Del guiño al homenaje, pasando por la colaboración
Hugo Hernández – Edición 456
Para el cinéfilo es gratificante reconocer lo que ve, pues entiende: puede establecer un puente entre la cinta y la cita, y le ofrece la posibilidad de enriquecer la apreciación y la interpretación con sus experiencias previas
El Factor o Número Bacon sugiere los grados (o número de relaciones) que llevan de Kevin Bacon a cualquier otro actor. Esta lúdica ociosidad invita a pensar en las conexiones que el cine puede establecer, en su interior y también hacia el exterior. ¿Cómo se llega de Ingmar Bergman a Woody Allen? ¿Del pintor Francisco de Goya a Guillermo del Toro? ¿A cuántos grados de distancia están?
La conexión más directa es trabajar con los mismos colaboradores. Sin embargo, para el cinéfilo es acaso más gratificante reconocer lo que ve, pues entiende: puede establecer un puente entre la cinta y la cita (¿alimenta la vanidad de saberse conocedor?) y le ofrece la posibilidad de enriquecer la apreciación y la interpretación con sus experiencias previas. La ampliación del campo semántico se concreta entre otras razones cuando se reencuentra una paleta de colores, una forma de manipular la cámara, de emular algún procedimiento técnico, un estilo narrativo, desarrollados previamente.
Pero qué pasa si se ignoran estos nexos. A veces es inevitable permanecer en la ignorancia, pero siempre existe la posibilidad de leer o ver entrevistas hechas a los realizadores. Asimismo, es recomendable la procuración de libros especializados o críticas, que ahí pueden cumplir una de sus misiones más encomiables (aunque no falta el presuntuoso que busca el lucimiento con su conocimiento). Más allá de la evaluación, el buen crítico y el buen académico han de contribuir al establecimiento de conexiones iluminadoras y permitir el sondeo de homenajes, guiños, influencias y rutas.
Guiños
Al final de Bastardos sin gloria (2009), esa fantasía de época del fantasioso Quentin Tarantino, el jefe de los vengadores judíos hace un grabado en el rostro de un nazi. Concluye afirmando que es una obra maestra. ¿Por su boca habla Quentin, calificando su propia película? Al final de Batman: El caballero de la noche asciende (2012), en el entierro de Bruce Wayne, se lee un fragmento de Historia de dos ciudades, de Charles Dickens. La lectura es emotiva —y lo es más en la novela— e invita a una reinterpretación de la película por medio de la obra literaria.
Colaboraciones
Sidney Lumet buscó al cinefotógrafo Carlo Di Palma después de ver su labor en Desierto rojo (1964), de Michelangelo Antonioni. El estadounidense quería utilizar el color dramáticamente, como el italiano. Di Palma trabajó en The Appointment (1969), de Lumet. Posteriormente fue un colaborador de cabecera de Woody Allen. Éste tuvo un periodo bergmaniano, y en algunas cintas convocó al cinefotógrafo del sueco, Sven Nykvist. Éste fue el responsable de la luz de la última cinta de Tarkovski. Así, fotografía mediante, puede trazarse un puente de Antonioni a Tarkovski.
Homenaje
En Los intocables (1987), Brian De Palma propone una escena en la estación de tren de Chicago. Un policía espera a los mafiosos. En el momento en que éstos aparecen, se cruza una mujer que empuja una pesada carriola. Ésta cae dramáticamente… como la carriola que desciende por la escalera de Odesa en la celebérrima escena de El acorazado Potemkin (1925), de S. M. Eisenstein. En el mismo pasaje emula una escena memorable de Psycho (1960), de Alfred Hitchcock. De Palma rinde así homenaje a dos grandes maestros. Al británico volverá a homenajearlo en numerosas ocasiones.
Intertextualidad/Influencia
¿Cuántas veces hemos visto una película dentro de la película o a un personaje leyendo una novela, es decir, un texto dentro del texto? En el cine de Pedro Almodóvar, por ejemplo, se pueden rastrear algunos hitos del cine. Como en La piel que habito, que va más allá de la influencia de Los ojos sin rostro (1960), de Goerges Franju, y de un doctor que reconstruye un rostro, y en Todo sobre mi madre, que incluso emula el título de la célebre cinta de Joseph L. Mankiewicz, All About Eve. Mediante la intertextualidad (literal o escenificada) y la influencia, el cine da sentido al cine.
Momentos musicales
Al italiano Nanni Moretti le gusta abrir espacios en sus películas para compartir con el espectador canciones que reservan gran emotividad. Es el caso de la ganadora de la Palma de Oro, La habitación del hijo (2001). En ésta, un padre encara la muerte inesperada de su joven hijo. Entonces va a una tienda de discos y escuchamos a Brian Eno entonando “By This River”. En El caimán (2006) una pareja se separa mientras la banda sonora reproduce “The Blower’s Daughter”, de Damian Rice, que formaba parte del soundtrack de Closer (2004). Las músicas tienden puentes. Y duelen por duplicado.
Para saber más
:: Sobre la escena de Los intocables, de De Palma.
:: Sobre La piel que habito, de Almodóvar.
:: Seis grados Kevin Bacon a Barbra Streisand.
:: Clip con escena de El acorazado Potemkin y Los intocables.
:: Sobre la textualidad en el audiovisual.
:: Homenajes de Pixar (no tiene desperdicio).