La ciudad después de la covid
Moisés Navarro – Edición 478
Las desigualdades nos obligan a repensar la ciudad para volverla más equitativa, pero también ponen en perspectiva otras problemáticas que están en la agenda de todas las ciudades como promesas eternas y no como proyectos ejecutables
La catástrofe, una vez más, ha desnudado las debilidades de las ciudades, que se han construido según las normas del mercado y han dejado fuera al ser humano como eje central de su planeación. Esto ha generado desigualdades que se reflejan en la falta de acceso a servicios, como transporte público, agua potable, drenaje, conectividad a internet y periferias cada vez más lejanas de los centros de trabajo y del acceso a modos de transporte alternativo, como ciclovías.
Estas desigualdades nos obligan a repensar la ciudad para volverla más equitativa, pero también ponen en perspectiva otras problemáticas que están en la agenda de todas las ciudades como promesas eternas y no como proyectos ejecutables. El respeto por la biodiversidad, la redensificación a escala humana, con espacios amplios, entrada de aire libre y luz natural (hemos podido ver cómo la aglomeración golpeó a Hong Kong con el virus), además del regreso del peatón como centro de la movilidad urbana, son factores que, en muchos casos, se han pospuesto deliberadamente.
Oportunidades para reinterpretar la ciudad se dan pocas veces con esta contundencia. Recordemos el surgimiento de la arquitectura moderna, luego de la epidemia de tuberculosis y los brotes del cólera. Algunas ciudades ya han tomado algunas acciones, otras instrumentaron medidas tímidas, como el trazado de ciclovías emergentes. Las más drásticas involucran a sus ciudadanos, buscan romper paradigmas y son ejercicios de extensa imaginación.
El micromercado
Como una alternativa a los centros de gran consumo de alimentos, surgen en la ciudad de Lima, Perú, los micromercados barriales, que se localizan en espacios públicos y cuyos tamaño y ubicación facilitan la distancia social. Además de esto, acortarán las distancias y los tiempos de traslado. También pretenden reactivar las economías locales y promover la organización vecinal, pues son los vecinos los encargados de hacer cumplir las normas de higiene requeridas para su funcionamiento.
Robots en tu domicilio
Las compras en línea y entregas a domicilio aumentarán, según datos del World Economic Forum, hasta en 78 por ciento en la próxima década. Esto generará aumento en la congestión vehicular, retrasos en el transporte público e incremento alarmante de las emisiones de dióxido de carbono. Para evitar tal colapso, las empresas deberán diversificarse y pensar en otros métodos de transporte. En Bogotá, para evitar contacto directo entre humanos, se experimenta con pequeños robots en la entrega de paquetes de comida.
Ciudad de los 15 minutos
Regresar a la proximidad es una de las propuestas de París ante el cambio climático que ahora toma más fuerza con la emergencia sanitaria, que puso en entredicho los sistemas de transporte público masivos. La “ciudad de los 15 minutos” pretende tener todo a distancias caminables o en bicicleta mediante multicentralidades, lo que ayudaría a detonar la actividad comercial barrial, el regreso al espacio público, la convivencia vecinal y una intensificación de la vegetación y las fuentes.
Los datos y el espacio
El uso adecuado de los datos nos puede ayudar a generar información cartográfica actual y veraz, que facilita a los gobiernos y asociaciones civiles conocer las necesidades de una comunidad y su grado de urgencia. En Open Reblock (operan en Sudáfrica y Zimbabue) se recolectan datos salidos de la propia comunidad con planos catastrales para determinar, por medio de algoritmos, los mejores lugares para dotar de infraestructura y espacio público a los barrios más marginales y olvidados.
Otra utopía china
A cien kilómetros de Pekín, en Xiong‘an, el arquitecto español Vicente Guallart diseña una ciudad autosuficiente, pensada para enfrentar enfermedades por venir. Será construida con madera, orientada para aprovechar la luz solar, con impresoras 3D para la fabricación de mascarillas y caretas, con invernaderos, espacios públicos, terrazas y todo lo necesario para funcionar como una ciudad de 15 minutos. Está pensada para 3 mil personas y mezcla elementos de arquitectura occidental y oriental.