Fernando Sandoval. Pintor optimista a fuerza y pesimista por naturaleza
Teresa Sánchez Vilches – Edición 396
Al lado de una pintura de Diego Rivera estuvo colgada la imagen de la madre de Dolores Olmedo. En 1999 la coleccionista mexicana aseguró que los colocó juntos porque eran los dos únicos retratos que le habían gustado a lo largo de toda su vida. Uno, obra de Rivera; el otro, del artista tapatío Fernando Sandoval.
Algo de suerte y talento, pero sobre todo mucha disciplina, son la clave del éxito como artista de este egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación del ITESO, desde que inició de manera profesional, hace 11 años: “Yo creo que la musa tiene que ver, pero hay que esperarla trabajando”, asegura.
El pintor, de 34 años, cuenta que un día Dolores Olmedo (1908-2002), quien en su momento fue representante de los pintores mexicanos Diego Rivera y Frida Kahlo, vio un libro donde se mostraba su obra y lo mandó llamar a la ciudad de México para conocerlo. Tiempo después le concedió una exposición en su museo y este suceso fue un parteaguas en la carrera de Fernando Sandoval.
Tiene más de 40 exposiciones en distintas partes del mundo, Sevilla, Australia, Buenos Aires, Estados Unidos y, en nuestro país, en galerías de Oaxaca, Monterrey y Los Cabos. Con todo, el artista plástico aclara que es en Guadalajara donde está la mayoría de los coleccionistas que le piden obra. Contrario a lo que otros artistas comentan sobre la poca valoración de las artes plásticas en la ciudad, Fernando Sandoval afirma que el secreto de todo está en el trabajo y, aunque reconoce que es raro que un pintor viva del arte, asegura que él solventa sus gastos familiares con su obra.
Fernando Sandoval es autodidacta y plasma su creatividad de manera versátil. Su técnica básica es acrílico sobre tela. Aunque también pinta con tinta china y acuarela sobre papel y últimamente ha expuesto fotografía digital, instalaciones, escultura en cerámica, y el diseño gráfico, en donde ha destacado por el diseño del nuevo disco del grupo musical Plastilina Mosh.
Este hombre que se autodefine como “optimista a fuerza y pesimista por naturaleza”, sostiene que lo más importante en su vida son sus dos hijas, quienes viven con él y lo mantienen ocupado en procurar que no salgan de casa sin comer. Se convirtió en padre por primera vez cuando tenía 20 años. Hoy, a sus 34, Sandoval califica esta experiencia como increíble, pues “oímos la misma música, vamos a los mismos conciertos, incluso, van a cantar un disco que estoy preparando… el arte les gusta tanto, aunque no se los he exigido, como el deporte. Una es tenista y la otra es campeona nacional en taekwondo”.