La construcción es algo interesante. Gabriel Jimenéz López, ingeniero civil egresado del ITESO desde 1992 nos explica cómo es que se puede hacer de la construcción algo innovador.

Integrar artilugios que muevan el techo o la cancha de un estadio de futbol, o calcular la resistencia de una montaña rusa, de modo que se pueda experimentar el vértigo del descenso con plena seguridad, es parte del trabajo que hacen algunos ingenieros civiles, como Gabriel Jiménez López, especializados en estructuras de alta tecnología.

Este ingeniero civil, egresado del ITESO en 1992, ha estado involucrado en la construcción de las estructuras móviles de estadios como el Reliant Stadium de Houston, la ampliación del aeropuerto Raleigh–Durham en Carolina del Norte, la construcción del teatro del hotel Venetian, en Las Vegas, y revisó también la propuesta estructural del nuevo estadio de las Chivas.

“En realidad no estamos inventando nada, sino que retomamos los principios ingenieriles básicos y les aplicamos pequeños refinamientos que los hacen innovadores y que le dan una utilidad distinta a las estructuras. Luego los extrapolamos y así transformamos una tecnología creada para un puente, en una superestructura que mantiene un edificio con forma de cacto, como el estadio de los Cardenales en Arizona, o en un hotel dentro del mar, como es el caso del hotel de Dubai”, dice Jiménez.

“Si uno analiza crudamente las estructuras, todo se reduce a colocar firmemente una plataforma sobre cuatro súpercolumnas. El secreto está en conjuntar todos los elementos para que tengan una relación dinámica perfecta”, bromea Jiménez, quien es gerente general de operaciones del corporativo estadunidense Walter P. Moore, uno de los más importantes en la construcción de estructuras para estadios y centros de entretenimiento en el mundo.

LAS SUPERESTRUCTURAS EN 50 AÑOS
“Creo que la ingeniería estructural evoluciona con demasiada rapidez. No imagino cómo serán, pues cada vez que construimos, rompemos una marca; sin embargo, me gustaría que las construcciones fueran más verdes. Debemos considerar usar materiales de construcción que impacten menos, que sean reciclados o reciclables. Que las estructuras se integren en su entorno. Ya comenzamos a construir así y creo que esta tendencia debe generalizarse.”