Francisco se reúne con estudiantes de América
Édgar Velasco – Edición 487
El jerarca católico tuvo una reunión con representantes de 58 universidades del continente en la que exploraron alternativas para atender la problemática migratoria
La migración es algo inherente al ser humano, que desde siempre ha viajado en busca de mejores condiciones de vida. Sin embargo, la manera en que ha venido ocurriendo en los últimos tiempos coloca al fenómeno migratorio como un problema humanitario. Por eso, la migración fue el tema en torno al cual giró el encuentro que el papa Francisco sostuvo con jóvenes representantes de 58 universidades del continente. La actividad fue organizada por la Universidad Loyola de Chicago y la Pontificia Comisión para América Latina, en el marco de la Building Bridges Initiative.
El diálogo con Jorge Mario Bergoglio fue el capítulo final de un trabajo que dio inicio meses atrás y que reunió a 130 estudiantes de 21 países. El papa Francisco comenzó señalando que “construir puentes es la vocación del cristiano”. Sobre el tema central de la reunión, señaló que los universitarios tienen un rol muy importante en la atención que se debe dar a la migración, y que las respuestas a ésta deben cimentarse en cuatro pilares: “Recibir, acompañar, promover e integrar al migrante”. Bergoglio también mencionó que es importante que las universidades no sólo llenen la cabeza de sus estudiantes con información, sino que promuevan que sientan, piensen y hagan.
El diálogo con el papa estuvo articulado en cuatro bloques. En cada uno, cuatro estudiantes expusieron las líneas de trabajo de su grupo y luego el pontífice hizo un comentario al respecto. México estuvo representado por Rubí Toledo y María José Ojeda, estudiantes de las Ibero Ciudad de México y Torreón, respectivamente.
Toledo comenzó su intervención saludando a Francisco en su lengua natal, maya tseltal, y luego habló de cómo la inequidad, la pobreza y la violencia —física, psicológica, armada y simbólica— actúan contra los migrantes. Añadió que el primer paso para cambiar su condición debe pasar por comenzar a ver a las personas migrantes como iguales. Por su parte, María José Ojeda retomó los cuatro pilares propuestos por el papa y dijo que éstos deben ser la base para el diseño de una política pública que apueste por la protección integral de los migrantes y su integración a la comunidad. Como respuesta, Francisco subrayó la importancia del trato que debe darse a los migrantes y señaló que es necesario que los representantes de la Iglesia salgan a la calle. “Necesitamos una Iglesia peregrina, no estática, no de museo”.
En las intervenciones de los 16 representantes de los grupos de trabajo estuvo siempre presente la importancia de trabajar desde las universidades en favor de la búsqueda de soluciones concretas para atender las dificultades que enfrentan las personas migrantes..