“El discernimiento de la información es el reto principal”
Édgar Velasco – Edición 463
Rossana Reguillo, profesora del ITESO, cuenta la manera en que Signa_Lab participará como parte de los proyectos de la Universidad para darle seguimiento al proceso electoral de 2018
Durante el proceso electoral de 2012, México fue testigo de la irrupción de un nuevo factor en la contienda: las redes sociales. Si bien éstas ya habían comenzado a tomar impulso años antes, coyunturas como la llamada Primavera Árabe o el movimiento de Los Indignados en España (cuyo sello principal fue el hashtag #15M) consolidaron a Facebook y Twitter como nuevos espacios para la expresión politizada. Prueba de ello fue el episodio en el que el entonces candidato Enrique Peña Nieto terminó encerrado en el baño de la Ibero Ciudad de México, los dichos de Pedro Joaquín Coldwell —entonces presidente del PRI— acusando que los inconformes no eran alumnos, y la respuesta en forma del video 131 alumnos de la Ibero responden, que se volvió viral y derivó en el surgimiento de #YoSoy132, movimiento que se articuló en todo el país a través de las redes sociales y, de manera particular, de Twitter.
Seis años han pasado y el contexto es otro. Las redes sociales están bien instaladas en la vida cotidiana, y el escenario político-electoral no es la excepción. Han aparecido nuevos actores —bots, influencers, cyborg bots, trolles—, todos buscando incidir en la percepción sobre los contendientes, ya sea difundiendo a uno y otro candidatos, ya sea polarizando las opiniones, o, de plano, generando ruido y anulando conversaciones. De todo esto ha quedado registro en las computadoras de Signa_Lab, el espacio de análisis del comportamiento de las redes sociales con que cuenta el ITESO y desde donde, asegura Rossana Reguillo, se busca dar pistas para que estudiantes, investigadores y ciudadanos de a pie lleguen lo más informados posible a la cita del próximo 1 de julio.
Imagen de cómo se grafica una conversación en Twitter. El ejercicio se realizó después de la jornada global del Día Internacional de la Mujer (#8M), en donde #EstamosHartasDe y #El8deMarzoYoParo fueron de las consignas que mayor tracción tuvieron entre usuarios de dicha red. Foto: signalab.iteso.mx
¿Cómo ves el escenario electoral actual, ya con las redes sociales bien instaladas como un factor más del proceso electoral?
El escenario es muy complejo, muy complicado y muy desafiante en lo que significa el discernimiento de la información, que es el reto principal, no sólo para la Universidad y sus proyectos, sino para la ciudadanía en general. Veo un escenario pobre políticamente, donde lo que uno ve son descalificaciones de uno y otro lados y poquísimas propuestas. Hay unas alianzas realmente muy extrañas, por no decir ofensivas, en las que parece que los ciudadanos no tenemos memoria. También veo que va a ser una elección en la que las redes van a jugar un papel muy importante. Si bien ni Facebook ni Twitter van a decidir el núcleo duro de lo electoral, sí van a tener una importancia clave, central.
¿Cuál es esa importancia, en comparación con el proceso de 2012?
En 2012 comenzaba el uso de los bots —de ahí vienen los llamados peñabots, por ejemplo—, y comenzó a configurarse una especie de periodismo ciudadano, por llamarlo de algún modo, fuera de la lógica corporativa y empresarial. Hoy vemos una proliferación de estos espacios de información y de formación de la opinión pública, algunos verdaderamente notables y otros montados en esa ola, pero que no son en absoluto confiables. Entonces, hay multiplicidad de voces que no había en 2012.
Otra diferencia fundamental, documentada incluso por el Inegi, es la pérdida de credibilidad de los medios convencionales, como la televisión, y el desplazamiento de jóvenes y no tan jóvenes que se informan saltando: a través de Facebook, Twitter, blogs, un artículo de opinión de Le Monde o un reportaje de El País; entonces, todo eso va armando una configuración diferente de la que teníamos en 2012, cuando era mucho más fácil impulsar una determinada visión de los acontecimientos.
Al mismo tiempo, el uso oscuro de la red se ha ido afinando. Hoy tenemos estrategias muy sofisticadas, operaciones que hemos podido analizar desde Signa_Lab, ubicando perfectamente cuentas pagadas para llevar la discusión hacia determinados rumbos, entorpeciendo un debate o “aniquilando” algunos trending topics. Y hay operaciones rapidísimas. Por ejemplo, el caso de Marco Antonio, el muchachito desaparecido un tiempo por la policía [en la Ciudad de México, en enero pasado]: cuando empezó la exigencia ciudadana de presentación con vida y la indignación por el estado en el que apareció, estas cuentas levantaron en menos de dos horas un hashtag sobre “las mentiras más populares” y con eso tiraron la discusión sobre Marco Antonio. Para alguien que no es experto y entra a su timeline, el resultado es que deja de ver la discusión política, que es la que importa.
Ahora hay granjas de cultivo de cuentas que combinan bots con la inteligencia humana, lo que lo vuelve más complejo: ya no es sólo la estrategia del bot programado para retuitear a los candidatos, vemos estrategias mucho más sofisticadas. También hay un dominio mayor en términos de capacidades tecnológicas instaladas para producir noticias falsas —fake news— que resulta muy difícil distinguir porque se camuflan detrás de algoritmos muy sofisticados.
Los algoritmos, sobre todo el de Facebook, tienden a crear “burbujas informativas”, en las que el usuario sólo recibe información acorde a sus intereses, pero que no necesariamente documentan el estado de las cosas. ¿Cómo evitar estas burbujas?
Es muy difícil. Las redes sociales tienen como características principales eso: acercarte a los universos que te son afines. Pero me parece que los usuarios más jóvenes ya tienen la habilidad para navegar en mundos distintos de manera intencionada. Eso de alguna manera puede romper estas mónadas, este universo en el que todos queremos lo mismo. Hay una cosa que no me atrevo a nombrar todavía, porque la idea es producir un aparato teórico y metodológico de pensamiento y análisis, pero creo que hay un proceso de autorregulación de la red. Eso me parece más interesante porque permite que no te vayas con la finta de que todos somos del mismo color y queremos lo mismo. No es sencillo y es más fácil hacerlo en Twitter que en Facebook.
Profesiones de gobernadores en México de 1985 a 2017. Foto: signalab.iteso.mx
¿Qué trabajo han venido realizando en Signa_Lab y qué viene a continuación?
Hemos organizado el trabajo en tres etapas analíticas: la preelectoral, de la que tenemos mucho material, descargas de Facebook y Twitter de temas nodales y puntuales sobre los que estamos haciendo análisis. Después tenemos la etapa propiamente electoral, que comenzamos desde finales de diciembre de 2017 con el seguimiento a los entonces precandidatos. Para esta etapa tenemos un programa de trabajo de siete puntos, que incluye: pedagogía electoral, donde estamos proveyendo y trabajando sobre material que a los ciudadanos, a los estudiantes y a los académicos les permita llegar a julio con mayores herramientas; estamos trabajando un conjunto de visualizaciones y librerías en 3d para ver las relaciones de poder entre los candidatos, de tal modo que éstas se puedan representar gráficamente. Una tercera cuestión tiene que ver con el análisis y el seguimiento puntual de coyunturas que se vinculan a las campañas. Trabajamos con dos scripts de desarrollo propio de Signa_Lab: Thot, que permite hacer minería en Twitter, y Protonpack —en honor a la pistola de Ghostbusters—, para identificación y seguimiento de bots. Estamos afinando otro script para descarga de datos de Instagram.
Otra área de trabajo que me trae fascinada es el análisis del discurso de los candidatos en nivel bigdata para identificar, por ejemplo, las palabras más utilizadas. También estamos haciendo algunos ensayos de juegos probabilísticos, tipo: “Si tú crees en el matrimonio igualitario y la defensa de derechos humanos, el candidato que más se parece a tu perfil es x”, para que la gente pueda jugar. Estamos tratando de hacer un uso creativo de la ciencia de redes.
¿Qué valor puede tener toda esta información para la gente de a pie? ¿Cómo puede utilizarla?
Queremos romper con el conocimiento encriptado y por eso estamos haciendo visualizaciones al alcance de la mayoría de los ciudadanos. Cuando el grafo [representación gráfica de una conversación en redes sociales] es indispensable para mostrar cierto tipo de relaciones, lo explicamos hasta el menor detalle. Como somos un laboratorio interdisciplinario de estudios aplicados, nuestra responsabilidad es poner el conocimiento a disposición de la sociedad. Por eso también podemos armar paquetes de información para los medios interesados o para los investigadores. m.