libro, especialmente con respecto a América Latina.
La Guía del Movimiento de Transición se publicó en febrero del 2015 con la editorial Catarata, de momento solo en España. Es el primer libro escrito sobre este tema adaptado al público hispanohablante así que me gustaría que llegará a cuanta más gente mejor. La he presentado en diferentes ciudades de España: Barcelona, Granada, Madrid, etcétera, y está teniendo una muy buena acogida. Estoy empezando a recibir retroalimentación muy positiva por parte de las personas que lo han leído y espero que pueda ser muy útil para mucha gente. Uno de mis principios es hacer las cosas sin muchas expectativas y de manera humilde; así he hecho el libro, tratando de compartir mi experiencia, y la de muchas personas a las que he entrevistado, con el propósito de favorecer el avance de este proceso de cambio.
Toda la información se puede encontrar en la web del libro. Desde dónde conseguirlo (para Latinoamérica de momento solo vía Amazon y en breve estará la versión ebook), el prólogo en varios idiomas, los anexos, un capítulo extra, el índice detallado, entrevistas y artículos relacionados, etcétera. Así que los invito a que entren, investiguen y difundan los diferentes materiales.
Respecto a mis planes en Latinoamérica, me gustaría que el libro se publicará también allí y llegara al máximo de personas. En estos momentos empiezo a planificar un viaje para el próximo invierno europeo (aproximadamente de finales de noviembre a marzo). Me gustaría poder visitar varios países, presentar el libro, realizar diversas formaciones y, sobre todo, visitar proyectos y conocer a personas con las que aprender, compartir e inspirarse. Para que eso sea posible es necesario poder cerrar algunas fechas y lugares, así como algunos eventos en los que participe. Así que cualquier invitación idea o sugerencia de cualquier tipo es más que bienvenida. m.
Para leer más
Guía del movimiento de transición
De la Idea a la Acción: Aprendiendo del Movimiento de Transición Towns (Tesis de Juan Del Río)
Para contactar a Juan del Río