Edificios, películas, conciertos. Todos coinciden en la búsqueda de la espectacularidad. En esta ocasión, ofrecemos un dossier sobre distintas disciplinas que buscan, a su modo, ser grandes y, sobre todo, espectaculares.
El combustible del espectáculo es nuestro tedio, un recurso incesantemente renovable del que nos descubrimos reabastecidos de sobra cuando la función ha concluido, cuando la luz de las estrellas declina y ya están ardiendo otras nuevas, cuando lo habitual y lo consabido colman nuestra capacidad de azoro y ya ansiamos de nuevo la ocurrencia de lo inusitado, de lo asombroso, de lo fenomenal.
Toda espectacularidad es irresistible, pero también efímera, y de ahí que haya quien se aburra luego de pasar un tiempo suficiente contemplando el Gran Cañón de Colorado, después de viajar demasiadas veces en el tren más rápido del planeta o ante la tercera proyección de la superproducción cinematográfica más costosa de la historia. Lo saben los empresarios de la farándula y el turismo, los políticos, los publicistas o cualquier fanfarrón astuto; pero parecemos ignorarlo los meros espectadores, que infaliblemente estamos dispuestos a abrir la boca y a cerrarla sólo cuando advertimos que es un bostezo y debemos buscar en otro lado la siguiente ocasión de fascinarnos y dejarnos deslumbrar. m
Sólo felicitarlos por la Sólo felicitarlos por la revista!!! Es increíble el trabajo que realizan cada publicación de la MAGIS. Tan completa, tan inovadora, tan empatica con lo que se vive al día. Tan del ITESO.
Felicidades.
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Sólo felicitarlos por la
Sólo felicitarlos por la revista!!! Es increíble el trabajo que realizan cada publicación de la MAGIS. Tan completa, tan inovadora, tan empatica con lo que se vive al día. Tan del ITESO.
Felicidades.
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