El abance
Sonia Madrigal – Edición 504

Ese muro de concreto no sólo divide físicamente el paso: es un símbolo involuntario de un problema mayor. Pero el obstáculo se supera de todas formas: con niños en brazos, con bolsas pesadas, con prisa, con zapatos incómodos
“Diariamente, habitantes de varios municipios de la zona oriente del Estado de México saltan por encima de un muro de contención en el distribuidor vial Chalco-Ixtapaluca, a la altura de la caseta de cobro de Chalco. Ahí, con letras torpes y pintadas al vuelo, alguien escribió: ‘EL MURO DE DONAL TROMP PURO ABANCE’. Para cruzar, las personas corren y esquivan autos que avanzan a toda velocidad. No hay alternativa. El transporte público que necesitan para llegar a su destino está del otro lado”.1
El trabajo de Sonia Madrigal, seleccionado en la XVIII Bienal del Centro de la Imagen en 2018, forma parte de su exploración sobre la movilidad en las ciudades y la relación de las personas con el espacio público. Su curiosidad por este asunto nació de la experiencia propia: años de trayectos en transporte público que se podían alargar hasta tres horas. En esta serie, sus fotografías capturan a aquellos que han encontrado una solución a un problema que no deberían enfrentar. Un problema derivado del desinterés, la omisión y la falta de planeación de quienes, desde un escritorio, diseñan el funcionamiento de la ciudad sin considerar a quienes realmente la recorren.
El obstáculo se supera de todas formas: con niños en brazos, con bolsas pesadas, con prisa, con zapatos incómodos. No hay impedimento. Porque, cuando al otro lado están el sustento, la escuela, la familia o los amigos, se hace lo que sea necesario.
Ese muro de concreto no sólo divide físicamente el paso: es un símbolo involuntario de un problema mayor. Su inscripción, “EL MURO DE DONAL TROMP PURO ABANCE”, le da una potencia inesperada a la imagen. La frase, escrita sin pretensión, convierte la escena en una metáfora de otras fronteras y otros muros donde las decisiones políticas trazan barreras que no detienen el paso de quienes necesitan avanzar. La política migratoria de Estados Unidos endurece sus controles, levanta bardas y militariza cruces, pero la realidad es la misma: las personas seguirán cruzando, saltando, esquivando lo que se les interponga. Porque la urgencia no entiende de límites impuestos. Porque cuando al otro lado está la vida, no hay muro ni necedad que la detenga.
Nota al pie
1. Tomado del sitio web de Sonia Madrigal.










