La responsabilidad de las formas: Allora & Calzadilla
Dolores Garnica – Edición 455
Allora & Calzadilla representan la responsabilidad de las formas en sus usos y procedimientos, donde todo lo que forma una obra de arte cobra un valor social. Saben que cada elemento alude a infinitas lecturas, identidades, historias y políticas, tan infinitas como el número de sus espectadores.
Para Jennifer Allora (Estados Unidos, 1974) y Guillermo Calzadilla (Cuba, 1971) la experiencia estética es amor a primera, segunda, tercera o cuarta vistas (y quizá más). Frente a sus piezas, algo que no puede nombrarse captura al espectador para que, mientras recorra, recuerde, reflexione, invente, imagine y se narre a sí mismo la obra, el material, el tema y el concepto para desencadenar otras experiencias sensoriales, sociales intelectuales y reflexivas.
La escultura, el performance, el video, el sonido y la fotografía de este dúo —que ahora reside y trabaja en Puerto Rico— materializan hermosas piezas, a la vez complejas y disfrutables en cada uno de sus ingredientes, introducidos para comprenderse poco a poco, con tiempo y paciencia. Para muchos espectadores, la obra de Allora & Calzadilla resulta difícil, y quizá lo sea, porque sabe contener en muy pocos elementos muchísimos significados e ideas, tantos que a veces sus piezas saben cambiar de discurso según el contexto en el que se exhiben. A final de cuentas, ¿no son estos desafíos estéticos e intelectuales los más deleitables?
Marca en la tierra (huellas) (2001)
Por partes, o más bien, por piezas. Imagínese usted en Sediments Sentiments (Figures of Speech) (Sedimentos Sentimientos [Las figuras del discurso]), de 2007, una monumental pieza de espuma y yeso blanco que debe ser recorrida a rastras, en forma horizontal y enredada: una serie de cuevas con apariencia de concreto derretido que simulan un apocalipsis arquitectónico. Se trata de un futuro donde los discursos y las voces de Sadam Hussein y George Bush otorgan, al oído del incómodo escucha, una pauta política del final de los tiempos, o, quizá, del principio de sus propias ilógicas utopías. El título, además, nos permite abrir otras puertas: ¿qué imagen o forma tendrían las retóricas políticas y bélicas? ¿Qué relación hay entre los sedimentos y el futuro? Para estos creadores, “la escultura es una tradición heterogénea que heredamos de una manera involuntaria, pero de la que también disfrutamos al hacer dibujos de ella, manipularla y rearticularla a la luz de las condiciones sociopolíticas contemporáneas. Esto es lo que podríamos denominar una responsabilidad de las formas”.
Esta “responsabilidad de la formas” permite a los artistas utilizar, reunir y jugar con el sonido, el lenguaje y la imagen, y transformar cada elemento de su obra en un detonante para criticar, señalar y evidenciar. A esta combinación habría que agregar los elementos ausentes: lo que no colocaron, lo que desapareció o lo destruido a su alrededor. En 2001, para la pieza Land Mark (foot prints) (Marca en la tierra [huellas]), pidieron a un grupo de activistas ambientales que iría a manifestarse a la isla de Vieques, en Puerto Rico —territorio utilizado durante 60 años por Estados Unidos y la OTAN para ensayos de maniobras militares—, que portaran suelas de zapatos especiales, diseñadas para dejar, con sus huellas, consignas y dibujos de otros usos posibles para la isla. En 2005, el dúo creó una de sus piezas más reconocidas: Under Discussion (En discusión), el recorrido de un activista alrededor de la isla en una mesa flotante, al revés (patas arriba), propulsada por un motor. Una bella metáfora visual de la situación en las “mesas de discusión” que se organizaron para analizar el regreso de la isla a su comunidad.
Sedimentos Sentimientos (Las figuras del discurso) (2007)
Como parte de su trabajo de formas, sonidos, lenguaje y sus usos responsables, habría que describir otra de sus icónicas piezas: Stop, Repair, Prepare: Variations of Ode to Joy for a Prepared Piano (Detener, Reparar, Preparar: Variaciones del Himno a la alegría para un piano preparado), de 2008, un homenaje al piano preparado (intervenido en su caja de cuerdas con tornillos y objetos para crear un sonido específico) del artista sonoro John Cage, y también una lectura política del famoso Himno a la alegría de Beethoven. En el piano de los artistas, preparado y reparado, la música tiene que ejecutarse desde un agujero en su caja, con una intérprete colocada en una incomodísima posición, pues es ella misma la “preparación” del instrumento. El resultado es la interpretación del canto de paz sin algunos tonos (debido al agujero y a la ausencia de algunas cuerdas). ¿Qué significa, entonces, tocar el famoso Himno a la alegría de espaldas en un piano agujerado? Desde allí, la mente vuela.
Allora & Calzadilla representan la responsabilidad de las formas en sus usos y procedimientos, donde todo lo que forma una obra de arte cobra un valor social. Saben que cada elemento alude a infinitas lecturas, identidades, historias y políticas, tan infinitas como el número de sus espectadores. Representan, también, la responsabilidad de la percepción de quienes observamos y disfrutamos del arte, esa que busca algo más que solamente un objeto bonito, fácil, literal, alegre, decente y políticamente correcto. m.
En discusión (2005)
Para conocer más
:: Stop, Repair, Prepare: Variations of Ode to Joy for a Prepared Piano.
:: Under discussion.